Ciudadanos acusa al PP de haber accedido al censo de sus afiliados en Andalucía y apunta a los tránsfugas
En Ciudadanos están convencidos de que el PP quiere entorpecer el proceso de refundación en marcha. En cambio, los populares creen que la formación naranja agotó ya sus posibilidades. Pero el hecho de que el PP andaluz haya accedido al censo de afiliados de Ciudadanos tendrá consecuencias directas en la nueva etapa que proyecta Inés Arrimadas. "Esto es muy grave (porque) atenta de forma muy seria contra la protección de datos", dijo el martes el diputado malagueño Guillermo Díaz, acompañado por Edmundo Bal.
Antes de definir qué acción judicial adoptar a raíz de la publicación del medio Vozpópuli, en Ciudadanos intentan descifrar si se trató de un robo de información o si los datos fueron facilitados por exmiembros del partido que ahora están en las filas de Juanma Moreno. En cualquier caso, vulnerar la protección de datos puede constituir un delito y, en términos políticos, revela la estrategia del PP andaluz, que en los últimos meses ha avanzado en la absorción de los naranjas.
En Génova apuntan a Andalucía como plaza clave para ganar las generales de 2023. En el medio, se celebrarán elecciones municipales y Moreno planteará la campaña en términos de una revalidación de los resultados de junio y una disputa vis a vis con el PSOE. Con Vox a la baja y Ciudadanos en una crisis existencial, el PP andaluz pretender llegar a la votación como la principal formación de derecha sin competencia en ese campo.
Para definir las candidaturas, el perfil de los votantes y afilados de Ciudadanos es una información preciada para el Ejecutivo autonómico, pese a que fuentes del PP negaron a LPO contar con el censo en cuestión. "No hay necesidad de algo así", dicen en referencia a la supuesta sustracción de datos. El equipo de Arrimadas especula con que los tránsfugas han entregado los datos. Díaz lo dejó en claro: "queremos saber si alguien ha pagado un puesto entregando el censo al PP".
La gran pregunta es quién o quiénes. Los desertores de Ciudadanos son varios. La dirección sospecha de Marta Bosquet, expresidenta del Parlamento andaluz y actual titular del Instituto Andaluz de Formación Agraria (IFAPA), un organismo que depende de la Consejería de Agricultura e incluso de Juan Marín, recién designado presidente del Consejo Económico y Social por parte de Moreno. Marín, sin embargo, aún pertenece a Ciudadanos, a diferencia de Bosquet, lo que preocupa aún más a Arrimadas y sus leales.
Pero un miembro del partido involucrado en el proceso de refundación asegura a este medio que "es una sospecha". "Coincide en el tiempo la aceptación de un cargo en el gobierno del PP con el anuncio de un medio de que se dispone de esa información. No hay constatación, hay que ver las posibilidades legales de que eso pueda ser o no ser", dice. "Es una noticia para crear opinión, para hacer ver que la opción política de centro liberal no es una opción, cuando no es cierto", agrega.
El ex número dos de la Junta de Andalucía dice que el cargo en el CES no es político. "No me integro en el PP, sigo siendo afiliado de Ciudadanos", declaró tras recibir en encargo de Moreno. Esto no hace más que incrementar la desconfianza en un momento crítico para Ciudadanos, cuya militancia comienza a impacientarse con los resultados del proceso de renovación y la cuestión de la conducción, que deberán ser refrendados en asamblea extraordinaria. La ansiedad y las pocas perspectivas de futuro también ha hecho mella en los cargos del partido.
Juan Marín junto al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, en julio pasado.
A Marín y Bosquet le han precedido exconsejeros que quedaron fuera de juego luego de la elección de junio, cuando Ciudadanos perdió representación en la Junta. Rocío Blanco se mantiene como consejera de Empleo, Empresas y Trabajadores Autónomos: solo tuvo que cambiar de partido. La exconsejera de Igualdad, Rocío Ruiz, está en el Consejo Audiovisual autonómico. Los casos no se agotan en estos nombres. Moreno ha repartido a los desertores naranjas en organismos del Estado como forma de retenerles y vaciar a Ciudadanos.
El temor en Ciudadanos es que se replique este accionar en las distintas comunidades autónomas. Poco parece quedar de la relación preferencial que el partido ha construido con el PP. Eso explica que los naranjas estén reivindicando sus posicionamientos liberales para diferenciarse del conservadorismo de los populares. Paradójicamente, la filtración de los datos de la militancia puede acelerar el proceso de refundación que comanda Arrimadas.