Asamblea Legislativa

Una ley de inteligencia y la "agenda Kulfas", las prioridades de Alberto para el Congreso

El presidente anunció un proyecto para impedir que los espías actúen en causas judiciales. Y reclamó por las iniciativas del ministro cajoneadas. Agenda verde, la otra prioridad.

Alberto Fernández anunció en la apertura de sesiones ordinarias el envío de una ley de inteligencia para impedir que los espías actúen como auxiliares judiciales y les pidió a los legisladores destrabar la agenda de proyectos enviados por Matías Kulfas, frustrados el año pasado como parte de la interna del Gobierno. 

Las medidas redactadas por el ministro de Desarrollo Productivo tiene como objetivo duplicar el ingreso de divisas en 203 y varias habían sido anticipadas hace un año por Alberto, llegaron al Congreso y se trabaron en la Cámara de Diputados, donde el oficialismo tiene minoría. Son los casos de la la ley de cannabis y cáñamo medicinal a escala industrial, aprobada en el Senado, o la de promoción automotriz, que ni siquiera se trató en comisión. 

Junto a otras iniciativas mencionadas fueron incluidas por el presidente en el temario de extraordinarias para tratarse en febrero, pero ni siquiera se conformó una comisión, según se explicó extraoficialmente, por resistencia de la oposición para repartir los lugares. 

Para evitar repetir esos papelones, además de pedir leyes viejas Alberto fue precavido para anunciar nuevas y priorizó aquellas vinculadas a temas ambientales o de salud, que suelen encontrar consenso con la oposición.

La excepción fue la reforma de la ley de inteligencia, que reflotará las denuncias sobre espionaje ilegal durante el gobierno de Mauricio Macri, investigadas por la bicameral de fiscalización de organismos de inteligencia. La última surgió de un vídeo hallado en diciembre e involucra a María Eugenia Vidal.

Matías Kulfas. 

El proyecto se filtró entre algunos legisladores y consiste en ratificar disposiciones aplicadas con la intervención de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), dispuesta por el presidente ni bien asumió. 

La principal es eliminar la posibilidad que tienen los espías para actuar como auxiliar de la justicia (un rol que les permite intervenir en investigaciones), controlar los fondos reservados y recibir auditorías de la Sigen. Además, el presidente debería aprobar el plan de acción de cada año, para no llevarse sorpresas.  

Sería una nueva reforma al área de inteligencia después de la de 2015, cuando la AFI reemplazó a la SI -antecesora de la ex Side- y determinó que sus directores debían tener acuerdo del Senado. Mauricio Macri lo logró con Gustavo Arribas y Silvia Majdalani, pero Alberto nunca consiguió que se trate el de Cristina Caamaño, que oficia de interventora y este martes siguió el discurso presidencial desde los palcos. Otro capítulo de la interna oficialista. 

La ley de inteligencia que enviará Alberto fijará las medidas tomadas con la intervención de la AFI, como la prohibición de actuar como auxiliar de justicia. En estos dos años, no logró que el Senado trate el pliego de Cristina Caamaño. 

El resto de los ministros se apostaron en un palco lateral del recinto y el más elogiado por el presidente, aunque sin ser nombrado, fue Kulfas, una de las apuestas de Alberto que le provocó choques con Máximo Kirchner, ausente en la sesión. Nunca le perdonaron su libro critico con el último gobierno de Cristina Kirchner, que integró como presidente del Banco Central.

De su puño parecieran haber sido escritos los párrafos dedicados al crecimiento económico de 2021, al que Alberto le agregó un dato dirigido a Cristina Kirchner: aseguró que el poder adquisitivo está 3% por encima de noviembre de 2019. La caída de este indicador fue una de las críticas de la vice en la pelea post primarias.

El presidente anunció nueve "misiones industrializadoras", varias con iniciativas que pidió tratar en febrero en sesiones extraordinarias pero el Congreso siguió cerrado.

Cristina Caamaño. 

Un caso es la ley de cannabis y cáñamo a escala industrial, aprobada en el Senado y que llegó a tener dictamen en Diputados en noviembre, pero nunca se trató en el recinto. El presidente asegura que puede generar 10.000 puestos de trabajo en los próximos años "con una perspectiva federal". Los gobernadores opositores la respaldan. No debería haber problema. 

Alberto pidió la ley de inversiones automotrices, "para estimular nuevos proyectos y crear nuevos puestos de trabajo". El proyecto fue enviado en agosto y tiene como objetivo principal reducir el déficit comercial que acumula el sector por la compra de auto partes en el extranjero. No hubo una sola declaración de la oposición en contra. Pero nunca se trató.

