Crisis interna

Arrimadas ata el futuro de Ciudadanos al regreso del PP a Moncloa

La presidenta del partido propone ser la garantía de gobernabilidad para un eventual gobierno de Alberto Núñez Feijóo y renovar las filas naranjas, pero sin resignar su liderazgo.

 Inés Arrimadas está decidida a continuar al frente de Ciudadanos, pese a que el partido atraviesa el momento más bajo desde su creación. La presidenta de los naranjas considera que ha resistido a la tentación de integrarse al PP y los embates de Génova para quedarse con cuadros liberales. Han quedado los leales y quienes tienen el compromiso de reconstruir el partido desde las cenizas, razona la dirigente jerezana.

Arrimadas cuenta con el respaldo del vicesecretario general de la formación, Edmundo Bal, que descartó la disolución y defendió la idea de un espacio político que atraiga a quienes no quieren "rojos o fachas", y de la Ejecutiva. El próximo lunes se reunirá el comité ejecutivo para pensar cómo salir de la crisis interna. La presidenta confía en las filas naranjas, aunque le será difícil justificar la permanencia en el cargo tras los resultados electorales del último año.

Efecto Casado: una facción de Ciudadanos pide la dimisión de Arrimadas

El entorno de Arrimadas asegura que la líder tuvo que reconducir a Ciudadanos luego de la dimisión de Albert Rivera, cuestionado por varios dirigentes partidarios por el veto a formar gobierno con Pedro Sánchez en 2019. No son pocos los que ven en ese desencuentro el inicio de la debacle. Ciudadanos pasó, sucesivamente, de 36 a 6 diputados en Cataluña y de 13 a solo uno en Castilla y León. En Madrid y Andalucía, los naranjas quedaron sin representación.

Cataluña era el bastión de Ciudadanos, la comunidad autónoma en la que Arrimadas supo conseguir la bancada más numerosa del Parlament. En Madrid sirvió de apoyo efímero a Isabel Díaz Ayuso y en Castilla y León y Andalucía integró el Ejecutivo. La líder naranja pedirá a los suyos una oportunidad para avanzar en la transformación del partido, que podría incluir una nueva sigla. Todo estará sometido a cambio, menos el liderazgo de Arrimadas, asegura a LPO una fuente cercana a la dirigente. 

La líder naranja pedirá a los suyos una oportunidad para avanzar en la transformación del partido, que podría incluir una nueva sigla. Todo estará sometido a cambio, menos el liderazgo de Arrimadas, asegura a LPO una fuente cercana a la dirigente

La derrota en Andalucía -que terminó con la renuncia de Juan Marín y un vacío de conducción en la sección andaluza- envalentonó aún más a los rivales internos de Arrimadas, los Renovadores, que no le perdonan el manejo de la moción de censura en Murcia, que les acercó al PSOE y los alejó del PP, visto con aliado natural de la formación liberal. Antonio Espinosa le pidió a Arrimadas "un mínimo de dignidad" y que dé un paso al costado.

 El vicepresidente de la Junta de Andalucía, Juan Marín, renunció al liderazgo autonómico de Ciudadanos.  

Ignacio Aguado, exvicepresidente de la Comunidad de Madrid, también instó a Arrimadas a renunciar e incluso piensa en la vicealcaldesa de la capital, Begoña Villacís, para refundar el partido desde Madrid. Villacís, integrante del Comité Permanente, es favorable a la idea de que la Ejecutiva se disuelva, y actualmente es una de las pocas figuras de la formación con visibilidad.

Arrimadas intenta rescatar a un Ciudadanos al borde de la disolución 

Si bien los naranjas cercanos a Arrimadas hablan de "renovación" como un mantra, tal lo reconocieron a este medio, en la dirección nacional se expande el temor de una posible fragmentación del partido, "islas" en cada una de las comunidades autónomas, independientes de las de las decisiones de la Ejecutiva. Los reproches a Arrimadas son más de las expresadas en público, pero la presidenta entiende que, en este momento de debilidad de Ciudadanos, un liderazgo fuerte es ineludible para la militancia. 

Arrimadas se aferra al liderazgo y propone a los suyos una alternativa a la extensión y a la absorción: ser la garantía de gobernabilidad para el PP. En otras palabras, la pata liberal del proyecto que busca devolver a los populares a Moncloa

Les guste o no a sus detractores, apenas destaca una figura capaz de hacerle sombra a la conducción de Arrimadas. Sus defensores subrayan que ha dicho que no al PP y garantizó la supervivencia de la formación. El coste ha sido demasiado alto, responden sus adversarios. Ahora Arrimadas se aferra al liderazgo y propone a los suyos una alternativa a la extensión y a la absorción: ser la garantía de gobernabilidad para el PP. En otras palabras, la pata liberal del proyecto que busca devolver a los populares a Moncloa.

Antonio Espinosa, líder de Ciudadanos, pidió la dimisión de Arrimadas. 

Arrimadas llamó este jueves a "desalojar" a Pedro Sánchez del Ejecutivo central y admitió que "Ciudadanos va a estar siempre dispuesto a colaborar con el Partido Popular". La líder de los naranjas hizo esta declaración desde la reunión de Renew, el grupo que nuclea a los partidos liberales europeos, desde Bruselas. Incluso llegó a ponderar al PP como "un partido fundamental para España" y "muy importante a nivel europeo".

Arrimadas entra en guerra con el PP para frenar la fuga de cuadros de Ciudadanos

Sin embargo, estas declaraciones no preanuncian una incorporación al PP, sino un ancla a partir de la cual darle forma a la nueva versión de Ciudadanos, que Arrimadas quiere construir con aliados, militantes y los cargos en todo el país. La facción que se le opone, con Renovadores al frente, no presentó una propuesta superadora. Arrimadas está apostando por unir el destino de la formación al regreso del PP al gobierno central, pero desde afuera, o mejor dicho desde al lado y sin apartarse demasiado.