Libertarios

Milei dice que su plan económico no incluye despidos masivos ni eliminación de planes

"No vamos a echar a los empleados públicos, se van a ir solos al sector privado que pagará mejores salarios", afirmó.

El economista Javier Milei desmenuzó durante una hora los ejes de su propuesta económica, una "secuencia" de reformas que deberían realizarse a lo largo de 35 años para convertir a Argentina en un país "próspero".

Ante los seguidores que se reunieron en Córdoba para escucharlo, Milei dejó en claro que si es Presidente no aplicaría despidos masivos en el Estado, no recortaría las jubilaciones actuales ni tampoco desarmaría abruptamente el esquema de planes sociales. Tampoco la rebaja de impuestos sería inmediata, si no la consecuencia directa del éxito de su plan liberal.

Incluso su bandera, la "quema" del Banco Central de la República Argentina, no está entre las primeras reformas del Estado que encararía; mientras que el achique de la planta de empleados públicos se daría tras un retiro voluntario masivo que permitiría a los estatales indemnizados volcarse a la actividad privada en una Argentina "próspera" por el triunfo "cultural y moral" de las ideas liberales.

El líder libertario dejó en claro que el plan tiene tres pasos "secuenciales", una serie de reformas que deben realizarse "cada una en su tiempo", bajo el concepto de "capitalismo, ahorro y trabajo duro".

Así, de llegar a la Presidencia la primera medida que aplicaría Milei sería un recorte de cuajo de la obra pública, reemplazándola por un sistema de iniciativa privada como el de Chile. El principal objetivo de esta medida sería quitarle al sistema político "de chorros" el manejo de los fondos millonarios.

Milei tuvo otro acto flojo en Córdoba, en medio de peleas de militantes

En una misma secuencia, comenzaría un nuevo ciclo de privatizaciones de las empresas públicas, a las que calificó de "aguantaderos de ñoquis". Es extremo con el plan para Aerolíneas Argentinas: entregarla a sus empleados para que la administren sin subsidios del Estado. "Nadie la va a querer comprar", aseguró Milei.

Tras este primer recorte se podría aplicar la reforma impositiva radical, para dejar sólo 10 impuestos (de los más de 150 que existen en la actualidad) y un esquema de coparticipación federal al revés. Estos serían los hitos de la primera generación de la propuesta económica que Milei bautizó "Plan Motosierra".

Tras resaltar varias veces que sin la "secuencialidad" su plan fracasaría, Milei explicó los alcances de una "reforma laboral hacia adelante", con la instrumentación de un seguro de desempleo, para compensar la eliminación de las regulaciones laborales, a las que considera como el tapón para la generación de empleo en Argentina.

Incluso cree que con la mitad de la fuerza laboral en situación precaria y los sindicatos peronistas perdiendo las bases en manos de la izquierda, no habría demasiada resistencia para la reforma laboral. Luego, Argentina estaría lista para abrir plenamente su economía. Advirtió que sin la "secuencialidad", el plan termina en un "industrialicidio".

Sin dar precisiones de los plazo, advirtió que recién cuando esté culminada la reforma laboral podrá avanzar en su reforma "preferida": la "quema" del Central, la reestructuración de la banca privada y el "sistema de libre competencia de monedas", un esquema que dejaría al dólar como moneda principal. "En una competencia de monedas, es probable que los argentinos elijan al dólar. Podría llamarse dolarización. Pero si eligen otra moneda, tendría otro nombre", dijo Milei. En otras palabras, si los argentinos se vuelcan al Real el proceso debería llamarse "realización".

En su plan, tras el cierre del Central sería el tiempo de la "reforma previsional sin tocar los derechos de los actuales jubilados"; y aunque no abundó en detalles el recorte permitiría una segunda rebaja de impuestos, que alentaría un nuevo crecimiento de la economía, con más demanda laboral por los mejores salarios, lo que redundaría en un "desplome" de la pobreza. Esto marcaría el inicio de las reformas de segunda generación.

De acuerdo con su plan, tras la abrupta caída de la pobreza estarían dadas las condiciones para ofrecerle a los empleados públicos (que tendrían salarios más bajos que los privados) un retiro voluntario, lo que les permitiría volcarse al mercado con una indemnización en la cuenta bancaria. "No vamos a echar a los empleados públicos, se van a ir solos", dijo Milei. Con esta "prosperidad", cree el libertario, "la gente dejará de ser esclava de los planes sociales" y habría una nueva rebaja impositiva.

Aunque confirmó que en caso de ser Presidente eliminaría el Inadi y el Ministerio de la Mujer, la reestructuración ministerial derivaría en un poderoso Ministerio de Asistencia Social, que atienda las probables repercusiones de la "motosierra" durante la "transición" y garantice que "la gente morfe". Recién entonces llegarían las reformas de tercera generación: salud, educación y seguridad.

Cuando habló de plazos, Milei dijo que para completar el plan liberal y que Argentina vuelva a ser una potencia como "la de principio del siglo 20" demandaría unos 35 años. "Vamos contra la casta, no contra la gente de bien, vamos contra la casta porque usa a los vulnerables para defender sus intereses", repitió Milei, a la caza de electores no radicalizados.