Ghunter Rudznit

"Si Bolsonaro pierde los militares van a tener que obligarlo a entregar el poder"

Ghunter Rudznit fue asesor del Ministerio de Defensa durante el gobierno de Cardoso y es uno de los mayores expertos militares en Brasil. En una entrevista con LPO anticipó lo que puede ser la postura de las Fuerzas Armadas luego de la segunda vuelta.

La vuelta de los militares a debatir asuntos centrales de la política de Brasil es una de las novedades de estos cuatro años de gobierno de Jair Bolsonaro. Los más de seis mil que integran el gabinete nacional representan una cifra mayor de la propia dictadura del 64 y hay muchas dudas respecto a lo que harán si Lula gana la segunda vuelta. 

Ghunter Rudznit, asesor del Ministerio de Defensa durante el gobierno de Fernando Henrique Cardoso y profesor de Relaciones Internacionales especializado en Seguridad Nacional de la universidad ESPM, de San Pablo, habló con LPO sobre el universo castrense, las dudas de un golpe y los desafíos del Partidos de los Trabajadores para recuperar el diálogo con las Fuerzas Armadas.

El especialista asegura que el quiebre de los militares con el PT fue por la Comisión por la Verdad impulsada por Dilma Rousseff y las acusaciones de su gobierno contra las Fuerzas Armadas durante el proceso de impeachment de 2016. 

La falta de interlocución de Lula con los militares preocupa al PT y alimenta la teoría del golpe 

A su vez, aclara que "los militares no quieren dar un golpe" y plantea que "tienen que obligar a Bolsonaro y garantizar la transición" en caso de victoria de Lula.

-¿Por qué hay preocupación por lo que puedan hacer las Fuerzas Armadas de Brasil el día después de la segunda vuelta?

-Hubo un involucramiento muy grande de los militares con la candidatura de Jair Bolsonaro, comenzando por el vicepresidente Hamilton Mourao, que tiene una representatividad muy grande en el grupo de los militares que vieron en el gobierno del PT un proyecto corrupto. Eso que el gobierno de Lula fue el que más recursos asignó para los militares. El problema fue que tras el gobierno de Lula vino un cambio radical en la relación con Dilma tras la puesta en funcionamiento de la Comisión por la Verdad. Entonces, con eso y la corrupción, decidieron "reconstruir el país", según entiendo, porque creyeron que iban a controlar a Bolsonaro. 

Es importante destacar que Bolsonaro es un capitán, mientras que Mourao es un general cuatro estrellas. Con el comienzo del gobierno entendieron que era "indomable" y con una serie de hechos, dentro del propio gobierno, empezó a darse una interna entre los propios militares. 

La primera fue la salida del General Santos Cruz que ocupó la Secretaria General de la Presidencia. Santos Cruz comandó las fuerzas de la ONU en misiones en el Congo, una misión de fuego real y por eso ya comienza ahí un corrimiento de otros que salieron y fueron posicionándose de una forma un poco menos radicalizada. Santos Cruz fue vocero de un sector que rompió con Bolsonaro y por eso mismo, hay entre militares activos muchos bolsonaristas, no tanto entre los de alto rango, aunque también tiene.  Por eso mismo, quedó esa dualidad. La presencia de militares activos en el gobierno es más grande que la de la época de la dictadura. 

-¿Cuál es la postura interna entonces?

-Hay peleas entre ellos, hay líneas diferentes pero para fuera se muestran unidos. Por eso quedan dudas de lo que puedan hacer. 

-¿Cuáles son esas internas?

-Están vinculadas al grado de participación política. Algo que muchos olvidan es que las Fuerzas Armadas son un actor político del país. Ellos tienen derechos de participar del debate político o de definir que debe hacerse con la política pública, por ejemplo, en lo que respecta a la garantía de ley y orden, algo que siempre les preocupó. Yo recuerdo cuando estaba en el Ministerio de Defensa en 2001-2002, que me decían: "Profesor, nosotros estamos en las calles. Cuando los policías hacen huelga, somos nosotros los que salimos" y eso les da legitimidad para ser parte de las discusiones.  

