Córdoba

Reproches en el peronismo cordobés por haber expuesto a Schiaretti en Marcos Juárez

Error de cálculo, falta de análisis y críticas a las encuestas: cómo se vivió la derrota en el peronismo de Córdoba y quiénes son los apuntados.

No hay un único análisis. Tampoco un único apuntado. Sí hay quienes se despegan de la estrategia, de haber llevado a Juan Schiaretti a jugar a fondo sin un horizonte claro de triunfo. El peronismo lame las heridas que dejó en su ego la derrota en Marcos Juárez: perder es siempre una posibilidad en una elección, lo que no advirtieron fue la diferencia, la paliza.

Tras la derrota, en el PJ eligen la autoayuda: "El que debería estar preocupado es (Luis) Juez: Marcos Juárez demostró que la gente vota la continuidad de las buenas gestiones, como la de (Pedro) Dellarossa, Y él -Juez- no fue un buen gestor", dice un funcionario provincial que no integra la mesa chica del gobernador, pero habla frecuentemente con quienes se sientan a ella.

"Aún con un buen armado político, es difícil ganar a una gestión bien ponderada por el vecino", es el eje del discurso que ensayan en el Palacio 6 de Julio, donde está el despacho de Martín Llaryora. Aunque lo niegue ahora, el intendente esperaba que el triunfo de Verónica Crescente en Marcos Juárez fuera el disparo de largada de su campaña.

"Ganó un espacio que gobierna Marcos Juárez desde hace ocho años y lo hará cuatro más. Pese al nombre de la coalición, no hubo cambio, hubo continuidad", agrega otro funcionario, ya tabulado para el discurso post domingo.

Durísima derrota para Schiaretti en Marcos Juárez: ganó Juntos por más de 15 puntos

Pese a estos destellos de optimismo, la derrota ("el papelón", lo definió otro funcionario) encendió todas las alertas en el peronismo cordobés. El primer apuntado en privado es Carlos Massei, jefe político del departamento Marcos Juárez y autor del acuerdo con Verónica Crescente. No por la apuesta, si no por no haber advertido ciertas particularidades del clima de pueblo: Crescente fue quien "traicionó" a Dellarossa, el dueño de los votos.

El otro a quien responsabilizan es Roberto Sposetti, el ministro sin cartera en el Gobierno provincial. Le reprochan haber confiado en las encuestas y minimizar el análisis político. "Las encuestas sirven para adentro, pero deben sopesarse con otras herramientas", dice uno de los funcionarios; mientras otro le enrostra "haber llevado a Schiaretti a poner la cara". En el último mes de campaña, el mandatario fue una vez por semana a respaldar a Crescente y hasta utilizó su cuenta oficial de gobernador para mostrarse como el "garante" de las promesas de campaña.

Schiaretti con la candidata Verónica Crescente

¿Qué análisis no se hizo o se minimizó? La tracción que haría Dellarossa, el dueño de los votos en Marcos Juárez. "Sin voto bronca ni candidatos con imagen negativa, es lógico que la gente votara continuidad. Eso pasó y no se advirtió", analiza uno de los consultados.

En esa línea, otro funcionario apunta que el resultado muestra que Dellarossa le transfirió a su candidata, Sara Majorel, "exactamente los mismos votos que él logró en 2018". Es cierto: el resultado es una fotocopia. Por eso, coinciden los consultados, "queda claro que es una elección municipal sin incidencia provincial".

En el último mes de campaña, Schiaretti fue una vez por semana a respaldar a Crescente y hasta utilizó su cuenta oficial de gobernador para mostrarse como el "garante" de las promesas de campaña

Un tercer funcionario, quien añora los modos de conducción de José Manuel de la Sota, suma en las críticas a Guillermo Seita, amigo íntimo de Schiaretti y consultor de la estrategia nacional del gobernador. Le critica, fundamentalmente, el "panradicalismo" al que aparentemente quiere llevar al gobernador cordobés, para hacerlo confluir con Facundo Manes y otros dirigentes del mediocampo. Se refiere al entusiasmo que generó en la campaña la posibilidad de celebrar "el triunfo del modelo Córdoba en Marcos Juárez".

Como se dijo al inicio, no hay una mirada única respecto de las responsabilidades, sino pinceladas interesadas. Con la derrota a cuestas, todos minimizan el efecto que podría tener la derrota dentro de nueve meses, cuando (se especula) se elegirá al sucesor de Schiaretti. Él y Llaryora eligen creer que la salida de la encerrona es la gestión. Del plan nacional de Schiaretti no se volvió hablar en las primeras 48 horas que siguieron a la derrota. La prioridad siempre será "garantizar la continuidad de Hacemos por Córdoba en el Gobierno provincial", es el mantra.