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Cristina pidió a sus militantes: "Vayan a descansar"

La vicepresidenta pareció cumplir con su parte de un pacto no escrito: las vallan no vuelven y ella pediría a sus militantes que se retiren.

 Tras una jornada de tensión, Cristina le habló a los militantes que se acercaron hasta su casa y pidió: "Vayamos a descansar porque ha sido un largo día". Las palabras de la vicepresidenta pidiendo a su gente que se disperse parecieron parte de la negociación con el gobierno porteño: no habrá más vallas, pero tampoco vigilia ni acampe en Recoleta. 

Un trato frágil y de difícil cumplimiento porque como reveló LPO, las bases desbordaron a La Cámpora y en muchos casos se movilizan solos al departamento de Recoleta.

En el gobierno porteño culpan a Felipe Miguel por el fracaso de las vallas

Cristina Kirchner dio su discurso desde un pequeño escenario instalado a una cuadra de la esquina de su casa que hasta la movilización estaba dentro del perímetro de vallas que puso la Ciudad. Desde esa esquina en una de las zonas más coquetas del Recoleta reivindicó su derecho como "ciudadana" de ese barrio a expresarse, en un discurso, que como el previo de Larreta, fue bastante medido. Rastros de un acuerdo para que la situación no escale en un desastre irreversible.

"Desde el día martes, quien les habla ha sufrido un permanentemente hostigamiento de personas que vienen a insultar y a lanzar amenazas de muerte. Nunca vi a la Policía de la Ciudad intervenir", señaló. "Soy ciudadana también y pago mis impuestos igual que todos", se quejó.

En el único lugar donde hubo escenas de violencia fue en la ciudad de Buenos Aires, y en la puerta de mi casa, provocadas por lo que llamó el odio hacia la alegría y el amor de los peronistas. No es cierto que estaban todo el día, era durante la mañana cuando voy al Senado y luego a las 7 de la tarde, cuando se juntaban a cantar y manifestar su apoyo, no a insultar a nadie.

Los principales ministros de Nación y Ciudad se reunieron para poner fin a las vallas y las movilizaciones en Recoleta, si bien no anunciaron un acuerdo, parecieron haber cerrado un pacto no escrito.

En su discurso Cristina recordó -como lo hizo en la carta a Larreta- que el 10 de diciembre de 2015, cuando dejó la Presidencia, no pudo dormir en su casa porque la esquina de su domicilio "había sido copada por militantes y simpatizantes macristas, muy violentos".

"En el único lugar donde hubo escenas de violencia fue en la ciudad de Buenos Aires, y en la puerta de mi casa, provocadas por lo que llamó el odio hacia la alegría y el amor de los peronistas", dijo.

"No es cierto que estaban todo el día, era durante la mañana cuando voy al Senado y luego a las 7 de la tarde, cuando se juntaban a cantar y manifestar su apoyo. No a insultar a nadie", explicó.

"Tenemos que pedirle a la oposición, sobre todo ahora que se avecina una nueva campaña presidencial, que dejen de competir entre sí para ver quien odia más, y quien le pega más a los peronistas. Olvídense de eso", reclamó.

"Quería decirles gracias y pedirles que vayamos a descansar porque ha sido un largo día. Muchas gracias a todos", dijo Cristina al finalizar el acto.