Partido Popular

El PP se radicaliza tras el portazo de Sánchez y abre el diálogo con Vox

La moderada y conciliadora estrategia de Feijóo duró solo una semana. Génova tiene un plan B tras las truncas negociaciones con el Gobierno: crispar el discurso contra Sánchez y no disimular su acercamiento a Vox.

La estrategia moderada le duró al PP tan solo una semana. Su nuevo presidente, Alberto Núñez Feijóo, se fue del Congreso de Sevilla, donde fue ungido por unanimidad, con la firme intención de tender puentes con el Gobierno. Pero tras el portazo económico de Pedro Sánchez, quien no aceptó ninguna de sus propuestas para capear la crisis, el líder gallego ya dio la orden en Génova de pasar al plan B: crispar el discurso con el Ejecutivo y abrir el diálogo con Vox, el único socio disponible para pactos de gobernabilidad.

Las señales son inequívocas. La primera: la investidura que compartirán este lunes Alfonso Fernández Mañueco y Juan García Gallardo, el alfil de Santiago Abascal en Castilla y León. El primer gobierno de coalición entre el PP y Vox es una declaración de presente y futuro. El efecto cascada (otros Ejecutivos mixtos) es inevitable.

En la foto de la toma de posesión de Mañueco (martes 19 de abril) no estará Feijóo -quien por el momento prefiere que su rostro no esté pegado a los máximos representantes de la ultraderecha-, pero sí la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien no siente ninguna incomodidad de retratarse junto a los nuevos socios. Cambió su agenda para viajar a Valladolid y aupar al líder regional.

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La líder madrileña tomó, desde hace tiempo, partido por Vox. Se siente cómoda con el acuerdo que firmó en su territorio y piensa que es el "modelo a seguir", tanto para otras comunidades autónomas (Andalucía, por ejemplo), como para las generales de 2023. Semanas atrás, sacó pecho de su "gobierno de coalición con Vox". "No fue un lapsus, fue una declaración de intenciones", dijo cuando le repreguntaron por la frase.

Ayuso, que no realiza ninguna declaración por fuera del guion pactado con Miguel Ángel Rodríguez, su jefe de Gabinete y mano derecha, cuestionó públicamente a Feijóo por sentarse junto a Sánchez en el Palacio de la Moncloa.

No tengo ningún inconveniente en hablar con el presidente de Vox

"Hay que ser oposición real al desastre. Si no nos iremos todos por el barranco y yo me niego", dijo desmarcándose del espíritu conciliador de su nuevo jefe político. Dejó entrever que la "moderación" de Feijóo es una mala estrategia para el PP. "No hay nada menos moderado que tener según qué socios en la Moncloa, o despedazar a España, o romper nuestro legado, lo que está pasando sí que es sectario. Hay que ser fuerte para no dejarse llevar por ese rodillo totalitario", se desmarcó.

En esa sintonía, este lunes, el vicesecretario de Coordinación Autonómica y Local del PP, Pedro Rollán, aseguró que no hay "nada que temer" del Gobierno en coalición con Vox en Castilla y León porque "forma parte de la normalidad" tras los resultados de las elecciones autonómicas. "Aquellos que tengan dudas o temores que le dan la oportunidad a este Ejecutivo. Va a demostrar que no hay nada de lo que temer", agregó.

Juanma Moreno, uno de los barones que pide abrir el diálogo institucional con Vox.

Feijóo acusó el golpe y, tras las negociaciones trunca con Sánchez, cambió en los últimos días su discurso sobre Vox. Pasó de palabras muy frías ("Es mejor perder el Gobierno que ganarlo desde el populismo") a frases mucho más templadas: "No tengo ningún inconveniente en hablar con el presidente de Vox", aclaró este fin de semana en una entrevista con ABC. "Seguramente lo haré", le dijo a la Voz de Galicia ante la consulta si mantendrá en un futuro cercano conversaciones con los líderes de la ultraderecha.

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La otra señal del diálogo institucional que el PP decidió abrir con Vox la entregó Juan Manuel Moreno desde Andalucía. Esta semana, el Centro de Estudios Andaluces (Centra) dio a conocer su última encuesta sobre la intención de voto en esta comunidad autónoma. El sondeo arroja dos grandes conclusiones: que Vox es la única fuerza política que crece de forma sostenida. Y que el PP va a necesitar la venia de Abascal para formar gobierno.

Según esta encuesta, el PP andaluz ganaría las elecciones autonómicas con el 34% de los apoyos, lo que equivaldría a 43 o 44 escaños (se necesitan 55 para la mayoría absoluta). Vox, en tanto, obtendría el 19% de los votos y 22 escaños, diez más que en los últimos comicios.

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Pese a este (incómodo) cuadro de situación, Moreno insistió en los últimos días en la necesidad de adelantar las elecciones de noviembre a junio. Su argumento es que, con la actual incertidumbre económica, es "imposible" seguir gobernando con los presupuestos prorrogados de 2021.

Hay que ser oposición real al desastre. Si no nos iremos todos por el barranco y yo me niego

Moreno no quiere depender de la ultraderecha, pero sabe que el pacto -al igual que en Castilla y León- es inevitable. Prefiere entonces adelantar los comicios y gobernar con Vox que estirar la agonía hasta el otoño y apostar a un cambio de tendencia.

En esa estrategia, el cacique andaluz necesita la luz verde de Génova para empezar a negociar públicamente con Vox. Feijóo, tras el portazo de Sánchez, habilitó un diálogo que, hasta ahora, estuvo siempre vedado.