Castillo se aferra a la OEA para evitar un nuevo intento de destitución en Perú
El Congreso de Perú aprobó con 73 votos a favor, 32 en contra y 6 abstenciones, la tercera moción de vacancia contra el presidente Pedro Castillo por "permanente incapacidad moral", una herramienta constitucional que se ha utilizado para destituir al último presidente, Martín Vizcarra.
El número que se requiere para sacar del cargo a Castillo es 87, algo que a priori será complejo de juntar. Cabe recordar que la oposición ya tuvo dos intentos de destituir a Castillo pero no tuvo éxito.
Castillo lidera un gobierno que nunca pudo avanzar en ningunas de las promesas de campaña y una constante debilidad política que lo ponen al borde de la salida constantemente. Tal es la fragilidad del Presidente que el Congreso no lo autorizó ni siquiera para sis viajes en el exterior. Reciente, como contó LPO, eso generó enojo en el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Fiscal peruana acusa a Castillo por corrupción y el Congreso intenta destituirlo por tercera vez
A favor de Castillo está el apoyo de la mayoría de los presidentes de al región y organismos regionales como la Organización de Estados Americanos que encabezó una misión entre el 20 y el 22 de noviembre. El Grupo de Alto Nivel del organismo que lidera Luis Almagro presentó su informe preliminar respecto a la situación política en el Perú ante el Consejo Permanente. El vocero, el ex canciller paraguayo Eladio Loyzaga, concluyó que la "institucionalidad democrática" peruana "está en riesgo" debido al ambiente político altamente polarizado.
Loyzaga indicó que la "inestabilidad democrática existente dificulta gobernar y atender los asuntos más urgentes en el país". En ese sentido, señaló que "esta situación se origina por una combinación de factores tales como la alta fragmentación de las fuerzas políticas, los constantes cambios en la formación de gabinetes, intentos de recorte de mandato presidencial y adelanto de elecciones y pedido de vacancia presidencial".
Asimismo, refirió que existe un "acoso permanente y confrontación entre poderes del Estado, lo cual se expresa en un ambiente de "desconfianza mutua y origina la dilatación y demora en atender iniciativas legislativas".
En este marco, la OEA propuso la necesidad de "encausar el diálogo" realizando una convocatoria que incluya a representantes de la sociedad civil, el cual "puede ser asistido por un tercero y acompañado por organismos internacionales" y una "tregua política que permita llegar a un consenso mínimo para asegurar la gobernabilidad".
Además, instó a "respetar la justicia constitucional" y señaló que el Tribunal Constitucional (TC) "es el guardián de la Constitución y debe hacer cumplir lo que la Constitución dispone".
Castillo se hizo eco de este informe y publicó en cuenta de Twitter: "El Grupo de Alto Nivel de la OEA ha ratificado que mi gobierno viene recibiendo ataques desestabilizadores por un grupo político que hasta hoy desconoce el voto popular y pretende vulnerarlo".
El presidente peruano afirmó que "ratifico que, a pesar de todo, seguiré trabajando por la vigencia del estado constitucional de derecho, el equilibrio de poderes, la democracia fundada en la voluntad popular y por un país próspero que respeta a los poderes del Estado".
"Siguiendo con el espíritu con el que inicié mi gobierno y que está expresado en las recomendaciones de la OEA, hago un llamado a los titulares de las instituciones del Estado y a los líderes políticos y sociales del país para dialogar y asegurar la gobernabilidad. Así como a rechazar la desestabilización, venga de donde venga. Es momento de dar una solución rápida a las necesidades de nuestro pueblo postergadas por muchos años. El Perú nos necesita a todos", culminó.
Con este rol, la OEA busca acerarse a los progresismos regionales luego de haber avalado el golpe de estado contra Evo Morales en Bolivia y alinearse con Donald Trump. Ahora, para evitar una ofensiva de México y Argentina, y a la espera de la relación que proponga Lula en Brasil, Luis Almagro decidió dar un giro para acercarse a sus viejos aliados y continuar en el cargo.