La Casa Blanca y la OTAN dicen que Putin ultima un ataque de falsa bandera para invadir Ucrania
La tensión en torno a Ucrania está lejos de disminuir. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, aseguró este jueves que Rusia prepara una operación de falsa bandera en la región del Donbás para justificar su invasión a territorio ucraniano. El presidente Joe Biden, dijo contar con "todos los indicios" de un inminente ataque a Ucrania. "Mi sensación es que van a hacerlo en los próximos días", afirmó el mandatario estadounidense.
La Casa Blanca acusa a Rusia de haber sumado 7.000 militares más en la frontera con Ucrania
"No hay claridad, pero sabemos que Rusia ha concentrado el mayor número de fuerzas que hemos visto en décadas en Europa y que mucha inteligencia rusa está presente en el Donbás", apuntó Stoltenberg tras reunirse con los ministros de Defensa de la alianza atlántica. Es que la situación se viene deteriorando en las últimas horas, con un recrudecimiento de los enfrentamientos en el este de Ucrania.
Por su parte, el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, confirmó que "ha empezado el bombardeo en algunas partes de la frontera". Pese a la alarma de las declaraciones, indicó que el bloque no aplicará sanciones de momento contra Moscú. Lo cierto es que desde 2014 hay un conflicto permanente en la zona, que involucra a soldados ucranianos y a los separatistas prorrusos financiados por el Kremlin. Ucrania acaba de denunciar que rebeldes pro Moscú en el este destruyeron una guardería en la república separatista de Lugansk.
Vladimir Putin, en tanto, está mostrando su hartazgo ante las acusaciones de sus rivales, y manifestó que "las exigencias finales de retirar las tropas de determinadas zonas del territorio ruso, acompañadas de amenazas de sanciones más duras, son inaceptables y socava las perspectivas de llegar a acuerdos reales". Por consiguiente, avisó que su país responderá a través de medidas "técnico-militares" si la OTAN no garantiza la seguridad de Rusia.
Pero la alianza atlántica comienza a exhibir sus propias gritas, sobre todo en la conducción de Estados Unidos y la insistencia en una invasión inminente. El presidente de República Checa, Milos Zeman, auguró que no habrá guerra: "Si estamos hablando de los servicios especiales estadounidenses, entonces esto fue su tercera vergüenza. La primera fue la guerra de Irak, donde no se encontraron armas de destrucción masiva. La segunda fue la de Afganistán, cuando afirmaron que los talibanes nunca capturarían Kabul. Bueno, ahora es la tercera", sentenció.