Sánchez y Díaz miran más allá de los presupuestos y fijan una hoja de ruta para 2023
Paso a paso y tiempo al tiempo. El gobierno de coalición se encamina al último tramo de la legislatura y tiene unos presupuestos que aprobar antes de enfocarse en la maratón electoral del año que viene, pero tanto el PSOE como Unidas Podemos preparan una estrategia para reditar un Ejecutivo de izquierdas en pleno crecimiento de los populares. Los socios deben ordenar las prioridades y prometerse unos a otros que rebajarán los posibles focos de tensión que dañaron la relación en los últimos meses.
La reunión entre Pedro Sánchez y Yolanda Díaz fue tan necesaria como simbólica. Los morados le exigían a la vicepresidenta segunda que intercediese ante los pormenores de las próximas cuentas públicas, en especial por el aumento del gasto militar, y las negociaciones en torno a la ley de secretos oficiales. Sin embargo, el encuentro duró apenas una hora y sirvió para que los protagonistas se mostraran a la prensa en sintonía y sin riesgo de fisuras en el seno del Ejecutivo.
Como es natural entre socios de gobierno, el diálogo que mantienen socialistas y morados es fluido. Fuentes del PSOE que admitían meses atrás a LPO "dolores de cabeza" por la alianza afirman ahora que la relación pasa por su mejor momento. Incluso miembros de UP reconocen que las declaraciones como las del "partido de la guerra" -como señaló la ministra Ione Belarra en las primeras semanas de la invasión rusa a Ucrania- son exabruptos que han quedado en el pasado. Los guiños mutuos son fáciles de hallar.
Con todo, el presidente y la ministra de Trabajo decidieron resolver el futuro de la coalición en términos personales. La reunión del lunes reemplazó en los hechos la mesa de seguimiento del acuerdo de coalición, una instancia para discutir las discrepancias entre las formaciones. En otras palabras, el liderazgo de Sánchez y Díaz está fuera de cuestionamiento. El líder del PSOE elogió el proyecto político que encabeza la dirigente gallega y da por descontado que Sumar llegará en tiempo y forma a las generales de 2023.
Belarra salió este miércoles a llevar tranquilidad. La líder de Podemos aseguró que su formación será que "el principal aliado electoral" de Sumar y apostó a la candidatura de Díaz. "Es importante que garanticemos lo que yo estoy garantizando, que vamos a construir candidaturas unidas y lo más fuerte posible en todos los territorios, también en las generales", dijo la ministra de Derechos Social. Pero igual de importante es la lectura que hizo de los comicios por venir: "El ciclo electoral de 2023 es fundamental para el país, también para las comunidades autónomas y ayuntamientos, porque va a ser el ciclo consolidación del cambio".
El plan para una segunda legislatura conjunta se comenzará a escribir una vez superados los presupuestos. No es que los socialistas hayan renunciado a gobernar en solitario, pero las encuestas demuestran que no es un escenario probable. El sondeo de IMOP-Insights para El Confindencial señala que el PP de Alberto Núñez Feijóo obtendría unos 137 diputados, el mismo número que sacó bajo la conducción de Mariano Rajoy en junio de 2016. El PSOE caería por debajo de los cien escaños y UP perdería hasta doce bancas.
Sánchez ya optó por confirmar la identidad progresista del PSOE, que se vio con el anuncio de los impuestos extraordinarios a la banca y las energéticas, y el PSOE se prepara para negociar los años de espera para desclasificar documentos reservados, en el marco de la ley de secretos oficiales.
Los morados insisten además con la derogación de la llamada "ley mordaza" y pide una legislación para la vivienda. En UP saben que los socialistas lideran el gobierno y suelen elegir en el Congreso a las formaciones que opongan menos modificaciones a los proyectos que promueve.
A la par de su alianza con UP, Sánchez ordenó a la ejecutiva nacional del PSOE que robustezca al partido en los territorios y construir posibles alianzas en Cataluña, cuidar el País Vasco y Valencia y remontar en Andalucía. El presidente es consciente sobre la necesidad de que Sumar crezca y sea competitivo y, fundamentalmente, que contenga a las fuerzas de izquierda que apoyan a Moncloa en el Congreso. Ni los socialistas ni los morados quieren perderse la oportunidad de seguir al frente del gobierno.