Parlament catalán

Borràs no quiere dimitir y tensiona con el sector más institucional de Junts

Una parte de la dirección apoya a Anna Erra, alcaldesa de Vic, para sustituirla. ERC ve en la insistencia de Borràs un intento por desgastar la mesa de diálogo con Sánchez. Los posconvergentes analizan varias opciones.

 Laura Borràs seguirá en el cargo hasta último momento. La presidenta de Junts será suspendida por la Mesa este jueves, ya que PSC, ERC y la CUP adelantaron que votarán por aplicarle el artículo 25.4 del reglamento, que prevé congelar sus derechos y prerrogativas como diputada por estar involucrada en un caso de corrupción. Pero Borràs ha convencido a buena parte de su partido de una idea central: el ataque contra la titular de Junts y del Parlament es solo el comienzo de una campaña judicial contra los defensores del procés.

La todavía presidenta del Parlament cuenta con el apoyo del secretario general Jordi Turull, más preocupado por la unidad partidaria que por el impacto de la denuncia sobre Junts. El número dos avaló el comunicado que respalda incondicionalmente a Borràs, si bien hay diferencias sobre la estrategia que debería seguir la formación. Un sector de la ejecutiva considera que Borràs tiene que renunciar y facilitar una transición rápida y sin costes para la fuerza independentista.

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Aquellos que defienden una salida ordenada de Borràs, del ala más institucional de Junts, se alarmaron por las declaraciones de la presidenta del Parlament -escribió en Twitter que "los que me quieran muerta, tendrán que matarme y ensuciarse las manos"- y el vínculo con los otros dos partidos independentistas, ERC y la CUP. 

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Los poscorvengentes tienen un acuerdo con los republicanos para que uno de los suyos ocupe la presidencia de la Cámara, pero si Borràs no dimite entonces la republicana Alba Vergés, vicepresidenta primera, desempeñará las funciones de la titular hasta pactar un reemplazo.

 El secretario general de Junts, Jordi Turull, la semana pasada en el congreso partidario.

Fuentes de Junts confirman a LPO las diferencias en la reunión de ayer martes y el pedido de un grupo para apartar a Borràs. Anna Erra, alcaldesa de Vic, es la candidata de los institucionalistas y cuenta con un amplio consenso dentro de las filas posconvergentes. Además, es preferible a Aurora Madaula, la otra integrante de Junts en la Mesa. Sin embargo, el círculo de Borràs insiste con la persecución judicial y, en ese sentido, dimitir no es una opción. La puja con ERC también incide en esta determinación. 

El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, habló hoy de desjudicialización del conflicto, un guiño a ERC. Ante este panorama, Aragonès busca blindar las instituciones catalanas y neutralizar cualquier foco de tensión con sus aliados en el Govern

Pere Aragonès viene de reabrir la mesa de diálogo con el gobierno central de Pedro Sánchez y está empujando un viejo anhelo de los independistas, es decir, la reforma del delito de sedición. El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, habló hoy de desjudicialización del conflicto, un guiño a ERC. Ante este panorama, Aragonès busca blindar las instituciones catalanas y neutralizar cualquier foco de tensión con sus aliados en el Govern.

Junts parece cada vez más aislado. ERC aspira a una salida de Borràs sin estridencias y, según pudo saber este medio, descarta de momento una fórmula que reemplace a Vergés de la vicepresidencia primera para que asuma alguien de Junts y la presidencia quede vacante. La jugada no convence a los republicanos y tampoco al grupo institucionalista de Junts que, pese a la negativa a sumarse a la mesa de diálogo de Sánchez, ve en cada acción del sector puigdemontista un riesgo a la estrategia electoral para las municipales del año que viene.

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Pese al respaldo oficial del partido, cuya dirección sigue reivindicando el discurso de lawfare contra los dirigentes del independentismo, Turull y la cúpula espera una decisión de Borràs que les ahorre una puja innecesaria con ERC, en uno de los momentos más bajos del acuerdo. El sector que responde a la todavía presidenta del Parlamento piensa que la "resistencia" es el puntapié inicial para la campaña del próximo año y una buena estrategia para distanciarse del perfil dialoguista que moldean ahora los republicanos.