Nagorno Karabaj

Armenia denuncia ataque militar de Azerbaiyán y Putin interviene para evitar una guerra

Armenia denunció que 49 soldados murieron en un ataque azerí y Rusia apuró un alto el fuego para evitar un conflicto cerca de su frontera. El Kremlin sospecha de Turquía.

 El Kremlin logró desactivar lo que parecía ser la reanudación del conflicto entre Armenia y Azerbaiyán, un escenario que busca evitar a toda costa mientras prepara su respuesta a la contraofensiva ucraniana. El Ministerio de Exteriores ruso pidió una solución "a través de medios políticos y diplomáticos" luego de que el gobierno armenio denunciara que 49 de sus soldados murieron en la madrugada del martes por el fuego azerí, que en Moscú interpretan como un ataque avalado, sino alentado, por el presidente turco Recep Tayyip Erdogan.

Mientras el equipo de Serguéi Lavrov intentaba calmar los ánimos, el canciller de Turquía salió a respaldar a Azerbaiyán, como lo hizo durante la guerra que enfrentó a armenios y azeríes en 2020. "Armenia debe poner fin a sus provocaciones y centrarse en las negociaciones de paz y la cooperación con Azerbaiyán", escribió Mevlut Cavusoglu en Twitter. El mensaje iba dirigido Armenia, exculpaba a Azerbaiyán e intentaba sacar el foco de una cuestión central: el ataque azerí no iba dirigido contra la zona disputada de Nagorno-Karabaj, sino contra territorio soberano armenio.

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"El acuerdo tripartito de noviembre de 2020 entre Armenia, Azerbaiyán y Rusia generó una nueva frontera que hasta entonces no existía. Esa frontera había puesto una distancia razonable entre pueblos y ciudades armenias y el Ejército azerí. Esa franja de tierra ya no existe y los pone en contacto directo. Pero Azerbaiyán no da un paso sin el visto bueno de Turquía, que es el artífice material de la victoria azerí en 2020. Y el ataque de ayer ocurre un día después de la retirada de los soldados rusos en Járkov", dice a LPO Aram Mouratian, director del Consejo Nacional Armenio de Sudamérica.

El presidente azerí Ilham Aliyev y la primera dama y vice Mehriban Aliyeva caminan en la zona de conflicto tras el fin de la guerra en noviembre de 2020.

Rusia entiende el conflicto por Nagorno Karabaj, un territorio de mayoría armenia reclamado como propio por los azeríes, como un asunto derivado de la era soviética, cuando ambos países pertenecían a la URSS y las fronteras internas eran un problema todavía latente. También lo entiende como una forma de mantener la influencia rusa en el Cáucaso y por eso se reserva el rol de mediador y la prerrogativa de desplegar un contingente de soldados propios. Pero en el enfrentamiento de 2020, Armenia perdió el control de dos tercios de Nagorno Karabaj, que a principios de los 90 se había autoproclamado república independiente. 

 Azerbaiyán no da un paso sin el visto bueno de Turquía, que es el artífice material de la victoria azerí en 2020. Y el ataque de ayer ocurre un día después de la retirada de los soldados rusos en Járkov

Para los armenios la concesión fue demasiado dolorosa. La gestión rusa fue cuestionada y el resultado casi termina con el gobierno del primer ministro Nikol Pashinián. Rusia tampoco pudo garantizar la paz porque el intercambio de fuego, aunque intermitente, continuó y el Ejército azerí retomó en agosto el control total de Lachín, por donde pasa el corredor que une Armenia con los armenios de Karabaj y de gran simbolismo para las partes. Dentro del denominado Grupo de Minsk de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), integrado por Rusia, Estados Unidos y Francia, la Casa Blanca vio una oportunidad.

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El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, nombró a Philip Reeke como asesor principal para las Negociaciones del Cáucaso, una jugada que Azerbaiyán se apuró a desestimar porque considera que cualquier intento de rehabilitar el Grupo de Minsk vuelve a poner en cuestión a quién pertenece Nagorno Karabaj. Además, el presidente azerí Ilham Aliyev puede contar con la protección de Erdogan.

 El presidente turco Recep Tayyip Erdogan. 

Mouratian señala que la última agresión de Azerbaiyán "se da en el marco de dos negociaciones, la auspiciada por Rusia al fin de la guerra y la que intenta hacer la UE, que está lejos de ser ideal porque no se aborda el tema de Nagorno Karabaj, que es el centro de la cuestión". "Rusia trata de mantener a Azerbaiyán controlado. Un día antes de la invasión a Ucrania, firmaron un acuerdo para asegurar la retaguardia en el Cáucaso y contrarrestar la influencia turca, muy presente sobre todo después de la guerra", sostiene. Tras asegurarse el triunfo de su aliado, Erdogan reclama ahora un mayor protagonismo turco en el Cáucaso.

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Erdogan quiere hacer valer su momento de gloria internacional. Es el único interlocutor legitimado por Putin y Volodimir Zelenski, mientras los soldados ucranianos recuperan terreno y en el Kremlin sopesan la respuesta. "La relación entre Rusia y Turquía tiene muchas complejidades, es de cooperación y competencia. Compartimentan cada una de las cuestiones y buscan que ningún conflicto en el que están involucrados interfiera con el del otro", apunta el director del CNA.

Turquía está advirtiéndole a Rusia que su presencia en el Cáucaso será permanente, y de paso le recuerda a Armenia que Aliyev, quien llegó a escribir en Twitter que Armenia "ni siquiera es digna de ser una sirvienta", puede recostarse en el apoyo de Ankara. Lo cierto es que Aliyev y Pashinián se han reunido en varias ocasiones, en su mayoría por iniciativa de los líderes europeos, desde Emmanuel Macron a Charles Michel.  

En medio de la crisis energética y del reemplazo de los hidrocarburos rusos, la UE descubrió en Azerbaiyán un suministrador privilegiado de gas para el continente

Pero este acercamiento propiciado por París y Bruselas podría quedar congelado por un tiempo. En medio de la crisis energética y del reemplazo de los hidrocarburos rusos, la UE descubrió en Azerbaiyán un suministrador privilegiado de gas para el continente. La impotencia de Europa y Rusia son una mala noticia para Armenia y una muy buena para Azerbaiyán y Turquía.