Podemos

En Podemos temen nuevas defecciones tras la partida de Meri Pita

Irene Montero acusó de tránsfuga a Pita, pero en la dirección del partido preocupa las divisiones en torno las medidas de Pedro Sánchez. Podemos queda ahora con 33 escaños en el Congreso.

 La decisión de la diputada morada Meri Pita de abandonar el partido y sumarse al Grupo Mixto del Congreso preocupa a los dirigentes de Unidas Podemos. La ministra de Igualdad, Irene Montero, fue una de las voces más destacadas de la formación en pedir que Pita deje su acta. "Yo creo que lo coherente cuando una persona es elegida en una lista electoral y con un programa electoral y abandona el grupo parlamentario y a su partido es que deje el acta", dijo.

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Montero cargó contra el transfuguismo, al que calificó de "fraude", más preocupada acaso porque los morados pasaron en pocos meses de 35 a 33 escaños, sin una elección de por medio, y por causa de la inhabilitación de Alberto Rodríguez y ahora por la deserción de Pita. En la aritmética parlamentaria no es una cuestión menor, pero entre los dirigentes de Podemos crece el temor ante nuevas defecciones.

Al igual que ocurrió en el PSOE, donde diputados como Odón Elorza cuestionaron el giro de Pedro Sánchez respecto al Sáhara Occidental, entre los morados creen la última jugada del presidente desdibuja el rol de UP en el gobierno de coalición. A pesar de que Yolanda Díaz negó que fueran a abandonar el Ejecutivo, y que Ione Belarra considerara que "muy poca gente entiende" el reposicionamiento de España, en las bases se preguntan por qué la formación debe seguir sosteniendo al gobierno. 

 La de Pita no es una opinión a título personal. Cada vez más cuadros y militantes observan un divorcio entre el proyecto inicial de la formación y las decisiones de la dirección

El mensaje de Pita fue duro, en especial cuando apuntó a "la deriva orgánica" que "está ahí con sus individualidades, sus miserias, sus manipulaciones, su sectarismo, sus cobardías y, cada vez más, sus proyectos biográficos, mucho más que políticos y lejos -muy lejos en cualquier caso- de los principios" por lo que se integró al partido. No es una opinión a título personal. Cada vez más cuadros y militantes observan un divorcio entre el proyecto inicial de la formación y las decisiones de la dirección.

La ministra de Igualdad, Irene Montero, cargó este viernes contra Pita.  

Con todo, el cambio de rumbo sobre el Sáhara es el último asunto que no solo divide ya a los socios del gobierno, sino a los mismos integrantes de UP. Las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania, que comienzan a sentirse en España, también confronta a los podemitas. Para algunos el ritmo de las ayudas y la agenda social no avanzan al compás esperado. La reforma laboral fue una victoria pírrica que difícilmente podría volver a replicarse en el escenario actual.

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El Consejo de Coordinación de Podemos Canarias instó a Pita a dejar el acta "en manos de la coalición" -que recibió unos 140.000 votos-. El comunicado de la diputada también refleja el diagnóstico de cargos públicos de la sección canaria de Podemos. "La deriva orgánica del partido y del grupo ha acabado por despojar a Podemos de su fin inicial como herramienta de cambio y participación democrática", afirmaron. Esta opinión preocupa más la dirección nacional en este momento, por sus implicaciones, que la pérdida de un escaño.