Petróleo

Biden va por más reservas petroleras pero Deer Park opera al límite y no podrá refinar el crudo venezolano

Las sanciones a Venezuela y la poca capacidad para refinar en EU por la política de energías limpias impiden a su administración bajar los precios en gasolinas.

 Joe Biden se muestra cada vez más presionado ante el incremento de los combustibles y las repercusiones políticas que pueda tener, por lo que mantiene la postura de levantar algunas sanciones en Venezuela para que Chevron pueda incrementar ahí sus negocios. Lo cierto es que aún liberando producción venezolana, el sistema de refinación en Estados Unidos limitará los objetivos del mandatario estadounidense.

En los últimos meses Biden se ha mostrado cada vez más presionado ante el alza de precios, en un entorno político crucial por las elecciones que se vienen en ese país. En ese contexto se le ha visto arremeter contra las grandes empresas petroleras de ese país, por no "bajar más sus precios" y hasta amenazarlos con un alza de impuestos. Pero también le ha significado considerar contradecir sus propias políticas.

La pandemia y luego los efectos de la guerra en Ucrania en el mercado de energéticos ha complicado las expectativas de transición energética en el mundo. Para la administración de Biden ha sido un golpe duro, que llevó como uno de los pilares en su política una "revolución verde" y a dejar de priorizar su sistema de refinación.

Ahora el juego dio un giro imprevisto que obliga a Biden a analizar la pertinencia de las sanciones hacia Venezuela, pues considera que extraer crudo de ese país impulsando los negocios de Chevron en ese país, serán una alternativa más.

Pero además, se enfrenta ante las restricciones que su propia política por las energías limpias impuso sobre el sistema de refinación, donde la fortaleza está centrada en aquellas que procesan crudo ligero y, por tanto, las opciones que tendría para procesar el crudo pesado venezolano son Deer Park y Pascagoula.

El problema es que la primera, al ser adquirida por Pemex, tiene un compromiso de refinación de más del 90%, el porcentaje restante es para Shell, con lo que no sería una opción; en tanto que Pascagoula no se encuentra en una situación óptima para realizar el proceso necesario.

En ese contexto, los limitados negocios que Biden plantea con Venezuela serían insuficientes, aportando alrededor de 500 mil barriles diarios. "Se necesitarían al menos la otra mitad de eso para lograr incidir en los precios del crudo", afirmó el consultor energético Gonzalo Monroy, además de recordar que las empresas también han desechado la refinación como una prioridad en su modelo de negocios.