España transfirió 3,3 mil millones de euros al Kremlin por la compra de combustible desde que empezó la guerra
En las últimas horas, Rusia cumplió su promesa y cortó el suministro de gas que llegaba por tuvo a Europa. El Kremlin condiciona la reactivación del gasoducto Nord Stream al levantamiento de todas las sanciones occidentales. La transacción que sigue activa con los países de la eurozona es la marítima: la venta de gas natural licuado (GNL) por barco es hoy una de las principales fuentes de ingreso para las arcas de Vladimir Putin.
En julio y agosto, España fue el país del mundo que más GNL compró a Rusia: las empresas importadores españolas transfirieron más de 747 millones de euros a las energéticas rusas. El puerto de Bilbao fue el tercero del mundo que más gas ruso recibió en este periodo, tras Montoir-de-Bretagne (Francia) y Zeebrugge (Bélgica).
En lo que respecta a la importación general de combustibles fósiles (gas, carbón, petróleo, etc.), la península le entregó al Kremlin un total de 3,3 mil millones de euros desde que comenzó la guerra. Es el octavo país europeo con más volumen de negocio en materia de energía.
España triplica en junio la compra de gas ruso y convierte a Putin en su segundo exportador
Los datos aparecen en el último informe del Centre for Research on Energy and Clean Air (CREA), un think tank ambientalista que hace recuentos periódicos sobre los ingresos de Moscú por ventas de energía desde el inicio de la guerra. Su gran conclusión es que los ingresos por las exportaciones rusas de combustibles fósiles en los seis primeros meses desde que comenzó la invasión han sobrepasado el coste de la guerra.
"Las exportaciones de combustibles fósiles son un facilitador clave de la acumulación militar de Rusia y la brutal agresión contra Ucrania. Los impuestos y aranceles de exportación relacionados con el petróleo y el gas representan más del 40% del presupuesto federal de Rusia anualmente. Estos ingresos también están históricamente correlacionados con el gasto militar regular del país", explica el informe.
Fuente: CREA
Según este relevamiento, Rusia obtuvo 158.000 millones de euros en ingresos por exportaciones de combustibles fósiles en los primeros seis de la guerra (24 de febrero al 24 de agosto). La UE importó el 54% de esto, por un valor aproximado de 85 mil millones de euros.
"Las exportaciones de combustibles fósiles han aportado aproximadamente EUR 43 mil millones al presupuesto federal de Rusia desde el comienzo de la invasión, ayudando a financiar crímenes de guerra en Ucrania", agrega el estudio.
Dentro de la UE, los mayores importadores fueron Alemania (19 mil millones de euros), Países Bajos (11,1 mil millones), Italia (8,6 mil millones), Polonia (7,4 mil millones), Francia (5,5 mil millones), Bulgaria (5,2 mil millones), Bélgica (4,5 mil millones) y España (3,3 mil millones).
Lauri Myllyvirta, analista de CREA, explica que "las importaciones españolas de combustibles fósiles rusos aumentaron en julio y agosto en comparación con los meses anteriores impulsadas por un aumento de las importaciones de GNL".
Según CREA, Europa tiene "herramientas" para limitar los precios de exportación de Rusia. Un ejemplo: de la capacidad de los barcos que transportaban combustibles fósiles rusos en julio, el 62 % era propiedad de la UE navieras y el 73% estaba asegurado en el Reino Unido y Noruega. "Europa tiene la influencia para implementar un tope de precios en las exportaciones de petróleo de Rusia que, efectivamente, recorten sus ingresos".
Alemania quiere construir un gasoducto para traer gas desde España y Portugal
Mejorar su estructura es otra herramienta que dispone la UE para dejar de depender de los barcos rusas. La propuesta de España y Alemania de construir un gasoducto que conecte la península ibérica con Francia es una alternativa. Sin embargo, en las últimas horas, el presidente francés, Emmanuel Macron, volvió a rechazar el plan por considerarlo "inútil" para afrontar la crisis actual y dañino para el medioambiente.
Yo hablo de hechos, no hago política", dijo el mandatario galo para justificar su oposición al MidCat, en una rueda de prensa en París, tras reunirse por videoconferencia con el canciller alemán, Olaf Scholz. "No me ha dado hechos distintos que me hayan convencido de la necesidad de una interconexión gasística. Si mañana el presidente Sánchez me dice: ‘he aquí los hechos', yo estoy dispuesto a revisar mi posición".