Guerra en Europa

Mal balance para la economía argentina por la guerra: Suben más los combustibles que la soja

Si acceso a los mercados, Rusia podría volcar su producción de granos a China, desplazando cupos del principal mercado de Argentina.

La escalada del conflicto entre Rusia y Ucrania se llevó puestas a todas las bolsas del mundo a excepción de las de Estados Unidos que terminaron actuando como refugio de los inversores, tras una caída inicial. Y la Argentina no fue la excepción: el índice Merval perdió 2,88% en pesos este jueves y 3,1% en dólares.

Las reacciones en los diferentes mercados mostraron que, pese a algunos movimietos anticipatorios, los mercados apostaban a una resolución diplomática del conflicto entre Rusia y Ucrania y el ataque de este jueves no estaba descontado. Por el contrario, se dispararon los precios de las materias primas lo que mantendrá elevada la presión inflacionaria a nivel mundial y la proliferación de sanciones lleva a pensar en un menor crecimiento de la economía mundial.

Las reacciones en los diferentes mercados mostraron que, pese a algunos movimietos anticipatorios, los mercados apostaban a una resolución diplomática del conflicto entre Rusia y Ucrania. 

Es que este jueves hubo un "fly to quality" como era de esperarse, pero con algunas notas relevantes: ante un conflicto bélico, el mercado también huyó de las criptomonedas y se volcó de lleno al oro. Así, el metal precioso trepó a los 1970 dólares por onza -y quedó a pasos del máximo de la pandemia- y el bitcoin se mantuvo en mínimos históricos.

Mientras, el barril de petróleo llegó a tocar los 105 dólares a primera hora del día, lo que se espera que relentezca la producción mundial.

Se dispara el precio internacional de la energía y jaquea la discusión con el FMI por la reducción de subsidios 

No obstante, en términos macroeconómicos lo más relevante para la Argentina de corto plazo se vio en los mercados de commodities: contrario a lo que venía pasando en las últimas jornadas, este jueves el petróleo y el gas dieron el batacazo y le ganaron por amplio margen a los granos que también subieron porque tanto Rusia como Ucrania son grandes productores mundiales de trigo y maíz, además de ser Ucrania el principal productor de girasol del viejo continente.

Al cierre del mercado, el resultado fue desfavorable para Argentina: subieron mucho más los precios de lo que importamos que de lo que exportamos

"Al cierre del mercado, el resultado fue desfavorable para Argentina: subieron mucho más los precios de lo que importamos (energía, GNL en particular) que de lo que exportamos (agro)", sintetizó el economista de la consultora Equilibra, Martín Rapetti.

De hecho, la soja y sus derivados tuvieron una leve corrección al cierre de este jueves, pero se mantuvieron holgados arriba de los 600 dólares por tonelada.

Con un complejo importador de energía en crecimiento este año, pero marcadamente más chico que el exportador granario y cerealero, el saldo comercial argentino apunta a verse ligeramente favorecido por los nuevos precios internacionales. Sin embargo, las nuevas sanciones que Estados Unidos y Europa preparan contra Rusia podrían darle un coletazo a la Argentina: Rusia es uno de los grandes productores de granos del mundo y, sin posibilidades de comercio con buena parte de sus compradores habituales, pasaría a ser el primer proveedor de China desplazando a la Argentina que, en tanto, pasará a saciar en el mercado de commodities la demanda de los antiguos compradores de Rusia.

La guerra de Ucrania dispara el precio de la soja, el trigo y el maíz que produce la Argentina

Por el lado del comercio bilateral, no se esperan mayores impactos. Con Ucrania, Argentina prácticamente no comercia y, con Rusia, el volumen comercial es inferior al 1% del volumen de comercio exterior nacional, una cifra prácticamente insignificante.

Pero la economía real igualmente pasará factura:  "La estimación del FMI de un aumento del PBI global del 4,4% para 2022 deberá ser revisada a la baja. La magnitud de la revisión dependerá de la intensidad y duración del conflicto. Las peores perspectivas son, naturalmente, para el continente europeo", explicó Víctor Beker, economista y director del Centro de la Nueva Economía de la UB.