Opinión

Abasto de medicinas, el fracaso

La decisión de López Obrador no fue debidamente razonada, ni tuvo un estudio previo de algún tipo de impacto.

Hay un fracaso de la administración del Presidente Andrés Manuel López Obrador del que poco se habla, pero que ha terminado por lastimar sensiblemente a los pobladores del país, me refiero al desabasto de medicinas que hoy sabemos que ha costado una millonada a todos los mexicanos.

Ahora conocemos, por ejemplo, que la decisión del Presidente de desmantelar el anterior sistema de compras consolidadas para dar paso a la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS), para adquirir los medicamentos, le costó al erario 4 mil 549 millones de pesos de más.

Es decir, que el esquema que pretendía instaurar el Gobierno federal para tener una mayor eficiencia en la distribución y fueran más baratos los medicamentos, terminó por ser exactamente lo contrario, pues acarreó sobrecostos, retrasos y escasez de fármacos, todo esto con cargo al erario y en detrimento de la población que no tuvo o ha tenido acceso a los fármacos.

Es decir que una mala decisión del Presidente ha acarreado serias consecuencias, las cuales aún no se conocen con exactitud, pero en su momento -que probablemente no sea en esta administración- se sabrá un poco más sobre la dimensión que tuvo esa instrucción del Presidente.

Y es que de esos 4 mil 549 millones de pesos de más que se pagaron, unos 2 mil 700 millones corresponden a los servicios del UNOPS y los restantes mil 849 millones corresponden al sobrecosto que el sector público pagó por el abasto de medicamentos e insumos por las mismas fallas que tuvo el organismo de la ONU.

El rezago que creó UNOPS fue enorme, dijo Enrique Martínez, director del Instituto Farmacéutico México, en declaraciones al periódico Reforma el 13 de octubre pasado.

Y es que no hay que olvidar cuál fue la ruta que siguió López Obrador para tomar tal decisión, pues en marzo de 2019 lanzó una ofensiva contra las distribuidoras de medicinas (Grufesa, Dimesa y Maypo) con las que tradicionalmente se compraban los medicamentos, arguyendo que esos proveedores concentraban 62.4 por ciento de las ventas al IMSS y el ISSSTE, por lo que decidió suspender las compras consolidadas y dejó esa responsabilidad a la Secretaría de Hacienda.

Lo que nunca tomó en cuenta el Presidente, es que esas empresas a las que decidió hacer a un lado cuentan con todo un esquema de almacenaje y distribución que hacen eficiente que los medicamentos lleguen a las personas que los necesitan, sin embargo, López Obrador no ha podido alcanzar ese grado de eficiencia en la distribución, pues esa tarea ya se la encargó a Birmex y hasta al Ejército, pero simplemente no tienen la capacidad de movilización como sí la tenían las empresas anteriores.

La decisión de López Obrador no fue debidamente razonada, ni tuvo un estudio previo de algún tipo de impacto, por el contrario, las mismas palabras del Presidente dan cuenta de la ligereza con la que se tomó la decisión:

"¿Cómo es posible que no podamos nosotros llevar las medicinas si llega la Coca Cola y llega la Sabritas? Uno de los hombres más afortunados del mundo, Bill Gates, hablaba de copiar el modelo de distribución de la Coca Cola y si es necesario vamos a crear una distribuidora para los medicamentos", dijo López Obrador el 12 de julio de 2019, unos meses después de haber tomado la decisión de frenar el esquema anterior de compras y cuando ya se veían algunas de las consecuencias.

El tiempo se ha encargado de poner las cosas en su lugar, pero lo realmente alarmante, es que parece que todas las decisiones que toma esta administración son con ligereza, sin razonamiento, por un arrebato.

El mismo López Obrador lo dijo el 19 de febrero de 2021: "Tengo la ambición legítima, quiero pasar a la historia como uno de los mejores presidentes de México y no le voy a fallar al pueblo y voy a lograr mi propósito".

Y tiene razón el Presidente en que el tiempo y la historia se encargarán de juzgarlo, pero quizá no de la forma en que él lo espera.

Twitter: @campudia