Tras la asunción de Correa, el gobierno de Kicillof dilata la negociación salarial

Los gremios esperan una convocatoria por parte del gobierno. La llegada del líder de los curtidores frenó la negociación.

A una semana de asumir como ministro de Trabajo de la provincia, Walter Correa, dilata la negociación con docentes y estatales para revisar el acuerdo salarial del 60% que comenzó a quedar por debajo de la inflación. "Por el momento no hay nada. Seguimos esperando", dicen desde los despachos gremiales.

El nuevo ministro de Trabajo asumió días atrás en reemplazo de Mara Ruiz Malec que pasó a cumplir funciones en la Afip. El cambio en el sillón principal de la cartera laboral interrumpió la reapertura de la negociación salarial.

Al momento de confirmarse la salida de Ruiz Malec, el gobierno había iniciado una serie de reuniones técnicas salarial con estatales y docentes, pero solamente se limitó a escuchar a los representantes gremiales, sin hacer ninguna oferta.

La llegada de Correa paralizó el avance de la negociación. Pero además, en su discurso de asunción, el nuevo ministro evitó dar definiciones sobre los salarios y eso fue una señal que encendió algunas alertas en los gremios.

"El reclamo por las paritarias en la provincia ya estan planteadas, nos preocupan algunas declaraciones del nuevo ministro que habla de aumentos de sumas fijas", dijo Ricardo Fusco, un referente de la Federación de Educadores Bonaerenses (FEB) tras la asunción de Correa. "No aceptamos que hablen de sumas fijas, son injustas y violan los derechos", agregó.

Correa asume en la provincia y genera resistencia en "los gordos" de la CGT

Hasta el momento, los estatales percibieron 36% en cuotas mientras que los maestros cobraron un incremento del 38% contra una inflación acumulada hasta julio del 46,2%. Restan por pagar dos cuotas: un 14% en septiembre y un 10% en diciembre. Por esto, desde hace semanas, los docentes y estatales reclaman adelantar el cobro de los dos tramos pendientes para recuperar el poder adquisitivo perdido.

Entre las expectativas que generó la sorpresiva salida de Ruiz Malec y la llegada de Correa se apuntaba la posibilidad de un cambio en la posición del gobierno respecto de la negociación salarial con docentes y estatales. Desde el inicio de la gestión, Kicillof se ocupó de consolidar una fuerte alianza con esos sectores gremiales. Tanto el líder de los docentes, Roberto Baradel (Suteba), como el jefe de los estatales, Oscar De Isasi (ATE), se ubican en la primera fila durante los actos que encabeza el Gobernador.

A diferencia de gestiones anteriores -donde las negociaciones salariales eran motivo de fuertes pulseadas entre gobierno y sindicatos- en la era Kicillof no hubo conflicto alguno. Nunca hubo paros docentes, ni estatales en los gremios mayoritarios. Sin embargo, la posibilidad de que la llegada de Correa cambie esos acuerdos comienza a inquietar a los gremios.

Walter Correa, Mara Ruiz Malec y Axel Kicillof.

Correa viene con todo el apoyo del Instituto Patria. Es uno de los dirigentes gremiales más cercanos a Cristina y Máximo Kirchner. Sin embargo, dentro de la CGT es resistido por "los Gordos" y el sector autodenominado "los independientes", que integran Gerardo Martínez (Uocra) y los estatales Andrés Rodríguez (UPCN) y José Luis Lingeri (AySA).

Estos gremios mayoritarios que hoy llevan las riendas de la CGT mantienen una posición dura respecto del dirigente de los curtidores: aseguran que pone los intereses de la política por encima de los intereses del sector sindical.

"Los Gordos" y "los independientes" ven a Correa más volcado a la política que a lo sindical. Consideran que prioriza una lógica individual por sobre una política cegetista. Esas diferencias quedaron claras nueve meses atrás cuando se oficializó la nueva cúpula de la central obrera con un triunvirato conformado por Pablo Moyano, Héctor Daer y Carlos Acuña.

En ese acuerdo, la Corriente fue desplazada de los sectores más importantes en la estructura de la CGT. Actores importantes de ese armado kirchnerista como Vanesa Siley (Judiciales) y el propio Correa no pudieron quedarse con espacios relevantes.