El problema fue que tras el gobierno de Lula vino un cambio radical en la relación con Dilma tras la puesta en funcionamiento de la Comisión por la Verdad. Entonces, con eso y la corrupción, decidieron "reconstruir el país", según entiendo, porque creyeron que iban a controlar a Bolsonaro

Toda la discusión de la reglamentación de actividades militares, su participación en las zonas fronterizas, toda una serie de legislaciones que fueron construidos tras la re-democratización, no se hizo de un día para otro. Cuando se creó el Ministerio de Defensa, había miedo de la Marina y la Aeronáutica de que el ejército dominara el ministerio, fue un proceso lento hasta que Fernando Henrique Cardoso aceptara su creación. La Marina fue muy inteligente, ellos fueron los primeros en mandar propuestas. Yo participé de la estructuración y división del ministerio de Defensa y vi a la Marina y el Ejército debatir cara a cara sobre sus intereses, como en cualquier país.

-Los primeros dos años años de Bolsonaro, el Jefe del Ejército, Edson Leal Pujol, se encargó de mostrar diferencias entre las Fuerzas Armadas y los militares en el gobierno. ¿Eso cambió con la nueva cúpula que asumió en 2021?

-No, continúan profesionales. 

-¿No están más cerca de Bolsonaro?

-No. Cuando hacía la maestría en la Universidad de San Pablo y luego cuando estaba en el Ministerio de Defensa vi dos cosas. Primero, que en ese momento crearon una interna entre los militares, la unidad para ellos es fundamental, eso es un resquicio de la década del 60 porque los primeros actos del gobierno de Castelo Branco fue desplazar a los militares de izquierda, fue por eso que la gran mayoría adhirió a la derecha conservadora de las Fuerzas Armadas, cuando vio que había divisiones entre ellos, eso es algo que no aceptan. Segundo, ellos dicen, "nunca tuvimos un control del ministro de hacienda" y me quedé pensando, el control de la economía la llevaron civiles, pero ¿quién quedó marcado por la crisis económica de la dictadura ? Los militares no quieren eso de nuevo. Esas dos preocupaciones continuan muy fuerte y por eso es que no van a dar golpe porque realmente entre ellos no desean que eso ocurra de nuevo. 

Los militares no van a dar un golpe porque no desean que eso ocurra de nuevo.

Si esa idea estaba descartada antes de la guerra en Ucrania, con lo que EEUU y la Unión Europea hacen con la elite rusa tenga la seguridad que no.

-El Senado estadounidense aprobó la semana pasada una resolución muy fuerte donde plantea que si Bolsonaro no reconoce los resultados, la Casa Blanca debería romper relaciones con Brasil e interrumpir programas de cooperación militar. ¿Cuan importante es la posición de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos para los militares brasileñas?

-Hay que entender algo. Los militares, en ese sentido, son nacionalistas al extremo. La interferencia de Carter en la dictadura a finales de los 70 que terminó con la ruptura de relaciones militares entre EEUU y Brasil fue un alivio para los militares. ¿Por qué? Somos un país grande, con Fuerzas Armadas grandes y respetadas y no aceptan tutelas.

-Brasil por encima de todo...

-Exactamente, Brasil por encima de todo. Ellos no aceptan tutelas americanas, los admiran, es la organización que les gustaría tener pero no quieren tutelas y cada vez que sale un comunicado de esas características, ellos lo rechazan. 

-¿Puede generar un efecto contrario?

-No, refuerza el nacionalismo, pero no veo que genere un corrimiento,  la cantidad de ejercicios y combinadas es muy grande. Hay unidades americanas entrenando en Brasil y viceversa. Las FFAA de EEUU son una referencia de organización, nosotros tenemos equipamientos americano por eso no se puede romper esa relación, no lo veo. Ahora, con todas estas circunstancias quedan más dudas sobre de que lado ellas estan respecto de una aventura golpista, no creo que se sumen pero quedan dudas. 

-¿Bolsonaro representa el proyecto político de la dictadura? 

-Las ideas económicas no. Paulo Guedes representa una visión más liberal que aquella época. En ese período de la dictadura fue donde más empresas estatales se crearon, fue intervencionista, entonces, Guedes no representa pero la cabeza de Bolsonaro sí, su neoliberalismo fue oportunismo político para conseguir apoyo de la elite económica.  

