Castilla y León

La crisis del PP acerca a Vox al gobierno de Castilla y León

Mañueco se muestra en público reacio a pactar con Vox. Pero el terremoto en el PP impide una repetición electoral y al presidente en funciones se le agotan las opciones.

 Si Vox ya venía envalentonado por los resultados del domingo pasado en Castilla y León, la profunda crisis interna que atraviesa el PP terminó de convencer a Santiago Abascal de que la entrada en el gobierno autonómico es inevitable. Mientras los populares se desgastan en un enfrentamiento destituyente, la ultraderecha prepara su desembarco.

El PP gana en Castilla y León pero depende de Vox para gobernar 

La formación ultra exigió esta semana a Alfonso Fernández Mañueco la Presidencia de las Cortes de Castilla y León y las consejerías que estaban en manos de Ciudadanos como condición para apoyar su investidura. El cálculo en las filas de Abascal es sencillo: frente a esta situación, con el PP dividido, la repetición electoral sería prácticamente un suicidio político para Mañueco.

No se trata de una decisión baladí para los poupulares. En caso de acceder a las exigencias de Vox, Castilla y León sería el kilómetro cero de la extrema derecha al frente de un gobierno. Hace tiempo que el debate estaba sobre la mesa en Génova. Pablo Casado y Teodoro García Egea cambiaron de estrategia en los últimos meses y pasaron a confrontar directamente con Vox para recuperar parte de la base electoral del PP que se fue con los de Abascal. Pero otros como Isabel Díaz Ayuso son partidarios de un entendimiento con Vox. 

En caso de acceder a las exigencias de Vox, Castilla y León sería el kilómetro cero de la extrema derecha al frente de un gobierno. Hace tiempo que el debate estaba sobre la mesa en Génova

Esta semana esa discusión pasó a segundo plano. Sin embargo, Vox decidió aprovechar el escenario para presionar aún más a Mañueco, que insiste en su idea de un Ejecutivo "en solitario". El límite es el 10 de marzo y el presidente autonómico está negociando posibles alternativas a Vox, una opción que no termina de convencerle. El PSOE prometió su abstención en la investidura solo si el PP rompe sus alianzas con Vox. Se trata de una condición imposible de aceptar para Mañueco.

El PP se prepara para el escenario menos deseado en Castilla y León: un pacto de gobierno con Vox

 El presidente del PP en funciones de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco.  

El mayor indicio de la aproximación entre Mañueco y Vox es que los dirigentes ultraderechistas apenas se pronunciaron sobre el tenor de la lucha fratricida entre Génova y Puerta del Sol. Pese al terremoto que dejó en escombros la unidad partidaria, Castilla y León fue el verdadero catalizador de la crisis que se venía cocinando. Semanas atrás, García Egea había dicho que ha habido "suficientes experimentos de gobiernos de coalición" y por eso el PP quería gobernar sin aliados.

Casado acorrala a Ayuso y le pide que aclare "qué comisión" cobró su hermano

Casado comenzó a hablarles directamente a los votantes de Vox cuando Mañueco convocó a comicios anticipados. Vox mostró que tenía favoritos dentro del PP, ya que rompió con José Luis Martínez-Almeida en la Alcaldía de Madrid, pero abrazó sin cuestionar a Ayuso en la CAM. Es decir, marcó su preferencia en términos de agenda y liderazgo. Mañueco no tiene esa fortaleza, ha perdido escaños, su partido está en crisis y la batalla se desenvuelve en Madrid. Vox no podría soñar con escenario mejor para sus ambiciones políticas.