Elecciones en Francia

Mélenchon y Le Pen disputan el liderazgo de la oposición tras dejar a Macron sin mayoría

El oficialismo ganó la elección, pero queda lejos de la mayoría necesaria para evitar negociaciones con la izquierda y la extrema derecha. No solo peligran las reformas de Macron, sino la continuidad de su proyecto político.

 La pérdida de la mayoría absoluta para el oficialismo está lejos de anunciar el final de la V República, pero el presidente Emmanuel Macron se enfrenta a un escenario prácticamente inédito para Francia: la negociación constante en la Asamblea Nacional para salvar los próximos cinco años de gobierno. Ensemble, la coalición de Macron, obtuvo 245 diputados, a 44 de la mayoría necesaria para aprobar leyes sin consultar con las demás fuerzas políticas. Ahora será imposible repetir esta dinámica.

Este lunes el gobierno se apuró a descartar la disolución de la Asamblea en caso de que la oposición decida un bloqueo sistemático de los proyectos oficialistas. La primera reacción del Elíseo ha sido la prudencia, ya que la izquierda y la extrema derecha avisaron que forzarán al presidente a reformular su gabinete, comenzando por la primera ministra, y a descartar la reforma de las pensiones, tema central durante las campañas presidencial y legislativa.

Macron podría perder la mayoría absoluta a manos de la izquierda y peligran sus reformas

La Nueva Unión Popular, Ecológica y Social (NUPES), la alianza que reúne a socialistas, ambientalistas y comunistas bajo el liderazgo de la Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon, ganó 131 bancas. Si bien no podrá convertir a Mélenchon en primer ministro, el objetivo de máxima que se había planteado para esta elección, se trata de la primera fuerza de oposición. Sin embargo, Agrupación Nacional (RN), el partido de Marine Le Pen, fue la sorpresa del domingo después de hacerse con 89 diputados. Ese número estaba incluso fuera de los cálculos de la propia Le Pen.

"Un escenario probable es el cambio inmediato de ministros y la disolución de la Asamblea en un año si hay parálisis. Los extremos seguirán creciendo si los partidos republicanos no reaccionan a esta crisis de régimen político. Esta elección es un seísmo para el Ejecutivo. Ahora los votantes quieren equilibrar el poder de una ‘minoría hiperpresidencial' ante la promesa incumplida de Macron de emprender una refundación después de las presidenciales", dice a LPO François Soulard, analista y coordinador de la plataforma ciudadana Dunia. 

Agrupación Nacional fue la sorpresa del domingo después de hacerse con 89 diputados. Ese número estaba incluso fuera de los cálculos de la propia Le Pen

Además, la dispersión del voto está rediseñando a su manera los mecanismos del equilibrio republicano. "Hay una búsqueda para reformar el debate político e ir hacia un régimen más parlamentario, como en Italia o Alemania. El macronismo no armó una campaña como tal, sino que instaló discursivamente a NUPES y RN como extremos equivalentes, intentando definirse como monopólico en la defensa de la República, otra manifestación de falta de rumbo y desconexión", continúa el académico de la Universidad de Rennes 1.

La líder del Frente Nacional, Marine Le Pen.

Macron prescindió de la Asamblea durante los últimos cinco años e intentó agitar la sobrevida del frente republicano, que hace tiempo viene resquebrajándose. De hecho, la derecha gaullista de Los Republicanos, del exmandatario Nicolas Sarkozy, sacó 61 diputados. El presidente deberá pactar con ellos para mantener a flote su segundo periodo en el Ejecutivo. El problema es que, pese a la afinidad ideológica, Los Republicanos exigirán ministerios y comisiones en la Asamblea.

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Si la derecha tradicional ya estaba en crisis antes de las votaciones de este año, el declive parece haber llegado también para el centro. El macronismo es un proyecto desarticulado, con poco anclaje territorial y nucleado alrededor del presidente. Sin un sucesor a la vista, la izquierda y la ultraderecha se proponen como los únicos polos capaces de superar a Macron en los próximos años. 

El macronismo no armó una campaña como tal, sino que instaló discursivamente a NUPES y RN como extremos equivalentes, intentando definirse como monopólico en la defensa de la República, otra manifestación de falta de rumbo y desconexión

Desde NUPES adelantaron que el 5 de julio presentarán una moción de censura contra la primera ministra Élisabeth Borne, designada por Macron hace apenas un mes. Mélenchon quiere su cabeza para escenificar el ascenso de la izquierda en la Asamblea, si bien existen diferencias al interior de la coalición sobre el nivel de diálogo y confrontación que mantendrán con el Ejecutivo. NUPES capitalizó la unidad en la campaña. En la Asamblea se verá si se mantiene o se rompe.

Soulard prevé "fisuras en la coalición", ya que "las concepciones entre fuerzas en torno a la UE, la OTAN y las fronteras migratorias son muy distintas". "Los consensos van a ser casi imposibles entre campos más polarizados. El macronismo tendrá que formar núcleos de gobernabilidad dinámicos con verdes, socialistas, republicanos, comunistas y centristas en torno a cada proyecto. Pero el oficialismo no imagina muy bien una mecánica de consenso", apunta.

La primer ministra, Elisabeth Borne.

El analista considera que NUPES "también contribuyó a estigmatizar la definición de los extremos y ablandar el voto de ultra derecha". La ironía es que el partido de Le Pen pasó de ocho diputados a 89, contradiciendo a todas las encuestas. Desde 1986 que la extrema derecha no tenía un bloque propio en la Asamblea. Le Pen neutralizó a la derecha xenófoba de Éric Zemmour y asegura que RN es la principal fuerza de oposición porque, según ella, NUPES es poco más que un rejunte de partidos.

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Es más que un asunto simbólico. El primer partido de la oposición se queda con la titularidad de la Comisión de Hacienda de la Asamblea, una vía directa para controlar e incidir sobre los presupuestos del Estado, además de una de las seis vicepresidencias en juego. Este resultado es también un alivio económico para la extrema derecha. "Ya anunciaron que el ingreso de las dotaciones parlamentarias va reducir el elevado nivel de deuda del partido, incluyendo una duda importante con Rusia, que riega las extremas derechas en Europa", indica Soulard. 

La disolución de la Asamblea es una movida que podría resultar contraproducente y debilitar aún más su relativa mayoría actual

Mélenchon tendrá que negociar con sus socios para que NUPES se mantenga como un bloque unido en la Asamblea y evitar que RN de Le Pen se consagre como la principal fuerza opositora. Macron, por su parte, se debate entre encontrar consensos o disolver el Parlamento, una movida que podría resultar contraproducente y debilitar aún más su relativa mayoría actual. La abstención juega en contra del oficialismo y el presidente está en su momento más bajo, pese a haber ganado un segundo mandato hace casi dos meses. 

Macron está acorralado, el estilo de un presidencialismo omnipresente agotó a los franceses, pero aún cuenta con las prerrogativas del cargo para salvarse de la "ingobernabilidad" que agita la prensa francesa. El mayor incoveniente es que la izquierda se reorganizó rápido y logró quitarle el respaldo legislativo, mientras la extrema derecha se consolida y amenaza con volver más fortalecida en unas presidenciales que no contarán con la participación de Macron.