Crisis en Reino Unido

Boris Johnson a punto de caer: masiva renuncia de funcionarios

La revelación del encubrimiento que hizo de los acosos sexuales de un líder parlamentario, que se suma al diputado conservador que miraba pornografía en la Cámara de los Comunes, terminaron de deteriorar su imagen. Ya son 32 los funcionarios que renunciaron.

 Un nuevo escándalo sexual puso a Boris Johnson al borde de la destitución. La revelación que el primer ministro británico conocía las acusaciones de acoso sexual que acumulaba el legislador Chris Pinches cuando lo nombró número dos de la bancada de su partido, terminó de dinamitar la imagen de Johnson que venía muy afectada por las fiestas que hizo en el 10 de Downing Street en plena cuarentena dura.

La nueva crisis de confianza en la palabra del primer ministro estalló como una bomba en el gobierno británico, precipitando una ola de renuncias: unos 32 funcionarios renunciaron desde ayer martes a la tarde, en un intento por vaciar el gobierno y forzar a Johnson a dimitir. 

Las peores horas de Boris Johnson

El ministro de Economía, Rishi Sunak, y el de Salud, Sajid Javid, explicaron que no podían seguir en el gabinete porque ya no confiaban en el primer ministro.

"El trabajo de un primer ministro en circunstancias difíciles, cuando se le ha dado un mandato colosal, es seguir adelante y eso es lo que voy a hacer", respondió Johnson este miércoles. El líder conservador reaccionó rápido a las deserciones de Javid y Sunak, uno de los favoritos para reemplazarlo al frente del partido, y apenas demoró en nombrar a los sustitutos. Sin embargo, el poco capital político que le queda se está agotando. Y los diputados conservadores saben que no podrán retener sus bancas si van a una elección general con Johnson a la cabeza. Esta es la razón que más pesa -y la única que importa- entre los miembros del partido.

Unos 32 funcionarios renunciaron en un intento por vaciar el gobierno y forzar a Johnson a dimitir. Los conservadores saben que si van a elecciones con Johnson al tope de la boleta, enfrentan la posibilidad de una derrota catastrófica.

El ministro de Economía, Rishi Sunak, y el de Salud, Sajid Javid, explicaron que no podían seguir en el gabinete porque ya no confiaban en el primer ministro.

Johnson pensaba que podía pasar de página tras haber superado el voto de confianza del partido a principios de junio. Pero el proceso dejó a los conservadores más divididos, con un 41 por ciento que respaldó la destitución del primer ministro, y un liderazgo bastante herido. A las pocas semanas el oficialismo perdió las elecciones en dos bastiones conservadores y Oliver Dowden, presidente del partido, no tuvo más alternativa que renunciar. En cambio, Johnson relativizó los resultados y dijo que era normal que los gobiernos sufrieran un revés en elecciones intermedias. 

Protestas frente a la casa de Chris Pincher.

En las generales de 2019, el Partido Conservador arrasó de la mano de Johnson. El exalcalde de Londres parecía no tener techo y la promesa de una prosperidad post Brexit seducía a los británicos. Poco a poco, mientras los efectos de la salida de la UE se hacían sentir en la economía, el comportamiento de Johnson comenzó a ser cuestionado. La violación de las restricciones sanitarias durante la pandemia llevó a una investigación sobre las responsabilidades del jefe de Gobierno, aunque el partygate, como se conoce el caso, expuso una forma de concebir el poder: gobernar es no tener que dar explicaciones.

Boris Johnson agita la interna con Europa y apela al nacionalismo para sobrevivir a su destitución

Pero la situación se agravó cuando quedó en evidencia que ignoró las denuncias de acoso sexual contra Chris Pincher, cuando lo nombró número dos de la bancada conservadora. El pasado 30 de junio, The Sun reveló que Pincher había manoseado a dos hombres en un club privado en Londres. El legislador renunció de inmediato, pidió disculpas y dijo que iba a pedir "ayuda profesional".

Ahora los miembros del partido quieren cambiar las reglas internas para apurar un segundo voto de confianza, ya que de acuerdo a las normas actuales debe pasar un año entre una moción de censura y otra. Este miércoles se cumple un mes desde la última.

Johnson sobrevivió a sus propios escándalos personales, pero no a los de Pincher. Con las últimas renuncias nos acercamos a la mitad del bloque conservador en el Parlamento y es probable que lo destituyan. Esta crisis es terminal.

