La dimisión de Egea acelera la renuncia de Casado
Las deserciones en la cúpula del partido y la dimisión de Teodoro García Egea dejan a Pablo Casado con las horas contadas al frente del PP. Su suerte está echada. Ni siquiera la renuncia de su mano derecha y secretario general basta para revertir la salida del hasta ahora presidente de la formación. Casado está desconcertado y ve cómo avanza la convocatoria a un congreso extraordinario para resolver la crisis.
Los diputados del PP le exigen a Casado el cese de Egea y que convoque a un congreso extraordinario
El cónclave exprés podría tener lugar dentro de 30 días. En eso trabajan los barones territoriales. El grupo que lidera el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, considera que el tiempo de Casado está agotado. "Todos debemos estar a la altura de las circunstancias y tomar decisiones, yo entre ellos", lanzó el dirigente gallego, dejando en claro quién conduce la facción mayoritaria de los populares.
El liderazgo inesperado de Freijoó recibió este martes el respaldo explícito del presidente del PP de Aragón, Jorge Azcón, hasta hace pocos días leal a Casado, con lo que el mandatario de Galicia tiene asegurado prácticamente el respaldo unánime de los líderes territoriales del partido. A lo largo de estos días ha sumado el apoyo de diputados, senadores, cargos provinciales, militares y orgánicos del partido.
La intención de Casado es ganar tiempo. Ni siquiera su círculo cercano, compuesto por Cuca Gamarra, Javier Maroto, Ana Pastor o Andrea Levy -quien ha dimitido como presidenta del Comité de Derechos y Garantías-, pudo convencerlo en un primer momento de convocar a un congreso extraordinario. Casado pretendía llamar a un congreso para junio, pero finalmente encomendará a la Junta Directiva Nacional, el próximo martes 1 de marzo, que se encargue de organizar un congreso de carácter extraordinario.
El portavoz del PP en el Senado, Javier Maroto, había señalado que un cónclave urgente "lo necesita el PP y lo necesita España". Si la idea de Casado era sacrificar a García Egea para permanecer en el cargo, al menos hasta un congreso más o menos inminente, parece que la opción está descartada. El círculo de Casado ya no existe, el partido se volcó en tiempo récord a un liderazgo alternativo y una de las causas que desató la crisis, el contrato que habría beneficiado a Tomás Díaz Ayuso, se resolverá en la justicia.
El mayor indicio de que la conducción de Casado es por estas horas una quimera es la atención que suscitan las negociaciones que lidera Feijóo. "Tomaré las decisiones en función de lo que observemos en el partido y el partido pida que haga", aseguró esta mañana el líder del PP de Galicia. El PP que España conoció hasta la semana pasada simplemente ya no existe.