Urkullu aprovecha el decreto de ahorro energético para presionar a Sánchez por la transferencia de competencias
La reacción de Iñigo Urkullu a las medidas de ahorro energético decretadas por el gobierno de Pedro Sánchez tiene poco que ver con la crisis. El mensaje que el lehendakari quiso enviar a Moncloa se basa en las diferencias respecto a la cesión de competencias y el peso que PNV busca adquirir en la etapa final de la legislatura. Para ello, el mandatario vasco se subió al tren de críticas del PP, aunque sin mimetizarse con el discurso de confrontación directa que ensayo Isabel Díaz Ayuso.
Urkullu terminó reconociendo que aplicaría el decreto del Ejecutivo central, pero lamentó que Sánchez hubiese resignado la "cogobernanza" y el diálogo con las comunidades autónomas. En otras palabras, aprovechó la iniciativa de Moncloa -que responde a una resolución de Bruselas- para poner sobre la mesa el Estatuto de Gernika y los puntos que han quedado en suspenso. Las alarmas se encendieron en Vitoria cuando el presidente pronunció durante el debate del estado de la nación que hay competencias no transferibles.
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El PNV ha edificado su poder en base los reclamos competenciales y Urkullu aspira a avanzar en este aspecto en la segunda mitad que reste a la legislatura autonómica. El lehendakari ya ha conseguido el traspaso del Ingreso Mínimo Vital y la gestión y la gestión carcelaria, y ahora presiona por controlar el régimen para trabajadores extranjeros y el fondo de protección a la cinematografía, entre otras cuestiones.
a consejera vasca de Autogobierno, Olatz Garamendi junto a Isabel Rodríguez y José Manuel Albares en Leioa, Vizcaya, a finales de julio.
La consejera de Gobernanza Pública y Autogobierno, Olatz Garamendi, se lo reclamó a Isabel Rodríguez en la reunión que mantuvieron el pasado 29 de julio. La ministra de Política Territorial acotó la negociación al traspaso de las líneas de tren de cercanías, previsto para octubre, ya que en Moncloa no quieren dar la imagen de que benefician a unas autonomías por sobre otras. Sin embargo, el PSE forma coalición del gobierno con el PNV y también apoyan la transferencia sin dilaciones.
Desde el socialismo asegura a LPO que la alianza con los nacionalistas vascos se mantendrá tanto en el Congreso de los Diputados como en la administración autonómica. Con todo, el PNV se siente incómodo por el rol que le reserva el PSOE en el respaldo de leyes que Moncloa considera clave. El reclamo recurrente es que Sánchez procede sin consultar con los socios parlamentarios y, en algunos casos, se inclina por formaciones en particular, como EH Bildu, con el cual el partido de Urkullu mantiene un enfrentamiento en Euskadi.
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Como adelantó este medio, Arnaldo Otegi trabaja en unir a la izquierda abertzale y a la izquierda no independentista en una suerte de frente amplio, inspirado en el proyecto nacional de Yolanda Díaz, y arrebatarle el gobierno al PNV en 2024. Ambos espacios buscan ganarse el favor de Sánchez y, a la vez, mantenerse competitivos en el País Vasco. En el PNV no ven un riesgo de perder la hegemonía política, aunque reconocen que la transferencia de competencias es un asunto fundamental de cara al electorado vasco.
El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi.
Urkullu sigue de cerca el crecimiento del PP a nivel nacional y en los últimos meses se ha lanzado a la misión de recomponer el vínculo con Génova ante un eventual regreso de los populares a Moncloa en 2023. Pero PNV apuesta por la continuidad del PSOE en el gobierno central. Antes de las generales están las municipales, por lo que los nacionalistas vascos buscan nuevas competencias para la campaña. El PNV ve en la paralización de las negociaciones un riesgo importante para la relación entre Vitoria y Madrid. Y Sánchez ya tomó nota de este temor.
El presidente nombró a Patxi López, el primer lehendakari socialista, como portavoz del PSOE en el Congreso y el hombre encargado de aceitar las alianzas parlamentarias. Es un guiño inconfundible para Urkullu. Además, durante el homenaje a Miguel Ángel Blanco en el 25 aniversario de su asesinato a manos de ETA, Sánchez dijo que España y Euskadi "son países libres y en paz", reconociendo la singularidad vasca.
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No se trata de transferencias directas de fondos, aseguran en Vitoria, sino de cumplir con lo pactado con Sánchez en 2020 y un traspaso de competencias total en los próximos años. El presidente ha convertido la convivencia con el País Vasco como uno de sus logros y no está dispuesto a descuidar la relación.