Los militares, en ese sentido, son nacionalistas al extremo. La interferencia de Carter en la dictadura a finales de los 70 que terminó con la ruptura de relaciones militares entre EEUU y Brasil fue un alivio para los militares. ¿Por qué? Somos un país grande, con Fuerzas Armadas grandes y respetadas y no aceptan tutelas

La mentalidad y la visión del mundo de Bolsonaro es la de la dictadura, eso de que el no piensa como el es comunista no es sólo un discurso de campaña, él piensa eso, no es un personaje para la prensa y sus militantes, en todo caso es un personaje que se acerca mucho a lo que verdaderamente es, sobre todo con su vínculos con milicianos.

-¿Es cierto que no existe diálogo de los militares con el PT?

Eso es así. Cuando se dio el impeachment de Dilma, y todo el discurso del golpe, la postura de Edson Pujol y Vilas Boas generó un alejamiento, sobre todo con las declaraciones de los lideres de los lideres del PT en ese momento. Eso y la Comisión por la Verdad, que para ellos era un proceso que estaba terminado con la amnistía para los dos lados, como dicen. Ese alejamiento ocurrió. Hubo intento de acercamiento de parte de del ex ministro de Defensa, Nelson Jobin y en algún momento va a tener que existir, pero pasaron cosas como cuando el PT dijo que se arrepentía de no cambiar la currícula de las escuelas militar o cuando interfirió en el proceso de asenso de los oficiales, eso generó mucha desconfianza. Van a tener que conversar, el PT tendrá que poner algún ministro de Defensa de diálogo y obviamente el ministro tiene que volver a ser un civil. 

Lo que sí creo también es que los militares van a tener que garantizar una transición y, si pierde, obligar a Bolsonaro a hacerla. 

-¿Los militares salen con más poder después de Bolsonaro?

-Uno de los grandes problemas de Brasil es que los civiles nunca se preocuparon por temas militares. Eso muestra que como los civiles no ocuparon ese lugar, los militares se quedaron y expandieron, no solo en Defensa sino en todas las áreas de Seguridad. El Gabinete de Seguridad Institucional está ocupado sólo por militares desde la redemocratización, pasa lo mismo en las áreas de Seguridad de los Estados, sólo militares como el General Campos en San Pablo, excelente profesional pero es un General, los civiles creen que la seguridad es cosa de represión y dictadura, por eso las policías nunca fueron bien reformadas. 

Si Bolsonaro pierde, los militares van a tener que garantizar una transición y obligarlo a hacerla.

El PT dice que quiere conformar una Guardia Nacional de Seguridad para rediscutir la idea de ley y orden, yo no se si eso va a resolver. ¿Otra más? ¿De qué tamaño? ¿Con qué presupuesto? Se puede hablar de profesionalizar que era mi idea cuando estaba en el ministerio pero hay un tema de presupuesto. Van a tener que dialogar todo esto y lo mas importante, designar un ministro civil. 

-¿Cuánto hay de cierto de la puja entre Fuerzas Armadas y la Corte Suprema para ser "Guardián de la Constitucion"? Esa idea del poder moderador está bastante presente en la historia de Brasil.

-No habrá pelea. Eso sería una ruptura constitucional. Es un gran problema de nuestra clase política. Las indicaciones del presidente, no de Bolsonaro sino de todos, para ocupar cargos en el Supremo es a través del Senado es una broma de mal gusto. Ha habido jueces que respondían a las preguntas de los senadores: "No sé, prometo estudiar eso y responderle". No puede hacer eso, en una democracia como la nuestra el indicado por el presidente debe saber que pasará por un debate muy duro, al final de cuentas es la Corte Suprema. 

Eso es un problema creado por nuestra clase política por no llevar de forma seria ese proceso, entonces, creo que las peleas internas de la Corte no terminaron y eso es porque por primera vez se sintió amenazada en su independencia. Ante eso, los jueces se cerraron y todas las peleas internas históricos cesaron para afuera y todas las medidas del ministro Alexader De Moraes contra Bolsonaro fueron apoyadas. Si pasa de nuevo se van a cerrar de nuevo pero es un problema entre la política y los jueces, no de los militares. La política no quiere avanzar porque todos tienen sus proceso judiciales sea en la instancia que sea, y por eso no quieren pelea. Al mismo tiempo, los jueces prorrogan causas porque no quieren pelear con el Congreso porque el año pasado puse en marcha una Comisión de Investigación contra la actuación de los jueces. Uno de los impulsores de eso y después la desactivó fue Flavio Bolsonaro.