Guerra en Europa

Se dispara el precio internacional de la energía y jaquea la discusión con el FMI por la reducción de subsidios

En Europa ya anunciaron aumentos tarifarios superiores al 15%. El dilema ahora no es solo por el precio sino por conseguir energía para el invierno.

Este jueves se lanzó la construcción del gasoducto Néstor Kirchner que permitirá abastecer con gas natural de Vaca Muerta a los principales centros urbanos del país y reemplazar parte del gas que antes de importaba de Bolivia, pero hasta tanto esté en funcionamiento el país dependerá de la importación creciente de gas licuado de petróleo (GLP), cuyo precio internacional acaba de dispararse por el ataque de Rusia a Ucrania.

Estrictamente hablando, la semana pasada el precio ya cuadruplicaba al que se paga en el mercado interno, pero en sus nuevos niveles implica un cimbronazo a las pretensiones de Alberto Fernández de que las tarifas no suban por encima de la inflación y también para las pretensiones del FMI de que el gasto público en subsidios a la energía decrezca, diferencia que empantanó hasta el momento el cierre del acuerdo.

Incluso esta suba cuestiona la factibilidad de que la alternativa que viene postulando el kirchnerismo de incrementar los subsidios para darles más poder de compra a los salarios y las jubilaciones.

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A los actuales precios, incluso si las tarifas suben más que la inflación, no alcanza para que los subsidios se achiquen. Es que en una semana, para Argentina el costo de importación de GLP se elevó en unos 700 millones de dólares solo para 2022 que deberán pagar los consumidores en forma de tarifas o el Estado en forma de más subsidios.

A los actuales precios, incluso si las tarifas suben más que la inflación, no alcanza para que los subsidios se achiquen. Es que en una semana, para Argentina el costo de importación de GLP se elevó en unos 700 millones de dólares que deberán pagar los consumidores en forma de tarifas o el Estado en forma de más subsidios.

Al respecto, Luis Argüero, economista y profesor de la Universidad de Belgrano, explicó que: "En un contexto de debate interno sobre los subsidios al consumo energético, el incremento en los costos de generación hará prácticamente imposible que estos subsidios bajen en términos reales en 2022".

Europa ilustra la situación. Varios países acaban de anunciar aumentos inminentes en el costo de la energía domiciliaria superiores al 15%. En España, por ejemplo, la tarifa de luz aumentará 16,8% este viernes a 240.13 euros por megavatio/hora para que las empresas puedan costear el costo de comprar energía, lo que significa un aumento del 30,3% respecto de lo que costaba la semana pasada. Y también esperan en breve la notificación del aumento del gas natural.

En un contexto de debate interno sobre los subsidios al consumo energético, el incremento en los costos de generación hará prácticamente imposible que estos subsidios bajen en términos reales en 2022.

En Francia, por ejemplo, no faltaron los artículos que analizaban la conveniencia de calefaccionarse a pellets, leña o gas ante la suba del 10% del gas mayorista tan pronto este martes Alemania anunció el cierre del gasoducto del norte (NordStream2). En Bélgica, con esta suba la tarifa doméstica de gas acumuló un alza del 163% en un año. No es en vano el 40% del gas que consume Europa procede de Rusia e incluso en los países que no dependen del gas ruso, como España, el aumento del precio internacional va a ser un problema.

Argentina no es la excepción a la luz de la creciente necesidad de importación de hidrocarburos y ahora no es solo un problema de precio internacional y de divisas para pagarla, sino de disponibilidad internacional para conseguir el GLP para que no falte gas durante el invierno para sostener la actividad y que no haga falta, como tantas veces, parar la producción para sostener el consumo residencial: Bolvia no está en condiciones de aportarlo, por lo que Argentina deberá compulsar con el resto del mundo para conseguir buques con gas licuado. Sus productores: Rusia, Qatar, Estados Unidos, Noruega o Argelia.Advierten que el déficit de comienzo de año dificulta llegar a la meta fiscal acordada con el FMI 

De hecho, por la caída en el suministro de gas de Bolivia, IESA había estimado que se necesitarían en 2022 casi 11% más barcos de GLP, con un precio promedio de 25 dólares por millón de BTU proyectado por la Secretaría de Energía esto significaba un desembolso de unos 3.500 millones de dólares. Sin embargo, ese precio quedó atrás: este jueves el millón de BTU quedó a centavos de los 30 dólares, lo que significa que el desembolso para la importación de unos 62 buques rondará los 4.200 millones de dólares.

Sea el Estado o sean los consumidores quien ponga la diferencia para cubrir esos 700 millones de dólares adicionales, el país enfrenta otro dilema: el Banco Central no tiene las reservas netas suficientes para hacer frente a este incremento en las importaciones que pueden incluso ser más si los precios continúan en alza.

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Respecto de este último punto, cabe destacar que, siendo Ucrania el principal productor de girasol de Europa y su gran proveedor de maíz, los precios de las exportaciones argentinas también tuvieron este jueves un alza considerable que podría aportar las divisas extra necesarias para compensar la mayor necesidad de dólares para que no falte gas.