Sancor Seguros quiere construir la segunda torre más alta del país en Rosario y chocan Javkin y los concejales
La sociedad entre Sancor Seguros, la constructora Obring y el estudio jurídico Casanova-Mathos-Salvatierra para levantar una gigantesca torre de 200 metros de alto en un predio de casi dos hectáreas frente a la costa del río Paraná fue presentada en sociedad a través de notas periodísticas donde se aseguraba que la construcción contaba con luz verde del Concejo Deliberante de Rosario.
La iniciativa sí cuenta con el apoyo del intendente Pablo Javkin, que hace pocas semanas ordenó que se avance con el anteproyecto de ordenanza con los inversionistas con las autorizaciones y excepciones necesarias para superar las alturas contempladas en el plan urbano -basta ver el render de los propios desarrollistas para visualizar que la torre está totalmente fuera de escala con su entorno-.
Pero pese al supuesto apoyo del intendente, el expediente nunca llegó al Palacio Vasallo (sede del Concejo Deliberante rosarino). Y no es la primera vez que ocurre.
Según fuentes al tanto de las negociaciones que hablaron con LPO, el tema se trabó porque no hay acuerdo entre los inversionistas y el Municipio sobre las compensaciones que se deben fijar a cambio del permiso para construir por sobre lo permitido. De hecho, el cálculo que trascendió ronda los seis millones de dólares pero sigue en discusión y esto explicaría el atraso en el giro al Concejo.
"Se trataría de una plusvalía histórica en Rosario para un proyecto edilicio", dijo a LPO un concejal opositor que integra la Comisión de Planeamiento y aclaró que no conoce más detalles que las versiones periodísticas.
La mega torre que el consorcio liderado por Sancor Seguro quiere construir en la zona más top de la costa de Rosario.
La concejal del Frente de Todos, Silvana Teisa, en diálogo con LPO reconoció que, una vez más, el proyecto no pasa del plano mediático: "No podemos omitir opinión de un proyecto que no fue formalmente presentado y solo nos enteramos por verlo dos veces en la tapa del diario".
"Sabemos que hubo una presentación formal en Sancor pero no participamos. A priori, me parece que el proyecto merece un estudio mucho más allá de una excepción de altura sino que debe haber un análisis de impacto ambiental, que respete la normativa sobre patrimonio porque es zona de silos que están protegidos y que haya informes técnicos sobre la construcción de las cocheras subterráneas y el complejo de viviendas sobre la barranca", agregó la concejal.
Los ediles de la Comisión de Planeamiento del Concejo de Rosario que hablaron con LPO anticiparon un debate áspero y con números ajustados ya que el oficialismo y aliados no cuentan con mayoría automática.
Dos de las siete bancas están en manos del Frente Progresista y una es la socialista Verónica Irizar que no suele votar a ciegas. De hecho, declaraciones de la ex secretaria de Planificación del socialismo, Mirta Levín, quien proyectó el convenio urbanístico para Puerto Norte salió a cuestionar fuertemente el proyecto de Sancor y podría anticipar un voto en contra de Irizar.
A su vez, dos votos lo tiene el interbloque del Frente de Todos que miran con lupa cada uno de los expedientes y otros dos de Junto por el Cambio que suelen pedir modificaciones y ampliar detalles antes de votar a favor de los emprendimientos inmobiliarios.
La concejal del Frente de Todos, Silvana Teisa.
Es que según informaron los desarrolladores, el edificio que será el segundo más alto del país, contará con 60 pisos de los cuales los primeros 20 serán de uso corporativo por Sancor Seguros y el resto, departamentos residenciales de 2 a 5 ambientes. Además, sobre la barranca se prevé la construcción de dúplex con pileta, solárium y la posibilidad de incorporar una guardería náutica.
A su vez, el master plan contempla que el 90% del terreno sea de acceso público, una de las características positivas que más señalan los inversores quienes aseguran que se garantiza la circulación peatonal por todo el predio y al mirador a 200 metros de altura.
No es la primera vez que ese predio fue objeto de polémica. Años atrás, formó parte del malogrado proyecto Metra que diseñó el estudio del arquitecto inglés Norman Foster y su construcción iba a estar a cargo del misterioso fondo desarrollista TGLT de Federico Weil y Darío Lizzano, que terminó retirándose de Rosario en medio de controversias.