Crisis en Perú

Castillo enfrenta una huelga de camioneros y aseguran que "su gobierno está terminado"

El presidente de Perú decretó el toque de queda pero tuvo que levantarlo porque nadie lo respetó. "Castillo ha demostrado que él mismo es un obstáculo para el propio estado peruano", reveló una fuente a LPO.

Pedro Castillo enfrenta una nueva crisis. Desde el 28 de marzo que Perú sufre un paro de camioneros generada por la suba de combustibles, fertilizantes y alimentos empinados por la guerra en Ucrania. Paradójicamente, la region en donde comenzó la conflictividad fue Junin, bastión del líder de Perú Libre Vladimir Cerrón en donde Castillo ganó por el 60 por ciento de los voto hace menos de un año.

Los enfrentamientos entre manifestantes y la policía dejó como saldo doce heridos, 14 detenidos y un adolescente de 13 años que no participaba de los reclamos intentó escapar de la represión policial y murió ahogado en un río. 

La Unión Nacional de Transportistas y la Confederación Nacional de Transportistas inicio una huelga por tiempo indefinido y reclama tanto por el alza de los precios como también por las promesas incumplidas de parte del Gobierno que, cuando asumió, se comprometió a revisar los contratos de peajes porque tienen tarifas caras pero están pésimas condiciones. 

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A los transportistas se sumaron los agricultores, la supuesta base social de Castillo y Perú Libre que reclama los créditos baratos que el Presidente prometió en campaña y aún no fueron llevadas a cabo por las sucesivas crisis en el Gabinete que lo obligó a cambiar tres veces.  Como solución el Ministerio de Desarrollo Agrario entregó en algunas localidades un abono producido en Perú por aves costeras, llamado guano de las islas y eso calmó algo del enojo social de los trabajadores agrícolas y el Gobierno firmó compromisos para reducir en 90% el impuesto selectivo al consumo temporalmente y gestionar en el Congreso la exoneración del impuesto general a las ventas en alimentos básicos como arroz, fideos, pollo y harina por tres meses. 

No obstante, la bronca de los trabajadores del volante continúa y se espera en bloqueos y cortes. La respuesta de Pedro Castillo fue decretar el estado de emergencia en Lima y Callao y declaró la inmovilidad ciudadana con el propósito de "resguardar los derechos fundamentales de todas las personas".

Esto abrió una ola de críticas de viejos aliados de izquierda de que consideran que la actitud "represiva" de Castillo para abordar el escenario de conflicto evita resolver los temas de fondos que el propio jefe de estado abordó durante la campaña electoral. Finalmente, la medida se revirtió pero eso no aplacó las protestas y los cuestionamientos. 

La líder de Nuevo Perú, Verónika Mendoza, que supo contar con funcionarios en el Gabinete dijo ante las decisiones de Castillo que "el gobierno no solo ha traicionado sus promesas de cambio, sino que ahora repite el método de "resolución de conflictos" de la derecha: ningunear a quienes se movilizan con legítimo malestar por la situación económica y política, reprimir, criminalizar y restringir derechos". 

El gobierno no solo ha traicionado sus promesas de cambio, sino que ahora repite el método de "resolución de conflictos" de la derecha: ningunear a quienes se movilizan con legítimo malestar por la situación económica y política, reprimir, criminalizar y restringir derechos

En el mismo sentido se expresó la ex presidenta del Consejo de Ministros, Mirtha Vásquez, quien planteó: "Los conflictos sociales no se solucionan con la represión ni imponiendo un estado de excepción que recorta derechos. Medidas autoritarias como esta solo exacerbarán el malestar ciudadano que sufre la crisis económica. ¡Hágase cargo presidente y busque salidas democráticas!". 

Por su parte, el líder de Perú Libre y aliado del Jefe de Estado aprovechó el estado de convulsión y propuso un giro a la izquierda más profundo: "La única solución permanente y pacífica para el país es una Asamblea Constituyente, donde las clases sociales lleguen a un consenso, terminen los abusos y la discriminación. Lo alertamos: ¡Si en el país no hay cambio de Constitución, no hay cambio de nada!". 

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"La derecha perdió la batalla en el Parlamento y, aprovechando un paro de campesinos y transportistas, activó un frente político, judicial y social delictivo, contra el Presidente, quien lamentablemente dio ventaja al no implementar el programa de gobierno que prometió en campaña", continuó Cerrón.

El presidente del partido de Castillo siguió con las críticas y aseguró: "Con una sola política de izquierda bien aplicada, la derecha estaría lamiéndose las heridas, no tendría tiempo para pensar, conspirar y menos ejecutar, pero el Presidente les da toda la ventaja, pensando equívocamente que podría existir el derechista bueno". 

Con una sola política de izquierda bien aplicada, la derecha estaría lamiéndose las heridas, no tendría tiempo para pensar, conspirar y menos ejecutar, pero el Presidente les da toda la ventaja, pensando equívocamente que podría existir el derechista bueno

Una fuente que formó parte del Gobierno al inicio dijo a LPO que "las protestas y el paro no tuvieron nada de fuerza en Lima pero el miedo parece que llegó al Presidente e hizo el mensaje absurdo y un decreto desproporcionado. Solito le ha puesto fin a su gobierno, no explica la situación y no propone soluciones".

Sobre la posibilidad de que el apoyo de los bloques de izquierda en el Parlamento cambie con este panorama, este experimentado operador de izquierda señaló:  "Castillo ha demostrado que él mismo es un obstáculo para el propio estado peruano".

Pedro Castillo atraviesa un extremadamente conflictivo primer año de gestión, con dos intentos de destitución de parte de la oposición, tres cambios de Gabinete y ahora un aluvión de cuestionamientos de sus aliados progresistas y de izquierda que entienden que su gobierno "está lejos de ser progresista".

La gestión del mandatario tiene un 68% de desaprobación, según una encuesta de fines de marzo del Instituto de Estudios Peruanos, y un 71% de consultados cree que no concluirá su mandato.