Córdoba

Martín Gill se anota para la gobernación y pide internas en el PJ cordobés

Dice que debe haber diálogo entre las "diversas" opiniones del peronismo. La apuesta generacional para la primera elección sin De la Sota ni Schiaretti como candidatos.

Martín Gill, ex número 2 de Gabriel Katopodis, anticipó que "se siente preparado" para ser gobernador y reclama "ser parte de la diversidad del peronismo del futuro", en un esquema de consenso o de interna partidaria. "Soy profundamente justicialista", repite. Y aclara: "No puedo volver de donde nunca fui", respecto de su pertenencia al peronismo cordobés.

En paralelo, Alberto Escudero, intendente de Las Higueras, una localidad próxima a Río Cuarto e integrante del grupo de casi 80 jefes comunales que se referencian en el Frente de Todos, postuló a Gill como candidato a en 2023: "Martín Gill sería el personaje ideal para gobernador, eso puede llevar a una unión del peronismo en Córdoba; estamos trabajando en eso",

"Martín es respetuoso de todos los partidos. Esperamos que a fin de año tengamos una solución. Tenemos candidatos muy buenos, así que esperamos trabajar de manera consciente", agregó el intendente en declaraciones a Radio Villa María, una emisora enclavada en la ciudad que comanda Gill.

Esta "red de intendentes constituída desde la gestión y que tiene a Martín como referente", en palabras de uno de los colaboradores de Gill, "viene empujando" por la candidatura del ex funcionario nacional. Sin embargo, cerca del intendente de Villa María trataron de bajarle el precio a las declaraciones del jefe comunal de Las Higueras: "Escudero expresó el sentimiento de varios intendentes, aunque es apresurado lanzar una candidatura en este momento". Pura semántica.

Llaryora supera los 50 puntos en una encuesta y saca ventaja como el candidato de Schiaretti

La mayoría de los integrantes de los intendentes que propiciaron votar al Frente de Todos en noviembre bajó las armas en la interna partidaria para con el schiarettismo, lo que es tomado como una señal en El Panal, la sede del Gobierno cordobés.

Gill viene de dar un gesto que tiene varias lecturas: en el marco de la interna partidaria acordó con Eduardo Accastello, el ministro de Industria de Schiaretti, una tregua con doble bala de plata: ninguno fue candidato y se repartieron el poder en el departamento General San Martín y en la ciudad de Villa María.

"Estamos en una etapa de cambio dentro del peronismo, porque los dos dirigentes que marcaron la historia del partido en los últimos 25 años -De la Sota y Schiaretti-, no van a estar como candidatos en la elección que viene. Entonces, hay que replantear acuerdos para generar esa fuerza social capaz de seguir transformando a Córdoba", otra de las expresiones de Gill por estos días. "El peronismo tiene un pasado importante, pero para ganar debe representar el futuro en la diversidad de opiniones", es otra de las definiciones.

No es casual: el recambio generacional está en marcha, y en la mesa "sub 50" quieren sentarse (además de Martín Llaryora, en la cabecera) Manuel Calvo, Gill, Juan Manuel Llamosas (intendente de Río Cuarto) y Natalia De la Sota, entre otros.

Respetado como cuadro político en todos los estratos del peronismo, se entiende que por su perfil Gill podría ser la clave para retener al votante peronista del kirchnerismo. Por eso reclama que haya diálogo entre "las distintas expresiones del justicialismo''.

"Gill nunca cruzó los límites personales, por eso hubo tregua en Villa María: Martín ya está de vuelta", dice un funcionario provincial que se entusiasma con "Martín-Martín" para el 2023, en referencia a los tocayos Llaryora y Gill. Sólo una expresión del deseo del peronista.