Chile

Boric asume la presidencia en medio de las tensiones con sus aliados del PC chileno

Gabriel Boric asumirá en el Palacio de la Moneda y tendrá que lidiar entre la expectativa general y la necesidad de consensos.

Después de casi tres meses de haber sido electro presidente de Chile, Gabriel Boric, asumirá en el Palacio de la Moneda. Será este viernes a las 11 en Valparaíso y contará con la presencia de Alberto Fernández, entre otros jefes de estado de la región y referentes de la izquierda latinoamericana.

Antes de la jura, Boric anunció medidas que van en línea con las expectativas generadas sobre su figura como la de poner topes en los sueldos de los funcionarios, restricciones para el nombramiento de familiares y designar a una mujer con edecán por primera vez en la historia de Chile. 

Sin embargo, al margen de la paridad y los gestos relacionadnos con el compromiso con la transparencia pública, el presidente chileno tiene por delante en un panorama complejo. Presiones internas de su ala izquierda, la necesidad de moderarse para lograr consensos en el Congreso y sostener una Asamblea Constituyente que está siendo cuestionada, son algunos de ellos. 

El gran interrogante que trae aparejada la presidencia de Boric es sobre que elementos de continuidad tendrá con el modelo neoliberal de las últimas décadas y cual será la profundidad de los cambios, y por ende, las consecuencias económicas y sociales. 

El PC chileno presiona por más espacio en el Gabinete y tensa la relación con Boric

En ese marco, LPO conversó con Juan Pablo Toro Vargas, director de AthenaLab y analista internacional chileno, quien planteó que "el principal desafío es lidiar con las enormes expectativas que carga, donde mucha gente que votó por él espera una mayor cobertura social del Estado en distintas áreas de forma rápida, todo eso en un contexto económico marcado por la inflación y uno político marcado por un proceso constitucional de resultado incierto".

Toro Vargas anticipa tensiones en la coalición dado que "el PC tiene una agenda más radical que quiere profundizar y acelerar cambios sociales sin tener en cuenta el voto moderado que hizo ganar a Boric en la segunda vuelta". "En la Convención Constitucional, el Frente Amplio de donde viene Boric y el PC votan de forma diferente. Es una señal de lo complejo de la relación", añadió. 

El principal desafío es lidiar con las enormes expectativas que carga, donde mucha gente que votó por él espera una mayor cobertura social del Estado en distintas áreas de forma rápida, todo eso en un contexto económico marcado por la inflación y uno político marcado por un proceso constitucional de resultado incierto

Sobre la política exterior, el analista sostiene que "la gestión se orientará principalmente a lo interno por la multiplicidad y complejidad de desafíos que enfrenta en materia económica, social y de seguridad. Por lo cual no espero que la política exterior sea una alta prioridad".

"Boric y su canciller Antonia Urrejola han dicho que la política exterior será esencialmente feminista, ecológica y enfocada a la promoción de la democracia. Lo que me parece bien, pero son temas puntuales que no se hacen cargo de una realidad internacional marcada por la competencia entre grandes potencias, donde las reglas y organismos multilaterales están debilitados, y vemos un retorno de la política de poder clásica", agregó. 

La coalición de Boric se partió en la elección de la presidenta de la Constituyente

Para Toro Vargas, "Boric estuvo bien al condenar a Rusia por la invasión en Ucrania, pero me pregunto si se pronunciaría de la misma manera en caso de una crisis en Taiwán causada por China, nuestro principal socio comercial".

Camila Vallejos aliada de Boric en el PC chileno.

A su vez, pronostica que  "pueden presentar unas tensiones, por más que sea el presidente quien conduce la política exterior. Boric ha dicho que está dispuesto a defender la democracia y los derechos humanos, adoptando posiciones críticas sobre las dictaduras de Cuba, Nicaragua y Venezuela. El problema es que en su gabinete hay miembros del Partido Comunista, fuerza política que respalda a esos regímenes autoritarios. Entonces, relevar esos temas le puede causar problemas internos en la coalición de gobierno". 

Boric estuvo bien al condenar a Rusia por la invasión en Ucrania, pero me pregunto si se pronunciaría de la misma manera en caso de una crisis en Taiwán causada por China, nuestro principal socio comercial.

Sobre las posibles alianzas a nivel regional, el especialista chileno asegura que "Boric ha dicho que sigue una corriente tradicional de socialismo americanista y expresado incluso simpatía por personajes como Álvaro García Linera, que fue vicepresidente de un gobierno profundamente antichileno, o Lula. Asimismo, vemos cierta propensión hacia López Obrador de México. Pero en el fondo él no es un representante de la vieja izquierda. Creo que tiene algunas agendas más en común con líderes de Canadá, Nueva Zelanda y Europa". "Así que pese a su impulso ideológico inicial que lo llevará a acercarse a la izquierda latinoamericana, la falta probable de resultados podría llevarlo a buscar alianzas con socios más pragmáticos después de un tiempo", afirma.

En cuanto al perfil de liderazgo que puede encarar el flamante presidente chileno, Juan Pablo Toro Vargas, asegura que "su liderazgo es más horizontal, así que no lo veo dando un sello especial a la política exterior. Estimo que su canciller tendrá mucha autonomía y será protagonista de la acción internacional de Chile". "Ahora en las cumbres, la juventud de Boric lo hará destacar, en su calidad de representante de la izquierda millenial. No obstante, más allá del cambio climático que reconoce como un tema importantísimo, nunca le he escuchado desarrollar una visión internacional propia y acabada", sostiene.

"Los empresarios de Chile tienen que abandonar el neoliberalismo"

Por último, Toro destaca que "la mayor diferencia con Piñera podría estar en que se abandone con Boric el sello comercial que ha tenido durante los pasados 40 años la política exterior y que ha sido un éxito en materia de inserción a los mercados del Indo-Pacífico. En su sector político hay gente que opina que el libre comercio es una forma de imperialismo, lo cual expresa un profundo desconocimiento de cómo funciona la economía mundial y un rescate de ideas ya probadas en los años 60 con pésimos resultados". "Por ejemplo, en el rechazo expresado al Acuerdo Transpacífico (TPP) ha quedado expuesto el profundo desconocimiento del contenido del acuerdo que apoyan incluso gobiernos progresistas de Canadá y Nueva Zelanda", finaliza.