Gobierno de coalición

PSOE y Podemos rebajan sus diferencias para competirle a la derecha en Andalucía

Las dos formaciones bajaron el tono tras el voto por la ley audiovisual y están comprometidas a agotar la legislatura. Priorizan la estrategia para aumentar los votos de la izquierda en los comicios del 19-J.

 La abstención de Unidas Podemos durante la votación de la ley audiovisual tuvo más de cálculo que de molestia. Después de que el PSOE introdujera una enmienda técnica al proyecto aprobado en el Consejo de Ministros, una exigencia de Atresmedia y Mediaset, el grupo confederal encontró un punto a través del cual desmarcarse de sus socios de coalición. Es que tanto socialistas como morados están afilando sus respectivas estrategias para las elecciones del próximo 19 de junio.

La ley pasó con uno de los apoyos más bajos de esta legislatura, con la abstención de UP, el voto en contra de los socios de investidura y el rechazo de los productores independientes, para quienes el proyecto venía a reparar parte de las demandas del sector y, por sobre todo, rompió el acuerdo entre el PSOE y los morados en una votación de una iniciativa salida del propio Ejecutivo. En otro contexto, la división entre los socios hubiera encendido las alarmas.

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Pero los comicios andaluces explican la jugada de cada una de las partes. Ante el ascenso del PP y Vox en las encuestas, ninguno de los socios quiere el fin anticipado de la legislatura. Más bien, lo que cada partido busca es presentarse ante el electorado como dos alternativas del mismo espacio: la aritmética electoral señala que los socialistas necesitan a los morados como socios menores. El crecimiento de Podemos redunda es un reforzamiento de la izquierda, piensan en Moncloa. 

Los diputados de Podemos se abstuvieron, pero no votaron en contra. Es decir, aseguraron que la ley se aprobara sin alterar la responsabilidad de gobierno y sin extremar las críticas contra los socialistas

Los diputados de Podemos se abstuvieron, pero no votaron en contra. Es decir, aseguraron que la ley se aprobara sin alterar la responsabilidad de gobierno y sin extremar las críticas contra los socialistas. El accionar de UP estaba dentro de lo previsto por el PSOE, por eso varias ministras salieron a bajarle el tono a lo ocurrido ayer jueves en el pleno del Congreso de los Diputados. María Jesús Montero, titular de Hacienda, consideró que el voto de UP se trata de una "cuestión excepcional".

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, y el secretario general del PSOE regional, Juan Espadas, son los favoritos para los comicios.

La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, también eligió el camino de la tranquilidad y resaltó que pese a "la crispación y el desgaste" del gobierno, no habrá ruptura entre los socios. Adriana Lastra, vicesecretaria general del PSOE, fue más allá al afirmar que el Ejecutivo está "más fuerte que nunca" y "hay mucha legislatura por delante". No es solo un mensaje para la ciudadanía, sino para los populares y la extrema derecha que vienen agitando la posibilidad de elecciones generales adelantadas. 

Para el PSOE y los partidos nucleados en Por Andalucía es un desafío y una incógnita, ya que el consenso implícito entre todas las fuerzas es que los comicios andaluces representan el punto de partida para 2023

El voto divergente en relación con la ley audiovisual está lejos de representar un cimbronazo para los partidos de gobierno. La preocupación principal pasa por los comicios en Andalucía, donde según las encuestas Juanma Moreno podría gobernar en solitario o, en el peor de los casos para la nueva estrategia del PP de Núñez Feijóo, junto a Vox. En comparación con la elección de 2018, ambas formaciones aumentarían su caudal de votos.

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Para el PSOE y los partidos nucleados en Por Andalucía es un desafío y una incógnita, ya que el consenso implícito entre todas las fuerzas es que los comicios andaluces representan el punto de partida para 2023. Los roces públicos del PSOE y UP responden a un desgaste y a diferencias que arrastran desde la conformación del gobierno, aunque el acuerdo entre los socios es claro: una caída de cualquiera de las partes implica la caída del conjunto.