La oposición madrileña advierte que Ayuso busca neutralizar a Vox para lograr la mayoría absoluta en 2023
Isabel Díaz Ayuso asumió la presidencia del PP madrileño con las elecciones de 2023 en mente. A lo largo del discurso que dio frente a la dirigencia popular, con Alberto Núñez Feijóo en primera fila, la mandataria autonómica cargó contra la izquierda y el feminismo y radicalizó sus críticas contra el gobierno central. Ayuso jugará a fondo el año próximo, aunque también proyecta convertir al PP local en la plataforma para llevar a los conservadores a Moncloa.
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Para eso la presidenta necesita neutralizar a Vox y confrontar con la oposición de izquierda para desmovilizar a sus votantes. "Madrid es la región capital de España y representa a la España con ganas", dijo Ayuso, quien entrecruzó los destinos de su gestión y los del partido a nivel nacional. Así, calificó al gobierno de Pedro Sánchez como el peor y el más autoritario desde el franquismo y señaló a la izquierda por atacar a la monarquía y, por ende, a las instituciones.
"Ayuso se dedica a protagonizar espectáculos de hooliganismo para competir con Vox. Es la mejor candidata de Vox y es evidente el reparto de roles con Feijóo. Uno usa la estrategia de poli bueno y la otra de poli malo. El problema es que después de un año de gobierno, a Ayuso se le ha caído la careta. El eslogan de la libertad no es para la gente, sino para darle comisiones millonarias a su entorno más cercano", dice a LPO Alejandra Jacinto, coportavoz de Unidas Podemos en la Asamblea de Madrid.
La presidenta madrileña aspira a una mayoría absoluta en 2023 y teñir de azul los 179 municipios -el año pasado ganó en 176-, un escenario que solo depende de ella. Ahora tiene las manos libres para decidir las listas electorales y definir los perfiles de los candidatos. Ayuso ya dejó en claro que quiere dirigentes jóvenes y dispuestos a combatir la perspectiva de género y la agenda progresista.
Juan Lobato, secretario general del PSOE de Madrid.
Y hay una obsesión que desvela a la presidenta: pulverizar a la izquierda en el cinturón rojo. La forma de hacerlo es arremeter contra las propuestas del PSOE, Más Madrid y UP. Juan Lobato, secretario general del PSOE madrileño, le pidió que "se deje de guerras internas y de obsesiones de poder" y que gestione "los problemas de verdad que tenemos en Madrid". También apuntó a "la situación de tensión y enfrentamiento que hay entre Feijóo y Ayuso", a quien no le habría "sentado bien la plurinacionalidad que defienden" el líder nacional del PP.
Pero mientras Feijóo intenta revertir el declive del PP en Cataluña y el País Vasco, la apuesta de Ayuso pasa por exhibirse como el reverso perfecto del Ejecutivo central y sus socios de investidura. Con todo, ha elegido como uno de sus blancos predilectos al movimiento de mujeres y las políticas de género del gobierno. Tras tachar a Irene Montero de "mujer de", continuó con su mensaje contra el feminismo por "su forma de ver la vida, propia de malcriadas que aspiran a llegar solas y borrachas, desprovistas de responsabilidades ni siquiera ante sus peores decisiones".
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Para Jacinto, la de Ayuso "es una libertad vacía y perjudicial para Madrid". "Su forma de gobernar es excluyente. No son discursos contra las feministas, sino contra los derechos humanos. Si se habla de criminalizar a las mujeres que quieren libertad para llegar solas y seguras a casa, lo que se hace es criminalizar a mujeres como Marta del Castillo", dijo en alusión a la joven asesinada y desaparecida en 2009.
Para Alejandra Jacinto, coportavoz de UP en la Asamblea autonómica, la de Ayuso "es una libertad vacía y perjudicial para Madrid".
La ministra de Igualdad personifica la antítesis de Ayuso, y el PP lo ve así. Su discurso recibió los aplausos de las filas populares. Feijóo, que hasta el momento no adhirió al discurso anti derechos de Ayuso, también se sumó a la ovación. Es un juego paralelo, es decir, a medida que se desmarca de la nueva ley de aborto y del proyecto para las personas trans, les avisa a los de Santiago Abascal que el PP irá por el voto conservador.
Ayuso entiende que Más Madrid podría sobrepasar al PSOE en los próximos comicios, por lo que también busca desgastar su accionar en la Asamblea. Eso explica que haya apuntado el proyecto de regulación del cannabis que presentó la formación. "Nadie hace frente a las adicciones. ¿Por qué no dicen que las drogas son un problema para la juventud?", lanzó. Un miembro del partido consultado por este medio desestimó las acusaciones y sostuvo que la presidenta "no tiene un proyecto para Madrid" y su estrategia "es puramente confrontativa".
La oposición no solo remarca las deficiencias de su gestión, sino la rapidez con la cual la presidenta logró superar la investigación a su hermano, que en plena crisis del PP terminó el tiempo récord con el liderazgo de Pablo Casado. Ayuso alineó al PP madrileño, nombró a Alfredo Serrano, un hombre de su confianza, para secretario general y designó en la ejecutiva a Ana Milán, la alcaldesa de Arroyomolinos, imputada por un hecho de corrupción.
La líder de Más Madrid, Mónica García, calificó el congreso regional del PP como "una ovación cerrada a la corrupción".
Mónica García, líder de Más Madrid, consideró que los dirigentes populares hicieron "una ovación cerrada a la corrupción". "Ayuso ha puesto en el centro la crispación. Hemos visto desfilar en el congreso lo que son los pagos de favores. Se ha puesto en la dirección a la que firmó el contrato con el hermano de Ayuso. Ponen a una alcaldesa imputada para corroborar que el PP está aquí para corromper las instituciones", denunció.
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La derecha sin complejos y dicotómica que plantea Ayuso tiene vía libre para probar su designio. La moderación no será una cualidad que sirva para arrasar en las urnas en mayo. La presidenta querrá pavimentar el camino del PP a Moncloa, pero no como un eslabón más, sino como el pilar fundamental. Si la estrategia se demuestra exitosa, entonces habrá poca resistencia a replicarla en todo el país.