Brasil Decide

Lula tuvo que arengar a una militancia desilusionada por la remontada de Bolsonaro

La buena elección de Bolsonaro pegó fuerte en el comando de Lula que encabezó un breve acto en la avenida Paulista.

 La buena elección de Bolsonaro cayó como un baldazo de agua fría en el buker del Partido de los Trabajadores. Un día antes, en el mismo hotel donde se desarrolló el comando de campaña, Lula había dado una rueda de prensa ante medios nacionales e internacionales que fue convocada a la misma hora de la publicación de las encuestas de IPEC y Datafolha. 

Fue una decisión pensada para que los medios presentes le pregunten al candidato del PT sobre los números que lo dejaban cerca de ganar en primera vuelta. Ante eso, Lula dijo que "creía que iba a ganar en primer vuelta" pero abrió el paraguas. "Ellos están convencido en que ganan en primera, pero no pueden decirlo hacia afuera", comentó a LPO una segunda línea petista. 

Lula le ganó a Bolsonaro que hizo una elección mejor de lo esperado y habrá segunda vuelta en Brasil

La confianza continuó. Horas antes del cierre de las mesas, desde el piso ubicado arriba de la sala de prensa donde estaban reunidos los dirigentes del PT e invitados especiales como el comunista chileno Daniel Jadue, el co-fundador de Podemos Juan Carlos Monedero y kirchneristas como Ofelia Fernández y Victoria Tolosa Paz, bajaba la misma línea: "ganamos en primera". 

Horas antes del cierre de las mesas, desde el piso ubicado arriba de la sala de prensa donde estaban reunidos los dirigentes del PT e invitados especiales como el comunista chileno Daniel Jadue, el co-fundador de Juan Carlos Monedero y kirchneristas como Ofelia Fernández, bajaba la misma línea: "ganamos en primera".

Con el inicio del conteo Bolsonaro se impuso pero el argumento fue la falta de carga de los estados donde Lula había ganado. "Con el 30 escrutado empieza a cambiar la tendencia", decían. No pasó, Bolsonaro seguía liderando con un piso más alto de lo que se había anticipado. "El piso de Bolsonaro es 42, pero lo damos vuelta", confesó uno que un día antes había pronostica una paliza en primer turno.

La preocupación empezó a notarse en las caras y los cuerpos hasta que la diferencia de votos en Minas Gerais empezó a estirarse. Las asesoras de prensa del PT caminaban nerviosas por la sala de prensa hasta que una gritó: "Virou!!".  Lula recuperó terreno ante la victoria contundente del bolsonarismo en San Pablo y Río de Janeiro. 

Lula en el comando paulista.

En medio de la ansiedad reinante, desde el comando convocaron a la prensa al salón principal para una rueda de prensa de Lula. La espera fue de 40 minutos y el cordón humano que dividió a los políticos invitados de la prensa no pudo ocultar las cabezas cabizbajas y las caras serias. 

Con la tensión que se respiraba en el aire, Lula salió al escenario sonriente y haciendo chistes con la prensa. Ofició de maestro de ceremonia, presentó a Alckmin y luego habló más pensando en levantar a la tropa que para pedir apoyos o enviar un mensaje a los indecisos. 

"No alcanza con derrotar a Bolsonaro, hay que derrotar al bolsonarismo"

Del hotel se fue directo a la avenida Paulista donde lo esperó un centenar de militantes que se habían preparado para otra cosa. La victoria tuvo un sabor agridulce y antes que Lula hablara en el escenario montado al lado de Museo de Artes de San Pablo, el clima era de derrota. El líder brasileño habló menos de 5 minutos, los convocó a militar la segunda vuelta y clamó: "La campaña empieza mañana". 

El corto discurso terminó con fuegos artificiales y un ánimo un poco más arriba que la sensación de velorio del hotel. "Lula llegó y levantó el ánimo. El clima no era bueno", reconoció uno de los militantes presentes mientras la escueta concentración se desmovilizaba.