Guerra en Ucrania

Putin extiende la guerra por toda Ucrania y crece el temor por un armagedón nuclear

Los expertos señalan que Rusia no logra avanzar con armamento convencional. Los bombardeos sobre Kiev y otras ciudades ucranianas remiten a la guerra en Siria. El general Surovikin y la estrategia de tierra arrasada.

 Vladimir Putin ordenó el bombardeo de Kiev y otras ciudades de Ucrania en un intento por revertir la contraofensiva en el campo de batalla. El Kremlin habla de "armas de precisión", pero apenas menciona la muerte de civiles -23 víctimas hasta el momento, según las autoridades ucranianas- y prefiere centrarse en la destrucción de infraestructura energética y comunicacional. Es el mensaje que le interesa transmitir a Putin: la guerra puede extenderse a todo el país.

Los misiles rusos no solo se ensañaron con la capital. En Leópolis o Lviv, la ciudad más occidental en ser atacada, la población sigue sin luz ni agua corriente. Y en Zaporiyia, donde los bombardeos continuaban este martes, se devastaron instalaciones públicas. Putin prometió más ataques en respuesta a los "métodos terroristas" de Volodimir Zelenski, en referencia a la reciente explosión del puente que une la Crimea ocupada con el territorio de la Federación Rusa.

Putin responde a la explosión del puente de Crimea con una lluvia de misiles sobre Kiev

Pero la inteligencia ucraniana asegura que los bombardeos ya estaban planificados desde antes y que el objetivo es castigar a los civiles, en sintonía con la visión y el prontuario de Serguéi Surovikin, ahora máximo responsable militar ruso en Ucrania. Surovikin, nombrado por Putin el sábado pasado, es el responsable de haber dejado la ciudad siria de Alepo en ruinas. En Chechenia, en la década del 00, también había aplicado una estrategia de tierra arrasada. 

Surovikin, nombrado por Putin el sábado pasado, es el responsable de haber dejado la ciudad siria de Alepo en ruinas. En Chechenia, en la década del 00, también había aplicado una estrategia de tierra arrasada

"Los ucranianos tuvieron una serie de éxitos iniciales producto de la capacidad militar cedida por EEUU, entre artillería, tanques y forma de entrenamiento. Los rusos perdieron la iniciativa terrestre, que ahora la tienen los ucranianos. Estos ataques a Kiev y otras ciudades son una retaliación por lo del puente y por los éxitos ucranianos. Lo veremos cada vez más seguido: los rusos cruzaron el Rubicón y van a atacar las ciudades, y objetivos de contravalor con mucha fuerza", asegura a LPO Juan Battaleme, experto en seguridad internacional.

El presidente ucraniano Volodimir Zelenski.

Para el secretario académico del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales, CARI, Rusia entrará "en una lógica de atacar ciudades mucho más significativas que Mariúpol", prácticamente borrada del mapa durante los primeros meses de la invasión. "Rusia no se plantaba destruir Kiev. En la estrategia inicial querían imponer un régimen títere. Si no la pueden tomar, va a destruirla. Se trata de poner toda la presión sobre la capital y ciudades que supuestamente estaban seguras. Es usar los bombardeos para cambiar los ánimos de la población civil", dice.

La incorporación de Surovikin y la serie de ataques -la última es consecuencia de la primera- fue bien recibida por los sectores ultra belicistas de Rusia. Ramzan Kadyrov, líder de Chechenia y aliado clave de Putin, dijo sentirse contento con la marcha de guerra después de haberse mostrado disconforme con los avances ucranianos. Kadyrov había recibido el apoyo de Yevgeny Prigozhin, empresario gastronómico cercano al Kremlin y dueño del grupo de mercenarios Wagner. El presidente ruso no podía permitirse poner en riesgo su liderazgo.

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Los expertos coinciden en que Rusia no puede contrarrestar la situación en Ucrania con armamento convencional. Por eso Alexandr Lukashenko anunció que desplegará tropas en Bielorrusia alegando presuntas provocaciones de Ucrania, Polonia y Lituania. Putin quiere involucrar de forma directa a uno de sus pocos aliados en Europa, aunque Minsk ya secundó a los soldados rusos antes y en las primeras semanas de la invasión. Kiev llegó a denunciar que el territorio bielorruso sirvió de plataforma para el lanzamiento de misiles hacia el norte de Ucrania.

"Ucrania fue exitosa, recupera territorio, pero ¿cuántas reservas le quedan? No lo sabemos. Los rusos tienen capacidad de ataque y es muy prematuro hablar de una derrota de Rusia, aunque tampoco sabemos exactamente qué capacidad real tiene para sostener una campaña de obliteración. Hablo de la opción convencional, no de la opción nuclear", señala Battaleme. 

La diferencia con la crisis de los misiles de Cuba y la crisis actual es que en la primera el problema era el despliegue de misiles. Acá los misiles están desplegados y hay defensas antimisiles activas

Kadyrov animó a Putin a dar luz verde para el uso de "un arma nuclear de bajo rendimiento" en Ucrania. Nadie quiere arriesgar qué pasa por la cabeza de Putin y por las previsiones de la cúpula militar rusa. Desde Washington, el presidente estadounidense Joe Biden pronosticó incluso un armagedón si Rusia da ese paso. El especialista lo ve con preocupación. "La diferencia con la crisis de los misiles de Cuba y la crisis actual es que en la primera el problema era el despliegue de misiles. Acá los misiles están desplegados y hay defensas antimisiles activas", indica.

 Jens Stoltenberg, secretario general de la ONU.  

"El uso o no uso es una discusión distinta. Es más peligrosa cuando todo está desplegado, ha alguna garantía de defensa y los rusos tienen garantía de que pueden usar armas nucleares. Estamos más cerca de la crisis del despliegue de los misiles Pershing en Alemania, donde los soviéticos pensaban que los norteamericanos estaban por lanzar un ataque anticipado y pusieron su arsenal nuclear en estado de alerta. Hoy hay más chances de que haya un empleo de armas nucleares que en el 62. Porque las armas están desplegadas", sostiene Battaleme.

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Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, dijo hoy que los bombardeos masivos sobre ciudades ucranianas por parte de los rusos son "una señal de debilidad, porque la realidad es que no pueden avanzar en el campo de batalla". Esa aparente debilidad es, sin embargo, una inquietud para Ucrania y Europa. Nadie se anima a pensar qué puede estar pasando por la mente del hombre desató la guerra hace casi ocho meses.