Juntos por el Cambio

El radicalismo cordobés pide la renuncia de un ministro de Schiaretti para exponer a Manes

La UCR exigió la remoción del ministro de Seguridad tras el asesinato de un hombre con problemas mentales en un operativo policial. Buscan comprometer el acercamiento de Manes al gobernador.

Juan Schiaretti debe atravesar una nueva crisis generada por el accionar de la Policía provincial: esta vez, un hombre de 36 años con una aparente afección psiquiátrica y adicto, Jonatan Romo, murió asfixiado durante un operativo, por lo que hay seis policías detenidos, cuatro de ellos por homicidio y el resto por encubrimiento.

En paralelo a la investigación judicial, que se enfoca en los seis policías detenidos, quedó en el blanco el ministro de Seguridad, Alfonso Mosquera, a quien el radicalismo le reclamó orgánicamente la renuncia, responsabilizándolo políticamente por los métodos policiales.

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"El ministro de Seguridad demostró incapacidad", dijo Marcos Carasso, el presidente de la UCR cordobesa, quien agregó que "una vez más queda en evidencia que la Provincia carece de una política de seguridad". Juan Jure, jefe de la bancada radical en la Legislatura, agregó: "En todas las sesiones pedimos que nos contesten los pedidos de informe sobre la inseguridad en Córdoba y la actuación de la Policía, y la respuesta es siempre la misma: ‘no contesto, no respondo'. Den la cara y háganse responsables".

Aunque en el radicalismo intentan no politizar este nuevo asesinato policial, lo cierto es que abrieron una veta que le permite exponer críticas al gobernador, en el marco de la confusión que atraviesan en ese partido por el acercamiento de Facundo Manes a Schiaretti. En ese marco, el pedido de renuncia a Mosquera también busca exponer al gobernador cordobés ante la dirigencia nacional del radicalismo, encabezada por Gerardo Morales, otro dirigente que ya blanqueó que quiere a Schiaretti en Juntos.

El radicalismo cordobés encontró en el caso que complica al ministro de Seguridad una veta que le permite exponer críticas al gobernador, en el marco de la confusión que atraviesan en ese partido por el acercamiento de Facundo Manes a Schiaretti. 

El acuerdo Manes-Schiaretti (o viceversa) es alentado en Córdoba por el schiarettismo y por los operadores del intendente Martín Llaryora, el candidato que pondrá a competir el peronismo para retener la gobernación. La mayoría de los radicales rechazan de plano un acercamiento, aunque sí admiten que a nivel nacional la figura del mandatario cordobés "seduce" a algunos referentes del centenario partido.

El ministro de Seguridad cordobés, Alfonso Mozquera junto al intendente de la capital, martín Llaryora.

"Lo venimos diciendo: Schiaretti hizo mucha obra pública, pero hay flancos en salud, educación y seguridad que debemos exponer para que la gente nos vote", dice un dirigente radical que prefiere una estrategía confrontativa con el "modelo cordobés".

Además de la UCR, también pidió la renuncia del ministro Mosquera Soledad Laciar, la madre de Blas Correa, un adolescente de 17 años asesinado en un control policial en el céntrico barrio de Nueva Córdoba, en la capital cordobesa. "Que una vez en la vida se hagan cargo. Hay un ministro de Seguridad que por acción u omisión no sirve. Probemos otra persona en el cargo, la seguridad no da para más", dijo la mujer, que se volvió una referente al denunciar casos de gatillo fácil.

El de Jonatan Romo en La Falda es el cuarto homicidio en procedimientos policiales ocurridos en la vía pública (sin enfrentamiento) en los últimos dos años. Antes, Antonio Ávila fue ejecutado y abandonado en una casa, Joaquín Paredes, ultimado en una plaza por la espalda, y el ya citado crimen de Blas Correa, que derivó en el descabezamiento de la cúpula policial y la llegada a la jefatura de Liliana Zárate, convirtiéndose en la primera mujer en conducir la fuerza.

Tras el asesinato de Blas Correa, Schairetti dispuso a fines de 2020 una reforma que implicó que la formación de los uniformados pasó de 14 meses a 3 años. En esa oportunidad, la jefa Zárate reconoció que la formación exprés y la salida laboral segura desalentaba a la vocación de servicio. Aún no egresó la primera camada del nuevo plan de estudio.