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Interna en Juntos: un sector no quiere votar el repudio al ataque a Cristina que propone el oficialismo

Prefieren una foto o una resolución redactada en conjunto. Y consideran que la sesión puede ser una "trampa". El debate seguirá el sábado antes de la sesión.

Hasta el viernes por la noche, el interbloque de diputados de Juntos por el Cambio no tenía una decisión unánime sobre votar la resolución de repudio al intento de magnicidio a Cristina Kirchner que se tratará en la sesión especial convocada para este sábado por el oficialismo, que incluye una condena a la "violencia política" y a los "discursos de odio".

Como son dos expresiones repetidas en las manifestaciones de funcionarios y legisladores este viernes, un sector del frente opositor cree que la sesión puede resultar "una trampa" en la que terminen como acusados del fallido disparo en la cara de la vicepresidenta. 

Tras una jornada de zooms y reuniones entre los jefes de bloques y en cada fuerza, la posición de ausentarse en la sesión empezaba a quedar en minoría en Juntos y ganaba algunos casilleros la de asistir y revisar el texto de la resolución. 

Diputados sesiona el sábado para repudiar el intento de magnicidio a Cristina

Había algunos referentes de la oposición que buscaban  cancelar la sesión y reemplazarla por una foto conjunta similar a la del Senado, donde se emitió un documento que reclama la "paz social". Pero en sus diálogos con la presidenta de la Cámara Cecilia Moreau y el jefe del oficialismo Germán Martínez no lograron convencerlos.

"El hecho fue grave y requiere una respuesta de envergadura. Después que convocamos a una sesión, casi todas las legislaturas lo hicieron", respondían en el oficialismo. La excepción fue el Senado, porque los legisladores ya habían partido a sus provincias. Durante la mañana de este viernes el kirchnerismo empujó versiones de una sesión conjunta de ambas cámaras, que luego se disiparon.

El proyecto de repudio del oficialismo cuestiona la "violencia política" y los "discursos de odio". El sector más duro de Juntos no quería participar de la sesión y de mínima exige revisar el texto. Habrá reuniones durante el sábado. 

Tan compleja era la negociación entre los diputados de JxC que las posturas ni siquiera podían dividirse por bloque. Un sondeo estimado de uno de los referentes consultado por LPO arrojaba que la mayoría del PRO no quería participar de la sesión, sobre todo los más cercanos a la presidenta del partido Patricia Bullrich.

En el oficialismo destacaba que el jefe del PRO, Cristian Ritondo, fue uno de los primeros dirigentes en repudiar el intento de magnicidio a Cristina y difundió un comunicado de su bloque que no pareció consensuado con la líder de su partido. 

Entre los radicales (que también emitieron comunicado de repudio) había más interesados en asistir ala sesión y votar.  La coalición cívica no había dado señales. Un nuevo capítulo de la guerra entre halcones y palomas, pero sin referencias claras y con jugadores que rotan entre uno y otro grupo. 

Pero aún quienes estaban dispuestos a participar buscaban correcciones en la resolución del oficialismo. Querían dejar claro que los discursos de odio no tenían un sólo emisor, que la violencia política no estaba en escalada y, si es posible, borrar algunos párrafos de los fundamentos, que repite cuatro veces la palabra "odio".

 Hay uno que puede dar muchas interpretaciones. "Desde hace varios años asistimos en nuestro país a diferentes expresiones que incitan la violencia y el odio. Esos discursos surgen de diferentes espacios políticos, culturales, judiciales, y mediáticos", señala. 

Silvia Lospennato y Karina Banfi. 

"Lo que quiere hacer el el oficialismo es prácticamente hacernos responsables del ataque. Lo primero que tiene que haber es voluntad real de hablar. Una foto como la de ayer del Senado hubiera estado bien", sostuvo ante LPO uno de los negociadores, decidido a participar pero con miedo a ser rehén.

La lectura de los más rebeldes era que el presidente inauguró con su cadena nacional una tanda de mensajes encriptados para culparlos, que continuaron con las declaraciones de ministros y funcionarios. "No no hizo ninguna alusión a ellos", replicaban en el Frente de Todos, con la transcripción de su discurso en mano. 

Martínez tenía a casi la totalidad de sus 118 diputados confirmados en Buenos Aires para sesionar y el quórum lo tendría garantizado con los partidos provinciales y los federales, el mix de socialistas, cordobeses y bonaerenses. Aunque si Juntos abre una negociación por un texto diferente no sería extraño que se sumen.

Si todos los bloques participan habrá 3 o 4 oradores por cada uno, pero si sólo bajan al recinto los oficialistas no habrá control de los discursos. Claro que lo importante será el contenido. 

"Nadie podrá controlar el recinto. Nos prestaríamos a una trampa", era otra fase repetida entre los duros del JxC. No les alcanzaban las garantías de que no habrá militancia en los palcos. "El acto político fue el viernes", trataban de tranquilizarlos en el FdT. 

Si no hubiera quórum, el oficialismo no podría aprobar la resolución de repudio, un escenario que tampoco convence a Juntos. Por eso la negociación seguirá este sábado a primera hora y en la reunión de jefes de bloque previa a la sesión, convocada a las 12. Queda mucho tiempo.