Presupuestos

Urkullu quiere consenso para los presupuestos, pero la izquierda y los populares le exigen una reforma fiscal

El lehendakari no revisará el modelo impositivo, pero se inclina por conformar a los morados. PNV mantiene el pulso con los abertzales por el favor de Sánchez. El PP defiende el "modelo Ayuso" para Euskadi.

 El Ejecutivo vasco cuenta con los votos necesarios para aprobar las cuentas públicas de 2023, pero el lehendakari busca que sean aprobadas por la mayoría de los partidos. El proyecto de presupuestos estipula 14.250 millones de euros y, como señaló Itxaso Atutxa, "7,5 euros de cada 10 se invertirán en políticas sociales". Pero la oposición considera que los presupuestos deben apuntar a una reforma tributaria, una iniciativa a la que se resiste el PNV.

Cada partido tiene una posición diferente sobre el modelo impositivo. Para el PP+Cs, Iñigo Urkullu debe seguir los pasos de Isabel Díaz Ayuso y dar luz verde a rebajas o la eliminación de tributos regionales, ya que los remanentes y la recaudación de las diputaciones permiten un "alivio fiscal" para los contribuyentes vascos. Lo más parecido a esa propuesta ha sido la nueva deflactación del 2% en el IRPF.

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Esa movida no convenció a los populares ni al PSE. Los socialistas aseguraban a mediados de octubre que la deflactación por sí misma no mitigaría el deterioro del poder adquisitivo. Es la misma preocupación que comparte Elkarrekin Podemos-IU, cuya propuesta al consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, estipula un aumento de 511 millones de euros en el monto de las cuentas para los mejorar los servicios públicos y ampliar las medidas sociales.

El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, conversa con Pablo Echenique. 

Azpiazu rechazó con buenos modales la propuesta de E-Podemos-IU, lo que dejó a los morados algo decepcionados. Sin embargo, Urkullu aseguró este viernes que "la propuesta de E-Podemos-IU es un punto de partida". "Apreciamos que no plantean líneas rojas...No veo dificultades insalvables para hacerlo posible ahora", defendió el lehendakari, que aludía al acuerdo alcanzado en los presupuestos de 2020. 

El Ejecutivo vasco da por cerrado el debate fiscal, pero estaría dispuesto a hacer concesiones a los morados, socios de los socialistas en Madrid. Urkullu ya ha decidido a qué interlocutor privilegiar. La mano tendida a E-Podemos-IU se produce el mismo día en que el gobierno de coalición presentó una proposición de ley para reemplazar el delito de sedición

El representante de E-Podemos-IU Jon Hernández le instó a asumir "compromisos políticos al igual que el PNV los exige en Madrid". Urkullu mueve sus fichas en el Parlamento Vasco con un ojo puesto en el Congreso de los Diputados, donde el gobierno central también está en plena negociación de los presupuestos. Cuando Carlos Iturgaiz, presidente del PP, apuró a Urkullu para que se decantara por uno de los modelos fiscales "en las antípodas" de la izquierda y los populares, sabía que el lehendakari no elegiría ninguno.

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El Ejecutivo vasco da por cerrado el debate fiscal, pero estaría dispuesto a hacer concesiones a los morados, socios de los socialistas en Madrid. Urkullu ya ha decidido a qué interlocutor privilegiar. La mano tendida a E-Podemos-IU se produce el mismo día en que el gobierno de coalición presentó una proposición de ley para reemplazar el delito de sedición. "Esta propuesta también viene a poner en cuestión, y es lo que se debería plantear también, una reforma del artículo 155 de la Constitución española y una reflexión sobre el modelo de Estado", dijo.

Bildu se posiciona como alternativa al PNV para desbancar a Urkullu

Era el respaldo del gobierno vasco a Moncloa y un guiño a PSOE y Unidas Podemos. La actitud es diferente respecto a EH Bildu. Maddalen Iriarte, portavoz de la formación en el Parlamento de Euskadi, avisó que Urkullu tendrá que ceder si quiere contar con el voto abertzale. "No valen parches paliativos, ni poner 20 o 30 millones de euros aquí o allá", apuntó. Bildu también reivindica una reforma fiscal "para hacer frente a un cambio de era". Sin embargo, la competencia entre el PNV y Bildu por el favor de Pedro Sánchez augura poco entendimiento entre los partidos.

El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi y la portavoz de la formación abertzale en el Parlamento vasco, Maddalen Iriarte.  

El entorno del lehendakari desliza que Urkullu no depende de la oposición para sacar adelante los presupuestos, aunque las conversaciones con los partidos le permiten medir los ánimos entre las formaciones y, sobre todo, auscultar las posiciones respecto a Madrid. Por eso las declaraciones de este viernes a favor de la reforma penal impulsada por PSOE y UP no fueron casuales. Lo mismo aplica al mensaje que brindó ayer jueves por el Día de la Memoria. 

No valen parches paliativos, ni poner 20 o 30 millones de euros aquí o allá

"La autocrítica y asunción de responsabilidad deben ser sinceras y consecuentes. La memoria que busca justificar no es la mirada de la historia y la verdad, es una mirada al servicio de un relato que solo pretende justificar una sinrazón ética, política y democrática", señaló el mandatario vasco. El recado iba para Bildu, pero también para Sánchez: uno de los dos socios vascos en el Congreso es más confiable que otro.