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DeSantis empuja a Biden al retiro

Revelaciones en Egipto. Los planes de reelección en peligro. Compleja situación para Trump.

 La elección de medio termino de Estados Unidos encontró a John Kerry, enviado especial para el Cambio Climático de la Casa Blanca, en Egipto, en el foro ambiental de COP27.

El pasado miércoles, en una conversación con algunos asistentes mexicanos que llegaron hasta el norte de África, el ex candidato a la presidencia aportó una lectura no menor sobre el resultado electoral: el crecimiento fenomenal del gobernador de Florida, Ron De Santis, termina de momento con cualquier aspiración de Joe Biden a su reelección.

Según esta lectura, De Santis empuja a Biden al esquema original de 2020: que el actual presidente sea un "puente" hacia nuevos liderazgos pero de ninguna manera una "autopista" de continuidad.

Biden tendría que competir contra un gobernador de altísima aprobación en su estado, que el pasado martes se llevó el 68% del voto rural, el 58% del suburbano y el 56% de las grandes urbes y que convirtió a Florida definitivamente en un bastión republicano. Una entidad, que igual que sucede con Ohio, tiene una complejidad que abarca al grueso del electorado nacional.

Mientras la aprobación de Biden a nivel nacional ronda el 40%, De Santis se convirtió en una estrella porque combina un discurso que agrada a la base republicana pero que también se ha reflejado en acciones muy concretas: recorte de carga impositiva, menos regulaciones, reapertura veloz post-pandemia y mano dura en materia de seguridad. A diferencia de Donald Trump, un "político profesional", como lo definiera esta semana el semanario The Economist.

Biden, por su parte, no tiene grandes logros más que haber desalojado a Trump de la Casa Blanca. En cambio, sí tiene nuevos problemas: la novedad de la inflación, el desastre migratorio y una guerra en Europa costosa y con destino incierto.

Esta disparidad, según menciona Kerry, también se refleja en el futuro del Partido Demócrata. No hay ningún candidato al 2024 ni en el gabinete ni en el entorno de Biden. La vicepresidente Kamala Harris está aún más reprobada que Biden en los sondeos de aceptación.

El destino de los demócratas está más afincado ahora en los gobernadores ajenos al día a día del gobierno federal como Gavin Newsom (California), Wes Moore (Maryland) - que estuvo con Biden la noche previa a la elección- y Gretchen Whitmer (Michigan).

El factor etario no es menor. En dos semanas Biden cumple 80 años y es un dato político porque en esta campaña los republicanos viralizaron múltiples videos en los cuáles el presidente luce lento, perdido u olvidadizo. Nada muy diferente a lo que sucedía en la década del 80 con Ronald Reagan, que cuando dejó la Casa Blanca tenía 77 años.

Viene una disputa interna de alta densidad en Washington porque, desde ya, también están quienes apuestan por la reelección. Un tema que Biden conversa con la Primera Dama Jill Biden, el jefe de gabinete Ron Klain y, como le mencionó Bill Clinton días atrás a un magnate mexicano, con Bruce Reed, que era uno de sus principales asesores en el segundo mandato y el encargado de los discursos de Al Gore. 

Este grupo cultiva la tesis de que Donald Trump va a ser candidato en 2024 y que eso favorecería una nueva aspiración del actual presidente. De momento parece vidrioso, no solo por el éxito de De Santis sino por el complejo sendero judicial que Trump debe atravesar, fundamentalmente por las cajas con documentos secretos que el FBI encontró en su domicilio de Mar-a-Lago.