Sáhara Occidental

Sánchez suma el apoyo de Macron y Von der Leyen por el Sáhara Occidental

Francia considera que la iniciativa marroquí es una base para encaminar negociaciones "serias y creíbles". Alemania y la Comisión Europea también respaldan a España.

 El respaldo de Pedro Sánchez al plan marroquí para la autonomía del Sáhara Occidental ha generado el repudio de sus socios de coalición, los partidos aliados en el Congreso, el Frente Polisario, Argelia e incluso dirigentes del PSOE. Pero a cambio el presidente recibió este lunes el apoyo de su par francés Emmanuel Macron y de la Comisión Europea.

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De hecho, el gobierno de Francia se expresó en términos similares a la carta que Sánchez envió al rey Mohamed VI y calificó la iniciativa de Marruecos como una base para encaminar unas negociaciones "serias y creíbles" entre las partes. "La posición de Francia en relación al Sáhara Occidental es constante", aseguró el Ministerio de Exteriores. Rabat y París mantienen una alianza estrecha y Macron, al igual que otros líderes europeos, ve en la disputa por el Sáhara Occidental un escollo para profundizar el vínculo estratégico.

Así, Francia defiende "una solución política justa, duradera y mutuamente aceptable, conforme a las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas", si bien la propuesta de Rabat echa por tierra el referéndum de autodeterminación que el pueblo saharaui reivindica como un derecho para decidir sobre su futuro. Alemania también apoya la vía marroquí para pasar la página en el Sáhara Occidental. 

La propuesta de Rabat echa por tierra el referéndum de autodeterminación que el pueblo saharaui reivindica como un derecho para decidir sobre su futuro

En diciembre de 2020 el expresidente estadounidense Donald Trump reconoció la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental a cambio de que Rabat estableciera relaciones bilaterales con Israel. Su sucesor, Joe Biden, no rectificó la postura y ha quedado como una política de hechos consumados que el gobierno marroquí aprovechó para promocionar y negociar con sus aliados el respaldo a la iniciativa de autonomía, que los saharauis rechazan.

Manifestación a favor del pueblo saharaui en Madrid, en noviembre pasado. 

La Comisión Europea también celebró el "acercamiento" de España a Marruecos, aunque fue menos entusiasta con el estatus que Rabat proyecta para el Sáhara Occidental. "Sobre la posición de España, la Unión Europea saluda los desarrollos positivos entre los Estados miembros y Marruecos en la relación bilateral que benefician la asociación de la UE y Marruecos", apuntó Nabila Massrali, portavoz de Exteriores.

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La vocera prácticamente calcó las palabras de la diplomacia francesa y destacó que "la solución debe ser política, justa, realista, pragmática, sostenible en el tiempo y mutuamente aceptada". En la práctica resulta inconcebible una salida en base al plan marroquí, puesto que la posición saharaui no contempla una subordinación política a Rabat. Pero si los cálculos de Bruselas apuntan a mejorar el vínculo con Marruecos, este cambio de posición genera un nuevo frente con el gobierno de Argelia.