SCJN

Zaldívar: "México es un país profundamente racista y clasista"

Pide a los juzgadores no hacer su labor desde una "burbuja de cristal". Refirió que es un lastre que se arrastra desde la Colonia.

 Durante la presentación del protocolo lo para Juzgar con Perspectiva Intercultural: Personas, Pueblos y Comunidades Indígenas, que fue elaborado por la Dirección General de Derechos Humanos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el ministro presidente, Arturo Zaldívar reconoció que México es un país racista y clasista.

"Lo que subyace cuando hablamos de las personas, pueblos y comunidades indígenas es un país profundamente racista. México es un país racista y clasista que se niega a reconocer esa realidad", enfatizó el ministro.

A poco menos de dos meses de concluir su cargo como presidente de la SCJN, su sucesión continua en un limbo, por un lado, el propio juez ha negado rotundamente que opte por una expansión en su periodo, por lo que actores como Alejandro Gertz Manero y Cresencio Sandoval se encuentran operado para influir en el próximo o próxima presidenta de la Corte.

El Fiscal y el Militar tenían en Norma Piña a su "corcholata" predilecta, pero ha sido el ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo quien mejor ha respondido a las inquietudes de ambos personajes bajo la misión de blindar la reforma judicial.

"Las jueces y jueces no podemos juzgar como si México no fuera un país tan desigual, nuestra obligación en los juicios, en los procesos es igualar la cancha, es respetar los derechos de las comunidades y pueblo indígenas, de las personas que los integran. Es respetar sus tradiciones, sus usos y costumbres, pero también defender los derechos humanos dentro de esas tradiciones, usos y costumbres, particularmente de las niñas y niños", refirió Zaldivar.

Gertz se une a Cresencio Sandoval para influir en la sucesión de Arturo Zaldívar

Desde la perspectiva del juzgador, los ministros no pueden permanecer en lo que denominó como, "una esfera de cristal" ni en mundo "puro": "Juzgamos en un país desigual, injusto, violento que se ha aprovechado históricamente de los grupos y comunidades indígenas", subrayó.

Concluyó que este fenómeno social es un lastre que se arrastra desde los tiempos de la Colonia en el país: "Desde la Conquista, la Colonia y todo el periodo del México independiente, México ha seguido viviendo, creciendo, desarrollándose con un racismo que pretende ser imperceptible, que trata de ser negado, pero cuya realidad es cada día más viva, potente y que nos grita para que volteemos a verla".