Lula quiere las presidencias de Diputados y Senadores para "terminar con el semipresidencialismo"
El Congreso de Brasil será determinante para el próximo gobierno. Bolsonaro tuvo que negociar con el Centrao, el grupo de diputados que controla la mayoría parlamentaria y negocia con todos los Ejecutivos.
La relación con este sector fue parte importante de la ronda de entrevistas que Globo hizo a Jair Bolsonaro y Lula, en el caso del Presidente por su contradicción ante sus críticas durante la campaña presidencial y en el caso del líder del PT en relación al futuro vínculo.
Esta elección renovará toda la Cámara de Diputados -de 513 representantes-, un tercio del Senado -27 de 81 legisladores-, y se elegirán a los 27 gobernadores del país y todos los diputados locales (1059).
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Lula fue contundente y dijo que "la negociación debe darse con los partidos políticos y no hay muchos. El Centrao no es un partido político. Hasta porque ahora solo están los partidos políticos PT, PSDB, PSOL, PSB porque casi todos los otros son una cooperativa de diputados que se juntan en determinadas circunstancias".
Acto seguido, el ex presidente sostuvo que "hay que terminar con el semipresidencialismo" y calificó a Bolsonaro de ser "el bobo de la Corte" por delegar el poder en Arthur Lira, presidente de la Cámara.
Estas declaraciones de Lula exponen su interés en cómo queda configurada el Congreso y, especialmente, la Cámara de Diputados que es la que tiene llave para iniciar un proceso de destitución y manejar los tiempos de cada una de las votaciones claves.
Arnildo Chinaglia, diputado de San Pablo.
Los gobiernos del Partido de los Trabajadores tuvieron acuerdos con el MDB de Michel Temer, sobre todo el de Dilma, donde presidió Diputados de la mano de Eduardo Cunha y el Senado con el experimentado Renan Calheiros. La ruptura de al relación con el MDB motorizó el impeachment contra Dilma en 2016 pero antes su gobierno no pudo impulsar ninguna reforma legislativa.
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De ganar, Lula no quiere sufrir ese problema y es por eso que empieza a barajar una serie de nombres que le garanticen la gobernabilidad. En el entrono del ex presidente dicen que será el mismo el que lleve a cabo las negociaciones con los partidos pero es evidente que necesita un interlocutor con capacidad de negociación.
Lejos de este perfil se encuentra la presidente del PT, Gleisi Hoffmann o el ex jefe de bancada petista, Paulo Pimenta quienes expresan a los sectores más idealizados y radicalizados del partido de Lula. "La persona tiene que ser alguien de buena relación con el Centrao y eso no es sencillo", dicen. "Sí o sí que dar algo para el grupo de Ciro Nogueira y Artur Lira del Partido Progressista (PP)", agregan.
Una de las figuras que aparece como posible presidente de la Cámara de Diputados es Arnildo Chinaglia, experimentado diputado paulista que ya presidió el cuerpo entre 2007 y 2009 y tendría el apoyo de Lula para volver a ocupar ese cargo.
Chinaglia dijo en una entrevista exclusiva con LPO en abril que "el modelo de Constitución de mayorías requiere de una Jefe de Estado con liderazgo y autoridad personal, política y personas que sepan operar para lograr esas mayorías. En pleno auge del gobierno de Lula, nunca tuvimos mayorías en temas económicos, por ejemplo. Yo fui líder de los gobiernos de Lula y Dilma y se necesita tener esa autoridad fuerte para conducir ese proceso y parlamentarios con capacidad de articulación".
Jacques Wagner, ex gobernador de Bahía y Senador.
En el caso del Senado, las figuras más fuertes son el ex gobernador de Bahía y actual Senador, Jacques Wagner y el gobernador de Marañao, Flavio Dino, que va por una banca en el Senado. En este caso, Dino es del PSB pero tiene el apoyo de Lula, incluso, para una eventual candidatura presidencial futura. De todas formas, al margen de las especulaciones, se espera que durante el primer año de mandato, Lula conviva con las actuales autoridades Arthur Lira y Rodrigo Pacheco. Para imponer autoridades, el PT y sus aliados tienen que hacer una buena elección en los principales estados, por ejemplo, en San Pablo y Río de Janeiro, además de aquellos territorios donde Lula puede hacer una muy buena elección. "Una buena elección para la izquierda es llegar a 200 diputados", asegura una fuente que conoce el devenir del Congreso.