Murió el represor Etchecolatz

El exdirector de la Policía Bonaerense segundo de Ramón Camps durante la última dictadura cívico militar, falleció este sábado a los 93 años. Cumplía condena perpetua en cárcel común por delitos de lesa humanidad.

 El represor Miguel Etchecolatz murió este sábado a los 93 años en la Clínica Sarmiento de la localidad bonaerense de San Miguel, donde se encontraba internado con custodia policial, según informó Télam. El ex director de la Policía Bonaerense fue condenado a nueve cadenas perpetuas en cárcel común por delitos de lesa humanidad.

Si bien, a principios de junio le habían otorgado el beneficio del arresto domiciliario, su deterioro físico obligó su internación en la clínica donde finalmente falleció. "Etchecolatz murió sin arrepentirse de todos los crímenes que cometió", dijo Taty Almeida, referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora.

La novena condena a cadena perpetua le llegó en mayo de este año cuando el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata lo condenó por los secuestros y torturas de siete personas en el excentro clandestino de Pozo Arana y los asesinatos de cuatro de esas víctimas, entre ellas Francisco López Muntaner, uno de los estudiantes secuestrados en La Noche de los Lápices.

En octubre de 2014, el represor y otros 14 exmilitares fueron condenados por delitos de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino La Cacha. Mientras se le leía la sentencia, Etchecolatz sostenía en sus manos un papel con el nombre de Jorge Julio López, uno de los testigos que lo incriminó por su actuación en el centro clandestino que pertenecía al llamado "Circuito Camps".

Julio López desapareció el 18 de septiembre de 2006 en plena revisión de las causas tras la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final.  

Además, fue condenado por el secuestro y asesinato de los estudiantes que fueron víctimas en la denominada 'Noche de los Lápices" y por la apropiación de menores.

Etchecolatz fue director de Investigaciones de la Policía de la Provincia de Buenos Aires entre marzo de 1976 y fines de 1977, cargo desde el cual coordinó los grupos de tareas así como los 21 centros clandestinos de detención que integraban el Circuito Camps, donde luego se comprobó que existió la mayor cantidad de detenidos desaparecidos del país.

Llegó a escribir un libro donde cuestionó el trabajo de la Conadep, bajo el título "La otra campana del Nunca Más", y siempre que pudo se ufanó de haber participado de la "guerra contra la subversión".

Hasta el 2006 contó con el beneficio de la prisión domiciliaria lo que en ese año le fue revocado por poseer armas de fuego.No obstante en el 2017 volvió a contar con ese beneficio -que se hizo efectivo solo dos meses- hasta que en el 2018 fue revocado nuevamente.

Ese mismo año sufrió un escrache en su casa del bosque Peralta Ramos, en Mar del Plata, cuando la asociación de vecinos del bosque, se movilizó y se apostó en su casa, en una recordada protesta de la que participó la referente de Madres de Plaza de Mayo, Línea Fundadora, Taty Almeida, informó Télam.