Diplomacia

López Obrador le pide a Ebrard que opere con Blinken la permanencia de Salazar

Conversaciones de altura en Palacio. El otro rival de Salazar en la Casa Blanca. Complicaciones para el Departamento de Estado en el Senado.

 El Gobierno mexicano cierra filas en torno al embajador estadounidense Ken Salazar. En las últimas horas el canciller Marcelo Ebrard, que se encuentra en Corea del Sur, recibió la instrucción presidencial de blindar la posición de Salazar en la Embajada de Paseo de la Reforma ante el Departamento de Estado. Esto a partir del articulo publicado en The New York Times donde se ponía en duda la capacidad del embajador por una supuesta cercanía con Palacio Nacional.

Andrés Manuel López Obrador conversó este tema ayer martes con hombres de negocios como Bernardo Gómez, Carlos Slim y, quizás su interlocutor predilecto en el círculo empresarial, el hotelero Daniel Chávez.

En esas pláticas, según pudo conocer LPO, el presidente cristalizó la idea de que el articulo fue promovido por el Departamento de Estado ante una ruptura que existe entre Salazar y Anthony Blinken. El presidente conoce de la estrecha relación entre Blinken y los accionistas del matutino neoyorquino.

Otro detalle que se desliza en Palacio Nacional: además de la tensión con Blinken, Salazar está en la mira del consejero de Seguridad de la Casa Blanca Jake Sullivan, el principal ideólogo de la avanzada de la OTAN contra Rusia y que encontró en la guerra de Ucrania un salvoconducto necesario ante el desastre de la salida de Afganistán.

En la óptica del Gobierno, el malestar con Salazar se debe no tanto a la buena relación del embajador con Palacio Nacional, sino más bien a que el secretario de Estado asume que Salazar no tiene peso en las decisiones cotidianas de López Obrador y que se trata de un vínculo horizontal.

La misión de Ebrard tiene una ventaja no menor: a Blinken le podría llevar de seis a ocho meses que el Senado le apruebe un nuevo embajador para México.  Especialmente si se considera que la comisión de Relaciones Exteriores está controlada por Bob Menéndez, un demócrata muy enfrentado a López Obrador.

El canciller tiene una relación afable con el embajador y ahora deberá guardar equilibrio para que la defensa de Salazar no lesione su vínculo con Blinken, donde Ebrard también tiene buenas vías de comunicación.