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Carlos Torres eleva su perfil en Palacio: nexos con Segob y planes para el 2024

Quiere estar en el próximo sexenio y ser clave en la sucesión. Redes sociales y política en Durango.

 El coordinador de los programas sociales de la 4T, Carlos Torres Rosas, está determinado a evitar el mismo sendero que su antecesor Gabriel García: de un cargo de centralidad absoluta a la periferia en medio de sospechas y acusaciones. 

Para esto Torres está elevando su perfil político en el círculo presidencial. Opina sobre cuestiones electorales que hasta hace algunos meses le eran ajenas, comienza a planificar su presencia en redes sociales y aumenta sus reuniones con actores del poder fáctico, lo cual tampoco solía conceder.

Torres, proveniente de una familia de buena posición en Durango, tuvo la tentación a finales del 2021 de buscar de la candidatura de Morena en esa entidad pero al tener un rol central en una cuestión elemental del Gobierno (los apoyos sociales), entendió casi desde el comienzo que su ambición era inviable. Como sucede con otros actores con responsabilidades cruciales, Andrés Manuel López Obrador no concede incursiones a la política electoral.  

Dos ejemplos ilustran el caso. Rafael Marín, a cargo del Corredor Interoceánico, le pidió en tres ocasiones al presidente ser su candidato en Quintana Roo, hasta le habría deslizado un dossier explosivo sobre Mara Lezama. No alcanzó y se le encomendó concentrarse en la obra a su cargo. Lo mismo ocurre con Rocío Nahle, que está desesperada por entregar un barril de crudo en Dos Bocas para irse a Veracruz a dedicarse a su campaña por la gubernatura.

Torres es consciente de que cuando quede conformado, y funcione, el esquema de apoyos entre su coordinación, Banco del Bienestar y Secretaría del Bienestar, él estará ubicado en una posición de centralidad absoluta frente al candidato que elija el presidente en 2024.

Hoy por hoy el nexo más fuerte de Torres es con Adán Augusto López Hernández. Esa cercanía no está afincada en la idea de una candidatura del tabasqueño sino en que el mandamás de Segob será el organizador político de la sucesión, ya sea al servicio de Claudia Sheinbaum o al de Marcelo Ebrard.  En esa posición de intangibilidad es que quiere estar Torres, la que asegura continuidad más allá del proyecto sucesorio.