Crisis energética

Los agricultores advierten que quedarán miles de hectáreas sin sembrar por el exponencial aumento de los fertilizantes

Los costes agrarios se han duplicado para la campaña de otoño. Una consecuencia: muchos productores van a dejar parte de sus explotaciones sin sembrar. Un relato en primera persona.

Daniel Trenado (32 años), agricultor extremeño desde hace cinco, saca cuentas para la campaña de otoño. Los números rozan el rojo. Hasta hace poco, la hectárea de cebada le salía unos 450 euros. Con los precios de hoy, el gasto se ha duplicado: 824 euros figura en su último excel.

Este asfixiante crecimiento del 100% en los costes de producción se explica, básicamente, por la subida de los fertilizantes, una materia prima básica del sector. Este abono -a base de gas- asoma indispensable para mejorar los rendimientos (más producción). La rentabilidad de la agricultura está, desde hace décadas, anclada a este componente químico.

La industria europea de los fertilizantes sufre hoy una fuerte parálisis por el aumento del gas, lo que ha elevado los precios a máximos históricos. Trenado explica que antes se gastaba entre 150 y 170 euros por hectárea. Hoy necesita 400 euros (+166%).

España ve con alarma la crisis de los fertilizantes y le pide a Bruselas un plan para aumentar la producción 

Este incremento -dice- está "rompiendo la ecuación" de la mayoría de los productores. Casi todos sus vecinos van a adoptar una estrategia conservadora en esta campaña. "La mayoría van a maximizar barbechos (tierra de cultivo que se deja sin sembrar), que tiene muy poco gasto y que permite seguir cobrando la subvención europea (PAC). No ganas, pero tampoco te la juegas", explica en diálogo con LPO.

"Nunca hemos tenido este grado de incertidumbre. Todos los factores de riesgo se han alineado, la sensación es de tormenta perfecta", grafica. La variable climática -la histórica sequía del verano- es otro escollo a sortear para quien produce la tierra. "Otro año malo puede hacer estragos", advierte el agricultor extremeño. Y pone un ejemplo.

Un ciudadano medio español puede afrontar un aumento del 30% de los alimentos. El problema es que estamos gestando una inseguridad alimentaria muy preocupante

Por las condiciones meteorológica, la producción de aceite de oliva de Andalucía para la campaña 2022-2023 será de 587.000 toneladas, lo que supone un descenso del 49,1% respecto a la producción final de 2021 y del 47,5% que la media de las cinco últimas campañas.

Trenado aclara que "en juego" no está solo la rentabilidad del sector. A su juicio, hay "poca consciencia de la bola de nieve" que se está gestando por la crisis de los fertilizantes. Para los consumidores españoles significará otro "golpe inflacionario". "Hay muchos costes que todavía no se han trasladado. Los productores teníamos la esperanza de aumentos coyunturales. La sensación es que estos costes de producción han llegado para quedarse, por lo que el traslado a los precios minoristas se va a sentir con fuerza en los próximos meses".

La crisis de los fertilizantes también afecta a España: el 30% de la industria está paralizada

Para el mundo -para las regiones menos desarrolladas- la merma productiva de Europa significará más hambruna. "Un ciudadano medio español puede afrontar un aumento del 30% de los alimentos. El problema es que estamos gestando una inseguridad alimentaria muy preocupante", dice. 

Su razonamiento no parece ser ni exagerado ni alarmista. El jefe de la agencia alimentaria de Naciones Unidas, David Beasley, pide en cada una de sus intervenciones públicas "actuar ya" para evitar una escenario catastrófico en materia de alimentos.

La industria europea de los fertilizantes está, desde hace meses, paralizada por el aumento del gas, lo que ha elevado los precios a máximos históricos. Trenado explica que antes se gastaba entre 150 y 170 euros por hectárea. Hoy necesita 400 euros

"Nos enfrentamos a un problema de precios de alimentos en 2022. Pero si no nos ponemos al frente de este problema de forma inmediata, vamos a tener un problema de disponibilidad en 2023. Y eso va a ser un infierno para la tierra", advirtió días atrás.

Daniel Trenado, agricultor y consultor agrícola (Roberto Palomo/El País).

Para Trenado, España y Europa se enfrentan a una "rueda que no tiene salida" mientras el sector agrícola siga sin disponer de "fertilizantes asequibles".

La UE podrá intervenir la producción de las empresas si por la crisis se rompen las cadenas de suministro

LPO adelantó que el ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación quiere que Bruselas replique el plan de emergencia que en febrero se puso sobre la mesa para frenar la crisis de los semiconductores, que puso en jaque a la industria automotriz: una ambiciosa inversión para aumentar la producción de fertilizantes, restablecer los precios y evitar las "relocalizaciones" a geografías que tienen hoy un gas mucho más barato (Estados Unidos, por ejemplo).

"Tenemos un factor de preocupación, yo lo tengo, sobre el tema de los fertilizantes. Hablamos de chips para la industria, para los vehículos, los automóviles; pero los fertilizantes y las semillas son los chips de la agricultura y necesitamos una autonomía de producción, capacidad de producción propia. Es muy importante y no la tenemos", reconoció la semana pasada el ministro Luis Planas. 

LPO adelantó que el ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación quiere que Bruselas replique el plan de emergencia que en febrero se puso sobre la mesa para frenar la crisis de los semiconductores, que puso en jaque a la industria automotriz

La Comisión Europea calcula que, en promedio, los Estados miembros utilizarán un 20% menos de fertilizantes en las cosechas de este otoño, lo que afectará -en cantidad y calidad- a la producción de alimentos. 

El funcionario español no está solo en su cruzada. Cuenta con el respaldo de su homónimo francés, Marc Fesneau. La dependencia del país vecino a la importación de fertilizantes (70%) es mayor a la de España (50%).

El excel de David Beasley también tiene números en rojo. Su planilla, eso sí, es mucho más dramática. En 2017, cuando asumió como jefe de la agencia alimentaria de la ONU , en el mundo había 80 millones de personas en situación de hambruna. Cinco años después, cambio climático, pandemia y guerra mediante, la cifra trepó a 345 millones, un 342% más. En 2023, el número puede escalar a niveles nunca vistos.