Sindicalización

Ahora los nuevos sindicatos van con sus reclamos a las casas de Bezos y el CEO de Starbucks en Nueva York

Aprovecharon el Día del Trabajo para copar las calles y marchar hacia los domicilios del dueño de Amazon y de Howard Schultz. Dicen que las grandes corporaciones buscan silenciarlos.

La cara visible de la revolución sindical en Amazon, Chris Smalls, agarró de nuevo un megáfono y tomó las riendas de una marcha con centenares de trabajadores. Con motivo del Día del Trabajo, miembros de los sindicatos de Amazon y Starbucks, se concentraron frente a la residencia de Howard Schultz, CEO de Starbucks, en el West Village de Nueva York. Varios trabajadores de Starbucks tomaron la palabra en un ambiente de motivación ante el boom sindical vivido desde inicios de año. 

Tras la visita a la casa de Schultz, vino la parada en una de las casas de Jeff Bezos y finalmente la marcha puso fin en el epicentro del capitalismo, Times Square, donde Smalls reconoció no tener permiso para hacer el acto. "No seguimos las normas. Si queremos, paramos la ciudad, porque las calles son nuestras", afirmó el líder de ALU (Amazon Labor Union).

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LPO conversó nuevamente con Smalls, quien se muestra cómodo atendiendo a la prensa, plenamente consciente que llama la atención y ejerce de figura célebre.

¿Cómo ves el camino sindical en Starbucks?

Starbucks está ignorando a sus trabajadores con piquetes de 24 horas. Es increíble cómo se están organizando. Estamos delante una nueva generación de organizaciones y eso es lo que va a conseguir que estas corporaciones se arrodillen por fin. Durante años los sindicatos en este país estaban en declive por los millones que ponían las empresas y la desinformación de los últimos 50 años. Pero este año la cosa ha cambiado. Los trabajadores de Amazon y Starbucks están transformando todo.

¿Has visto resultados a nivel político de las promesas que te hicieron hace unos meses?

Los políticos no hacen nada. Y me da igual haberme reunido con Biden. Si lo tengo que criticar lo hago. Hoy marchamos para hacer sentir nuestras voces, no nos quedamos en el momento que vivimos a inicios de año y les rendiremos cuentas a los que vinieron a hacerse fotos cuando llamamos la atención mundial.

"Tenemos que mostrar a los millonarios como Bezos que los trabajadores en Estados Unidos tienen poder" 

La marcha del Dia del Trabajo en Nueva York, con Smalls a la cabeza, confirmó que hay poder de convocatoria, pero que la atención de los medios ya no es la misma que en el momento álgido en que nació el primer sindicato de Amazon en el almacén de Staten Island. Y precisamente esa es una de las quejas de los sindicalistas, como el poder de las grandes empresas trabaja para limitar su batalla.

Los trabajadores en los EE. UU han logrado avances significativos durante la recuperación de la pandemia. Algunos salarios han aumentado, los empleadores ofrecen más beneficios, los expertos proclaman que la oficina es obsoleta y los sindicatos están resurgiendo.

El mercado laboral local está dominado por unas pocas empresas. A nivel nacional, solo dos empresas, Amazon y Walmart, emplean a 3,9 millones de personas, o alrededor del 3% de la fuerza laboral del sector privado. 

Sin embargo, el profundo y persistente desequilibrio de poder entre los trabajadores y sus jefes se mantiene. Tan solo hay que observar la concentración de empleadores en Estados Unidos: según una medida, el mercado laboral local promedio del país está dominado por unas pocas empresas, superando con creces el umbral que el Departamento de Justicia considera altamente concentrado. A nivel nacional, solo dos empresas, Amazon y Walmart, emplean a 3,9 millones de personas, o alrededor del 3% de la fuerza laboral del sector privado.

Esta concentración del mercado puede dar a los empresarios lo que los economistas llaman poder de monopsonio (un monopsonio es como un monopolio, pero se refiere al comprador en lugar del vendedor). Cuanto más monopsónico es un mercado laboral, menos empresas tienen que competir por los trabajadores, lo que dificulta que estos últimos exijan salarios más altos o mejores condiciones de trabajo.

Algunos acuerdan no contratar a los trabajadores de otros, una práctica que provocó problemas con el Departamento de Justicia de seis empresas tecnológicas (Adobe, Apple, Google, Intel, Intuit y Pixar) en 2010. Y según una estimación de 2017, aproximadamente uno de cada cuatro trabajadores estadounidenses está o ha estado sujeto a una cláusula de no competencia que, como dice en el nombre, reduce la competencia en el mercado laboral.