Ambientalistas denuncian que España "importa deforestación" de Brasil y Argentina por la soja
"Engordados con deforestación". Así se llama la investigación que, durante más de seis meses, la ONG Carro de Combate, especializada en cadenas de suministros, realizó para desandar la ruta de la soja que llega a España procedente de sus principales importadores: Brasil, Estados Unidos y Argentina.
España, el cuarto productor mundial de carne de porcino, necesita todos los años importar millones de toneladas de soja para abastecer a esta industria. Se trata de una materia prima fundamental en la formulación de los preparados de nutrición animal (pienso), ya que es la fuente de proteína más barata que existe en el mercado.
Una de las grandes conclusiones del informe es que el "abastecimiento de soja se ha convertido en un quebradero de cabeza para la industria española de piensos por su relación con la deforestación de zonas de alto valor ecológico, especialmente en Brasil". La investigación, aunque en menor medida, también cita a Argentina, principal importador de harina de soja.
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"La soja para alimentar ganado (vacuno, porcino, aviar) ha causado más deforestación que cualquier otro producto importado a la UE", denuncia la investigación, que señala directamente a Cargill y Bunge, las grandes distribuidoras españolas de materias primas, por su responsabilidad en esta "deforestación importada".
España es el tercer país de Europa que más "deforestación importa". El cálculo que hace este informe equivale a la destrucción de 32,900 hectáreas anuales. Desde hace algunos años, la península tiene la mayor industria de fabricación de piensos de Europa. Sin embargo, por su gran volumen de producción, necesita importar grandes cantidades de cereales y oleaginosas.
"Destaca sobre todo la soja, cuya producción es muy limitada en Europa por lo que se importa principalmente de tres grandes productores americanos: Brasil, Estados Unidos y Argentina", explica la investigación.
En España, como en el resto de Europa, apenas se produce soja. Según los últimos datos disponibles del Ministerio de Agricultura, la producción de esta oleaginosa no llegó a las 5000 toneladas en la campaña 2019/2020, mientras que se importaron cerca de 3,5 millones de toneladas.
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Según los datos recabados por la ONG que realizó esta investigación, Brasil es el principal proveedor de habas de soja a España (dos de cada tres tonales arriban de ese país). En el caso de la harina de soja, Argentina es el principal exportador, con un 45% del total de las importaciones.
Uno de los gráficos de la ONG Carro de Combate para ilustrar la deforestación que importa España.
"Importar soja desde Brasil -aclara el estudio- es un asunto espinoso por su alto impacto medioambiental. Así, del total de importaciones sojeras procedentes de Brasil que llegan a la UE, el 69% procede de dos ecosistemas especialmente valiosos y vulnerables: La selva amazónica y la sabana de El Cerrado".
La mayor parte de la deforestación en este segundo territorio cumple con la ley brasileña, y quienes la llevan a cabo no son, como suele suceder en el Amazonas, pequeños delincuentes, sino las empresas multinacionales que controlan el sector sojero en Brasil, Argentina y el mundo: Cargill y Bunge, principalmente.
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Ante estas cifras, la industria española "se está apresurando en establecer herramientas y argumentos para sostener que la soja utilizada es de origen sostenible". La Confederación Española de Fabricantes de Alimentos Compuestos Para Animales (Cesfac) realizó un estudio en 2021 para analizar la sostenibilidad de la soja utilizada en la cadena de suministro de piensos en España.
Según este informe, el 71% de la soja comprada a Brasil es de bajo riesgo de deforestación y el 91% de la que procede de Argentina. Para esta ONG, los porcentajes son mayores, por lo que es evidente que "las empresas españolas están importando deforestación hasta nuestros platos".