Narcotráfico

Se supo que el líder narco Alvarado planeó secuestrar al hijo de Pullaro y matar a un diputado

Un testigo clave que declaró un año antes de que lo asesinen dio detalles espeluznantes de cómo el líder narco rosarino desafió las esferas más altas del poder.

 El juicio contra Esteban Alvarado viene dejando secuencias estremecedoras sobre el accionar de uno de los hombres más crueles de la mafia rosarina. Según relataron los primeros testigos, el acusado para ampliar su empresa criminal no ahorraba en homicidios, secuestros y torturas que eran finamente planificados para eludir los rastros que lo pudiesen vincular.

Para ello, contó con la complicidad de autoridades policiales como el caso de Néstor "Chucho" Arismendi, designado al frente de la policía de Rosario en 2011 durante el gobierno de Antonio Bonfatti cuando ya pesaba sobre él una investigación por enriquecimiento ilícito por tener a su nombre una cantidad de inmuebles que no podía justificar con sus ingresos.

Algunos policías, de la decena que trabajaban para Alvarado, tenían puestos claves como el suboficial Pablo Báncora, designado en el Organismo de Investigaciones que le permitía tener acceso a los expedientes y estar al tanto del día a día de las pesquisas de la oficina que debían desentrañar los delitos del crimen organizado.

La balacera contra el domicilio de una empleada técnica del Ministerio Público de la Acusación, que tenía a su cargo las pericias de las pistas económicas y financieras de las causas, en febrero de 2019 puso en alerta a las autoridades que advirtieron que las bandas manejaban información fina de los expedientes judiciales.

Uno de los testimonios más escalofriantes la dio este jueves Carlos Arguelles, un chapista de autos que anduvo con Alvarado casi 20 años, desde el 2001, cuando el principal negocio era el robo de vehículos hasta ir incursionando en el contrabando y el narcotráfico. Con el peso de las muertes, que Arguelles contó más de 40 pero que podrían superar la centena, el año pasado decidió hablar.

Los contactos policiales del jefe narco le permitieron saber que Arguelles iba a cantar y lo mandó a matar. El testigo, que estaba imputado en la misma causa, había rechazado en varias oportunidades someterse al programa de testigo protegido y siguió trabajando en el mismo taller sin ninguna medida preventiva como esperando a los sicarios que un día llegaron y lo ultimaron de dos disparos en la cabeza.

Lo que pocos sabían era que ya hacía un año que Arguelles había declarado frente a jueces, fiscales y con un abogado de la defensoría oficial, con todas las garantías del debido proceso a través de un recurso procesal para testigos cuya vida corre peligro. Durante las tres horas y media, el mecánico puso al descubierto los planes más oscuros de Alvarado.

Según el testigo, el jefe narco quiso secuestrar al hijo del radical Maximiliano Pullaro, por aquellos años ministro de Seguridad del gobierno de Miguel Lifschitz "porque se enteró a que club iban y habría un conocido de él que involuntariamente dijo que sus hijos iban a ese club y él iba a intentar hacerles llegar una nota para amenazar de que le iba a secuestrar al hijo si no dejaba de hablar de él".

Alvarado se enteró a que club iba el hijo de Pullaro y lo quería secuestrar si no dejaban de hablar de él

"Ustedes pueden corroborar esto si se fijan qué apellidos hay, aparte de Pullaro, que estén relacionados a esta causa que no lo diré porque hay una familia detrás, el dato es que él quería secuestrar al hijo de Pullaro, es la pura verdad", amplió el declarante.

Durante la gestión del radical, Alvarado quedó al descubierto por el secuestro y crimen de un financista que trabajaba para él. Ese hecho, con ribetes tremendos que incluyen la tortura, permitió a los investigadores detenerlo luego de semanas prófugo.

Hugo Tognoli y Néstor Arismendi. Jefe de policía de Santa Fe que estuvo preso por narcotráfico y el jefe de Rosario, Arsimendi del Clan Alvarado

Por ello, la furia del narco en contra del ex ministro era absoluta y quedó evidenciada en el testimonio de Arguelles. Al punto tal, que detalló un desopilante plan para arrojar desde una avioneta 300 kilos de marihuana en paquetitos con el nombre de Pullaro sobre la cancha de Rosario Central durante un partido para forzar la salida del gabinete.

A su vez, el diputado provincial Carlos del Frade fue otro de los dirigentes políticos señalados como posibles objetivos de Alvarado; "también quería asesinar a del Frade, no es un chisme, esto me lo contó el", dijo Arguelles.

 Alvarado también quería asesinar a Carlos del Frade, no es un chisme, esto me lo contó el 

Es que durante años, Alvarado logró esquivar los radares de los investigadores y los policías que reportaban a su banda fueron clave como Luis Quevertoque, jefe de la Brigada Operativa de Judiciales que tuvo a su cargo la investigación de Los Monos o el ex subcomisario Marcelo Rey, de la Policía de Investigaciones.

A través de sus infiltrados logró que las investigaciones de homicidios, aprietes y extorsiones se orientasen hacia la familia Cantero, líderes de la mítica banda Los Monos y enemigos del Clan Alvarado. De esta manera, el narco se sacaba de encima a sus principales competidores y se expandía en su territorio lo cual derivó en una guerra que llega hasta estos días y explica que Rosario sea la ciudad con mayor cantidad de homicidios del país.

Aún queda mucho por ver en esta causa que tiene aristas insólitas para la criminalidad del país como la orden para matar al abogado penalista porteño Miguel Ángel Pierri porque Alvarado lo había contratado pero nunca lo defendió. Después de mandar a los sicarios, suspendió la acción porque se arrepintió.

  Alvarado dio la orden para matar al abogado penalista porteño Miguel Ángel Pierri porque lo había contratado pero nunca lo defendió. Después se arrepintió

Alvarado está siendo juzgado como jefe de asociación ilícita, por instigar el secuestro y posterior asesinato de Lucio Maldonado y cinco cargos de lavado de dinero pero van apareciendo nuevos delitos, algunos sumamente cruentos y de una ferocidad inusitada a la vez que promete que surjan nuevos nombres de la política y los investigadores no descartan que quede al descubierto una amplia trama de complicidades.