Negocios

Romo fue a Palacio a respaldar el AIFA en un intento por suavizar su relación con López Obrador

El vínculo está en crisis. Dijo que la inflación va a la baja. Mensajes contradictorios con sus negocios. Blindaje electoral.

Existe una curiosa dualidad en el mundo de Alfonso Romo, ex jefe de la oficina presidencial. La dimensión política del empresario casi nunca empata con sus negocios privados. Este martes Romo respaldó el AIFA y dijo ante reporteros en Palacio Nacional que la inflación irá a la baja cuando en realidad los economistas de su Casa de Bolsa Vector dicen permanentemente que todavía la inflación no cederá y ubican el nuevo aeropuerto como un factor de incertidumbre para el público inversor.

El movimiento de Romo obedece a la necesidad de recuperar terreno frente el revés público que el presidente le propinó días atrás a su ex empleada, y actual secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, quien había elaborado un plan para regularizar autos chocolate que fue fulminado por Andrés Manuel López Obrador.

Clouthier es una carta política de Romo tanto para un futuro electoral en Nuevo León como para el plan de hace algunas semanas de promoverla como reemplazante de Jesús Ramírez Cuevas.

Es notable porque el supuesto destino o apoyo que Clouthier genera en el plano electoral o político de la sociedad solo es registrado por Romo y sus encuestadores. El año pasado cuando se la encuestó para la gubernatura de Nuevo León el resultado fue olvidable y por ello la candidatura de Clara Luz Flores.

Respecto al ecenario nacional del 2024, hoy por hoy Clouthier no aparece ni siquiera bien posicionada a nivel de conocimiento, aunque su círculo sigue hablando de una eventual candidatura presidencial. Algo que se combina con una gestión en Economía directamente olvidable.

Ante el revés presidencial, que caló en el ánimo de la secretaria al  punto de empujarla a una incursión en Alemania, Romo orquestó la puesta en escena de hoy miércoles con el apoyo fundamental de Rogelio Ramírez De la O, que años atrás supo cobrarle a Romo desde su consultora privada.

Así fue como Romo arribó a Palacio Nacional, supuestamente a conversar sobre el panorama económico mundial con el secretario de Hacienda, pero en realidad la meta fundamental era demostrar cercanía con el eje de gravedad obradorista: de ahí los elogios al AIFA y la sentencia de que la inflación va de bajada.