Macron enfrenta la remontada de Le Pen, en una elección clave para el futuro de Europa
Este domingo los franceses elegirán algo más que el próximo presidente del país: la votación en Francia definirá el camino de una Europa en guerra y con el desafío de una mayor integración. Así lo percibe el presidente Emmanuel Macron, cuyo principal obstáculo para la reelección es la candidata euroescéptica y de ultraderecha Marine Le Pen. El mandatario está obligado llegar bien posicionado a la segunda vuelta, sobre todo por el ascenso de su principal rival en las encuestas.
El último sondeo de Ipsos-Sopra Steria le da a Macron un 26,5% en intención de voto y a Le Pen un 23%, mientras que la consultora Elabe les otorga un 26% y un 25%, respectivamente. Estos números preocupan al oficialismo, aunque no tanto como los pronósticos de empate técnico para la segunda vuelta del 24 de abril. En 2017, Macron también se enfrentó a Le Pen en el balotaje. Entonces ganó con el 66%.
Sin embargo, el izquierdista Jean-Luc Mélenchon busca destronar a Le Pen del segundo lugar, alentado por el crecimiento en las encuestas. Su discurso sobre el combate a la desigualdad y la recuperación del poder adquisitivo -un tema clave en esta campaña- lo coloca como una alternativa al liberalismo de Macron y a la derecha xenófoba de Le Pen. En cuarta posición queda Éric Zemmour, considerado el Trump francés y defensor de la teoría "del gran reemplazo", una visión catastrófica sobre el final de la población europea a manos de los musulmanes.
Pero el entusiasmo por Zemmour se fue apagando a medida que insistía con una retórica identitaria alejada de las preocupaciones económicas de los votantes. Ahora pelea codo a codo con la candidata del gaullismo, la conservadora Valérie Pécresse, actual presidenta de la región parisina. De los nueve candidatos restantes, ninguno supera el 5%. Los partidos tradicionales apenas interpelan a los franceses. El socialismo dejó el gobierno cinco años atrás y su actual candidata, la alcaldesa de París Anne Hidalgo, oscila entre el 1 y el 2% en las preferencias del electorado.
Marine Le Pen, la candidata de extrema derecha que va segunda en las encuestas.
"Le Pen está más cerca del triunfo que en 2017, pero Mélenchon está subiendo mucho en los sondeos. Las consultoras la suelen poner a Le Pen muy por encima de los resultados finales, como en las elecciones regionales del año pasado, cuando supuestamente iba a arrasar y obtuvo malos resultados, generando una crisis en su partido. Por su parte, Macron llega debilitado por una serie de investigaciones vinculadas con favoritismo hacia empresas privadas", dice a LPO el filósofo y escritor Dardo Scavino, profesor de la Universidad de Pau y Pays de l'Adour.
Un escándalo fiscal salpica a Macron en el cierre de su campaña presidencial
La justicia investiga presuntas irregularidades en la contratación de servicios de asesoría para la administración pública. El problema es que las consultoras no habrían tributado el impuesto de sociedades, reflotando la percepción de connivencia ente Macron y el sector privado. El mandatario tampoco retuvo los beneficios del efecto bandera por la guerra en Ucrania. "El efecto guerra no influyó sobre el proceso electoral. Le Pen y Zemmour están estrechamente ligados con Putin, incluso Le Pen fue financiada por el propio gobierno ruso. Zemmour reivindicaba la política de Putin. A ninguno de los dos lo afectó esa asociación", asegura.
Jean-Luc Mélenchon, el líder del movimiento de izquierda Francia Insumisa, pelea por entrar a la segunda vuelta.
"Si el pueblo vota, el pueblo gana", arengó Le Pen durante el cierre de campaña. La irrupción de Zemmour le permitió mostrarse menos radicalizada ante los votantes, aunque el repunte se lo debe principalmente a un cambio de estrategia. La dirigente ultraderechista relegó a segundo plano el mensaje antiinmigración y privilegió los temas sociales. Le Pen habló de mejorar los ingresos y reducir el IVA. Y lo hizo antes que Macron.
El presidente ha delegado prácticamente los asuntos internos a su primer ministro. Desde su asunción en 2017, Macron se ocupó de la proyección internacional de Francia, con más de 150 viajes al exterior, y a la vez promovió una integración europea en la que París hace valer su poderío militar y su derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU. Es el único país de la UE con esa prerrogativa. En paralelo, su mandato estuvo marcado por la conflictividad social, primero cuando intentó elevar la edad de jubilación y después por el surgimiento de los "chalecos amarillos".
El expresentador de televisión Éric Zemmour fundó el partido de ultraderecha Reconquista y está en cuarta posición, según las encuestas.
Ahora, mientras el precio del combustible aumenta y la inflación se dispara hasta alcanzar su record en cuatro décadas, el presidente anuncia un aumento de las jubilaciones y los salarios de los empleados públicos. "Macron recupera una agenda social de la izquierda. Una fue la posición de Mélenchon sobre la planificación ecológica. Y después tomó un slogan de un partido del trotskismo que es ‘nuestras vidas valen más que sus ganancias'. Lo curioso de Macron que es que puede decir todo y lo contrario, no tiene ninguna línea política clara, a pesar de que su gestión neoliberal solo fue frenada por la pandemia", apunta Scavino.
Según el ganador del Premio Anagrama de Ensayo 2018, la de Macron fue "una política de la oferta, de ayuda a las empresas y no a los consumidores". "La deuda publica aumentó de forma terrorífica, hubo un trasvase de dinero público al sector privado. Para Macron la administración pública es ineficaz y la privada es eficaz", sostiene. El presidente también se enfrenta a su propia gestión.
Valérie Pécresse, candidata del partido gaullista Los Republicanos.
Macron no solo le recrimina a Le Pen la buena sintonía con Putin y el financiamiento de su campaña con fondos húngaros, sino que remarca el euroescepticismo de su rival y su promesa de salir de la zona euro. Está preparando ya el terreno para reditar el "cordón" sanitario contra la extrema derecha. Scavino señala que "Macron trata de recuperar un electorado que votaba tradicionalmente al socialismo, para que no vota a Mélenchon".
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"Hay muchos políticos del PS, los llamados históricos, que se volcaron por Macron, dejando a Hidalgo en una situación de mucha precariedad", afirma. Mañana se confirmará si el presidente logra frenar a Le Pen y encaminarse a un segundo mandato.