Ley de electromovilidad busca estimular "la fabricación y difusión local de los vehículos eléctricos y trabajar en la cadena de valor del litio", Kulfas la envió a fines de enero y esperó que en febrero se debatiera. No tuvo éxito.

Alberto mencionó los proyectos enviados el año pasado por Kulfas para incrementar el ingreso de divisas que se trabaron en Diputados. Algunos los incluyó en extraordinarias para febrero, pero no se trataron. La gestión del ministro fue la más elogiada.

Otra ley reclamada es la de agro bio industrial, "para estimular a la inversión en la cadena agroindustrial y agregar valor en las economías regionales", que llegó en noviembre pero nunca se trató. Sergio Massa participó de varios actos para impulsarla.

Otra ley que reclamó Alberto es la de compre argentino, para reemplazar proveedores extranjeros por locales y ahorrar dólares; y la de hidrocarburífero, trabada el Senado por presión de los gobernadores de provincias petroleras. No les gusta quedar afuera de las inversiones favorecidas. 

El presidente agregó tres proyectos nuevos: Una Ley de Nano-biotecnología, que extienda y supere a la actual ley de Biotecnología moderna; una de Hidrógeno, "que estimule y reglamente el desarrollo de esta actividad que es presente y es futuro"; y una sobre sistema de calidad, que garantice las condiciones de exportación.

Aún sin una ley vigente, el presidente anunció normas para la producción de medicamentos, de materiales de Defensa y la modernización y digitalización de sectores tradicionales, para lo que agradeció la ley de economía del conocimiento, sancionada en 2020, y enviada por Kulfas. 

Con este paquete, el presidente anticipó que se busca "duplicar las exportaciones con 25 complejos productivos de bienes y servicios, que en 2021 exportaron 84.000 millones de dólares y que para 2030 aspiramos que exporten 170.000". Es justo la época en que se amontonan los vencimientos de pagos con bonistas y con el FMI, si prospera el acuerdo.

El resto de la agenda legislativa pedida por Alberto no debería tener mayores conflictos en avanzar, aunque las internas en los dos principales frentes electorales y la falta de diálogo entre los referentes de ambos no garantizan su éxito. 

La primera que mencionó es la ley de empleo joven, un reclamo de todos los sectores para incorporar al mercado laboral a los veniteañeros. Otras fueron una nueva ley de discapacidad y la del sistema integral de cuidados "con perspectiva de género", un rubro que pronostica crear 200 mil puestos de trabajo. Se calcula que 1 millón de personas necesitan cuidados. 

Otra ley prometida por el presidente es la de cuidados parentales, para aumentar las licencias de paternidad, que son de 2 días. El senado dictaminó una el año pasado, pero no llegó al recinto, al parecer, por presión de las cámaras empresariales.La versión del Gobierno incluirá a monotributistas y autónomos. 

Alberto reconoció la necesidad de incorporar al mercado laboral a beneficiarios de planes sociales y mencionó al pasar el proyecto para simplificar el ingreso al sistema de monotributo, enviado en diciembre, pero que ni siquiera fue incorporado al temario de sesiones extraordinarias. 

El presidente también anunció una ley de violencia institucional para controlar el accionar policial, pero no hizo mención a los dos dictámenes firmados, uno del oficialismo y otro de la oposición. 

La agenda ambiental es otra puesta fuerte del Gobierno y suele encontrar respaldo en la oposición, cuando se abre el recinto.

Prometió una ley de presupuestos Mínimos de Evaluación Ambiental y una modificación a la ley de bosques, que según anunció en el Senado el ministro de Ambiente Juan Cabandié incluiría una coparticipación de los recursos a las provincias.

No incluyó la ley de envases, promovida por Máximo Kirchner, fue dictaminada en diciembre, pero la oposición la frenó porque no aceptaba la tasa del 3 por ciento a las empresas.

No encontraría disidencia una ley del Plan Argentino de Ciencia y Tecnología 2030, "que fue debatido y concertado con los actores de la comunidad científica, universitaria y productiva del país", anunció el presidente. 

No hubo anuncios sobre leyes judiciales, sólo una mención a la reforma de la composición del Consejo de la Magistratura, que pasaría sin problemas por el Senado pero no así Diputados, donde Juntos prefiere que vuelva la vieja integración, con la Corte al mando.

El presidente reclamó reflotar la reforma judicial de 2020 al menos para crear juzgados en zonas con casos de narcotráfico, como Santa Fe. Aunque no anunció leyes, dijo que la Corte merece revisar su conformación y funcionamiento. Por ahora no hay proyecto.