Chile

Boric alcanza un 65% de rechazo a tres años del estallido que lo llevó al poder

Se cumplieron tres años del estallido social que puso en jaque al gobierno de Piñera y abrió el proceso constituyente.

Se cumplen tres años del estallido social que cambió el devenir político en Chile. Las masivas protestas terminaron con el gobierno de Sebastián Piñera para dar paso a una agenda de reformas que el sistema político decidió que se canalice por la vía de un proceso de reforma de la Constitución.

Tres años después, con un gobierno que defiende las protestas y prometió la libertad a los presos durante los disturbios, muchas de las reformas aún no fueron implementadas y la Constitución terminó siendo rechazada. A su vez, Gabriel Boric se encuentra con imagen que se ubica en los 27 puntos de apoyo contra un 65 por ciento de desaprobación de la gestión.

Si bien una mayoría importante de chilenos decidieron rechazar el nuevo texto constitucional, según Cadem, un 71 por ciento está de acuerdo con cambiar la Constitución pero con otro esquema organizativo y presencia de expertos en la materia. 

Chile: El shock del Rechazo

En diálogo el politólogo y analista político, Patricio Navia, afirmó que "el estallido social remeció al país, pero creo que dejó consecuencias más negativas que positivas. La respuesta de la clase política fue la equivocada. La gente quería más inclusión social y el fin de los abusos. Quería entrar a la tierra prometida. Pero la clase política prometió una nueva tierra prometida que pasaría por redactar una nueva constitución. Tres años después, no tenemos nueva constitución". 

"Pero la gente todavía quiere entrar a la tierra prometida. La gente quiere mejores pensiones, más gasto social y el fin de los abusos a sus derechos de consumidores. Creo que más que alegría o esperanza, el estallido social hoy despierta descontento, insatisfacción y la sensación de que, una vez más, las personas fueron engañadas", agregó. 

Tres años después, no tenemos nueva constitución

Sobre el largo proceso constituyente que se abrió tras el estallido, Navia planteó que "el problema del proceso constituyente es que la clase política vendió eso como la píldora mágica que solucionaría, o comenzaría a solucionar, los problemas del país. Pero los problemas del país son de distribución de oportunidades, crecimiento e inclusión social. El proceso constituyente ha generado incertidumbre y eso ha afectado la posibilidad de crecimiento. Por eso, la gente siente que hoy está igual o peor que antes del estallido". 

La oposición abandona el diálogo con Boric y se complica el nuevo texto constitucional 

"Las pensiones siguen siendo malas. Si en 2019, el gobierno de Piñera hubiera negociado un aumento de impuestos de 2% del PIB para mejorar las pensiones, la gente hoy estaría mucho mejor. En cambio, el gobierno y la oposición se fueron por el camino de la convención constitucional. EL proceso, como lo advertimos algunos, fue mal diseñado y terminó mal. La gente sigue descontenta, pero ahora está además frustrada con el proceso constituyente. Hay fatiga constituyente", añadió.

Para Navia, "Boric hace equilibrio como en la cuerda floja. Pero no avanza. Su gobierno está atrapado en un proceso constituyente que no va a ninguna parte. La derecha está jugando con el reloj. Mientras el proceso constituyente siga abierto, Boric no va a poder impulsar sus principales reformas. El gobierno lleva 7 meses en el gobierno y ni siquiera ha presentado la reforma de pensiones que prometió en campaña". 

Chile, tres años atrás. 

"La reforma tributaria está todavía en primera trámite constitucional (faltan dos más). No va a salir antes de mayo de 2023. Y si la reforma originalmente iba a recaudar hasta 8 puntos del PIB, ahora va en menos de 3 puntos del PIB y todavía no llega al senado, donde la oposición de derecha tiene una mayoría de los escaño", apuntó.

Sobre un posible estallido en el presente, el analista aseguró que "a los gobiernos de izquierda no les hacen estallidos. Los gobiernos de izquierda sufren por la delincuencia y por el crimen. Los partidos de izquierda controlan los movimientos sociales que alimentan los estallidos. No creo que Boric deba temer por un nuevo estallido. A Boric le quita el sueño la inflación y la delincuencia. Su aprobación está en 27%, pero puede seguir cayendo si no logra implementar políticas públicas que hagan que disminuya un poco el alto nivel de delincuencia".  

Los gobiernos de izquierda no les hacen estallidos. Los gobiernos de izquierda sufren por la delincuencia y por el crimen. Los partidos de izquierda controlan los movimientos sociales que alimentan los estallidos. No creo que Boric deba temer por un nuevo estallido

Por último, Patricio Navia, aseguró que "la oposición ganó en el plebiscito porque hay inflación y hay delincuencia. Pero ni la inflación ni la delincuencia son cosas para las que la oposición tenga respuesta. Si hubiera una elección hoy, lo más probable es que la mayoría de los chilenos vote por un populista de derecha, pero no de los partidos tradicionales. Tampoco por José Antonio Kast. Es más, Boric ganó porque Kast era demasiado derechista. Hubiera sido otro el candidato de derecha en segunda vuelta, Boric hubiera perdido". 

"El gran riesgo para la democracia chilena hoy es que aparezca un outsider tipo Nayib Bukele-una especie de Franco Parisi, que ya compitió en 2013 y 2021-y que ese candidato convenza a los chilenos que tiene la capacidad de construir los puentes que lleven a la gente a la tierra prometida del desarrollo y el crecimiento inclusivo", pronosticó. 

Boric publicó encabezó un acto donde dijo: "A 3 años del Estallido Social, tenemos una nueva oportunidad para construir las bases de una sociedad justa y digna. Como Gobierno trabajamos con urgencia para ello, con reformas que atiendan las exigencias de las chilenas y chilenos. El estallido no fue una revolución anticapitalista y tampoco una pura ola de delincuencia". 

A su vez, aseveró que "las violaciones a los derechos humanos no son aceptables" pero aclaró que "Carabineros cuenta con todo nuestro respaldo para combatir la delincuencia y asegurar el control del orden público". "No hay una dicotomía entre ambas posiciones", sentenció.

Boric está tironeado por el Partido Comunista que presiona por los indultos para los presos políticos y el sector dialoguista que desembarcó en el gobierno tras la derrota en el plebiscito de salida y trabajan para un diálogo con sectores de derecha que se necesitan para un nuevo proceso constituyente.