"Johnson sobrevivió a sus propios escándalos personales, pero no a los de Pincher. Con las últimas renuncias nos acercamos a la mitad del bloque conservador en el Parlamento. La regla es endógena a las preferencias de los actores en función de los resultados que buscan, y es probable que lo destituyan. Esta crisis es terminal", explica a LPO Ezequiel González Ocantos, profesor de Ciencia Política en la Universidad de Oxford, sobre los cambios en el mecanismo para forzarlo a dejar Downing Street. El otro interrogante para el Partido Conservador es quién será su próximo líder. 

Al respecto, el analista señala que ni Sunak ni Javid "son los candidatos naturales", pese a haberle dado impulso a la revuelta interna. "Lo más probable es que sea la ministra de Exteriores, Liz Truss, que todavía está en el gabinete, o alguno del ala moderada del partido, como Jeremy Hunt, que fue ministro de Salud con David Cameron, de Exteriores con Theresa y que estaba a favor de permanecer en la UE. Otro candidato es el actual ministro de Economía, Nadhim Zahawi, pro Brexit, un self-made millionaire que les habla a las bases del partido y tiene una personalidad colorida como la de Johnson", apunta.

La ministra de Exteriores y candidata a primer ministra, Liz Truss.

Antes del vaciamiento del gobierno, Johnson atravesaba una crisis en distintos frentes. El primer ministro fue un entusiasta promotor del Brexit, pero una vez concretado el divorcio con la UE fue incapaz de trazar un horizonte para el país. Eso explica el triunfo de los nacionalistas de Sinn Féin en Irlanda del Norte y el renacimiento de las aspiraciones independentistas en Escocia. Poco antes de que se precipitaran las renuncias, Johnson se comunicó con la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, quien le avisó que agotará todas las instancias para celebrar otro un referendo independentista en octubre de 2023.

Qué puede pasar en Irlanda del Norte con el triunfo electoral del ex brazo político de IRA

Los escoceses habían votado en 2014 por permanecer dentro del Reino Unido, pero dos años después ganó la opción del Brexit y se sintieron estafados. Ahora quieren independizarse para regresar al bloque comunitario. Por otra parte, la oposición de Johnson al complejo Protocolo de Irlanda del Norte -que regula cuestiones aduaneras- está paralizando la formación de un gobierno en esa región, a la vez que tensa las negociaciones con la UE y pone en riesgo el acuerdo de paz del Viernes Santo, que puso fin a la violencia interreligiosa en territorio norirlandés.

Johnson apenas puede contener el incremento del costo de vida, la principal preocupación de los británicos, y su conducción accidentada reabrió conflictos en las llamadas "naciones constitutivas" de Reino Unido -Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte- y deterioró la credibilidad internacional del país. El líder del Partido Laborista, Keir Starmer, se recuesta en las encuestas para forjar el camino a Downing Street. Semanas atrás se reunió con el primer ministro irlandés Micheál Martin para conversar sobre el Protocolo. Más que como jefe de la oposición, Starmer actúa como un primer ministro en las sombras. 

El principal objetivo de Starmer es recuperar a los votantes laboristas pro Brexit que se fueron con Johnson, por eso promete que no va a revertir el Brexit a corto plazo ni se volverá al mercado único. Es una política de cierto consenso, Tony Blair también la apoya.

El dirigente laborista acusó a Johnson de "destrozar" la relación con Europa, si bien fue bastante realista al afirmar que Reino Unido no volverá a la UE. Londres deberá recuperar la confianza de Bruselas, dijo, para que el Brexit "funcione" y se resuelvan las diferencias respecto al Protocolo en base a un acuerdo que conforme a las partes. Mientras tanto, Johnson solo puede enfocarse en sobrevivir y contener la fuga de funcionarios y diputados.

El líder laborista Keir Starmer, jefe de la oposición. 

"El principal objetivo de Starmer es recuperar a los votantes laboristas pro Brexit que se fueron con Johnson, por eso promete que no va a revertir el Brexit a corto plazo ni se volverá al mercado único. Es una política de cierto consenso, Tony Blair también la apoya. Las encuestas muestran que el laborismo está empezando a recuperar a esos votantes. Los candidatos conservadores que buscan suceder a Johnson no tienen las credenciales para recuperar al votante pro Brexit que está dejando al partido. Ninguno tiene una llegada directa a ese elector, que era el principal activo de Johnson, es decir, atravesar las barreras partidarias y atraer votantes laboristas", señala González Ocantos.

El riesgo del nacionalismo: integrar lo pequeño rompiendo lo grande

El colapso del Ejecutivo está ocurriendo en estos momentos, pero Johnson insiste en que ha revivido al partido en 2019 y que reemplazar a los funcionarios que renunciaron no es una tarea imposible. En otras palabras, Johnson avisa que permanecerá en el cargo hasta último momento.